ZoUso
La brocha pasó por el polvo haciendo que pequeños fragmentos volaran fuera de la pequeña caja negra que se encontraba en las manos del chico, pasaba la brocha por los pómulos de su compañero y este se quedaba inmóvil viendo fijamente los ojos del moreno, esas ciruelas que le gustaban demasiado junto con las pestañas largas que a su parecer le daban un aspecto más tierno.
—Si me sigues mirando de esa manera me voy a acabar — mencionó en tono serio sin apartar los ojos de su trabajo. El peliverde sonrió enternecido y le dió un beso en la frente.
—Me gusta verte — el chico respiró hondo y dejó los cosméticos de lado, miró a su chico para examinar cómo había quedado el maquillaje para la sesión de fotos.
—Perfecto, estás listo — se levantó del banquito de madera pero sus movimientos se vieron interrumpidos por los brazos del chico que estaba siendo maquillado.
—¿Por qué eres tan frío conmigo? — el chico bajito trató de zafarse del agarre pero aquellos brazos eran fuerte, tibios y tampoco era como si le molestara, jamás le iba a molestar ese aroma tan suyo ni lo que le transmitía al corazón.
—Zoro, estamos en el trabajo, me van a despedir si nos encuentran de esta manera — el tono de su voz no pasó desapercibido por el chico nombrado y le dió un beso en el hombro.
—Lo siento bebé, tienes razón — lo soltó lentamente y el chico de piel tostada le miró con una sonrisa pequeña, le tendió la mano.
—Te amo — sonó a un lo siento pero de igual manera sonrieron y se tomaron de las manos saliendo del pequeño cuarto del peliverde. Caminaron entrelazando sus dedos hasta llegar al sitio de las fotos, era una mansión lujosa, los techos altos y los muebles que parecían hechos de oro, las plantas al rededor y el tono rojo de las paredes les parecía un sueño, parecía un castillo.
—Bien, todos en posición — habló el fotógrafo junto con el dueño de la marca de ropa que sólo observaba al chico modelar, con elegancia y masculinidad, la línea —. ¿Listo Zoro?
—Mejor que nunca.Los flashes de la cámara se destellaban en la piel del chico peliverde y hacían brillar sus labios. Movía su cuerpo según él creía que era la mejor pose para enseñar la ropa. Usopp se quedó observando en el fondo cómo su chico resplandecía bajo los focos de las lámparas, como una estrella iluminando la noche sin necesidad de una Luna.
—Es demasiado guapo.
—Ya lo sé, que suerte tendrá su pareja de tener semejante cuerpo.
La voces de unas chicas alejaron sus ojos de Zoro y escuchó atento a los halagos que le tiraban. Sí, ya había escuchado muchas veces eso por parte de las demás modelos e incluso de unos cuantos chicos pero aún no se acostumbraba al sentimiento de sentirse poco, de sentirse tan fuera de aquel circulo de la perfección donde sólo parecía que Zoro llevaba todas las de ganar. Era la reina del panal y no podía evitar sentirse una abeja más, alguien insuficiente para alguien como ese peliverde.
—Ajá, con estas tendemos por ahora, ve a cambiarte mientras fotografío a los demás.
—Como órdenes, Cavendish — se despidió de él y se dirigió a Usopp, le tomó de la mano y lo arrastró hasta el cuarto que le habían asignado para que pudiera cambiarse y maquillarse —. ¿Estás bien?, durante la sesión parecías decaído.
—Sí — se acercó al armario donde estaba colgada la ropa que iba a usar y agarró el conjunto de un traje azul marino.
—¿Sí estás bien o sí estabas decaído?
—Estoy bien, es sólo que — mordió su labio mientras le descolgaba la ropa del gancho —... Estoy un poco cansado, estar de aquí allá, hablando con los demás maquilladores, con los modelos, con el fotógrafo, arreglar los cosméticos... Es bastante y no he descansado bien.
—Ajá — le miró atento mientras se cambiaba la camisa —, ¿qué dijeron esta vez?
—Olvídalo, fue tonto, es muy tonto — dejó la ropa en el sillón vino que estaba al lado de un espejo de cuerpo completo. Salió rápido de la habitación y se dirigió a las modelos para hacer retoques. Últimamente tenía la sensación de querer llorar y no querer hacer nada, había pensado que esa época ya había pasado pero se daba cuenta, ahora más que nunca, que estaba volviendo a ese ciclo —. Mira, este color queda bien con el vestido — pintó los labios de la chica con delicadeza. Al acercarle el espejo a su rostro la chica quedó maravillada con el color naranja.
—Y pensar que odiaba este color
—Dejale el trabajo al gran Usopp y hará maravillas — bromeó un poco e incluso sonrió pero la tos de Zoro los interrumpió
—¡Zoro!, ¿no te parece encantador el color de mis labios? — la chica se acercó a él y pegó su rostro a los ojos de Zoro, el chico de rizos negros apartó la mirada y salió de aquel cuarto con los ánimos por el suelo, caminó con su expresión neutra como si nada de eso le hubiera importado, como siempre, dando la apariencia de que su vida y sus sentimientos no eran tan interesantes como para ponerles atención. Mintiendose a él y a los otros de que todo iba jodidamente maravilloso en su vida.
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Hasta que el efecto de las mentiras acabe #OPW19
Fanfiction🔆 OnePieceWeek2019 🔆 La mentiras, como las drogas, son adictivas y unas tienen más efectos secundarios que otras. Dolor, odio, ansiedad, tristeza y felicidad son sólo unos pocos efectos. Las personas mentirosas son adictas a las emociones extremas...