Mariposa monarca

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KidLu

—Realmente estás loco — sintió la calidez de las manos de su pareja en sus hombros.
—Pero ¿está bien? — posó su mentón en la cabeza de su pequeño mientras veía a través de la ventana la tarde de Noviembre —, ¿te hace feliz que sea así?
—Muy feliz — tomó aquellas manos e hizo que lo abrazaran, le gustaba que aquel cuerpo tan grande le envolviera el suyo, no había otro lugar más seguro que ese —, pero me siento mal de que gastaras todo tu dinero en este viaje.
—Para eso trabajo, quiero complacerte.
—Gracias — el sonido de un besito en la sien le hizo temblar y tener las mejillas rosadas, aquel pequeño cangrejo, como solía llamarlo, le hacía subir como la espuma de la orilla del mar.
—Vamos a prepararnos, bañate en lo que cocino algo — le dió un pequeño golpe en su glúteo derecho y se fue riendo como un niño pequeño por su travesura y Luffy sintió que estaba en el lugar correcto con la persona correcta y sintió que el mundo se doblegaba ante él.

¿Esto era la felicidad absoluta?

💀💀💀

El olor a incienso le gustó más de lo que podía decir, se sentía en un sueño, en uno que a pesar de llevar calaveras y esqueletos danzantes, le parecía bellísimo, no podía dejar de sentir que estaba rodeado de arte,cultura y tradición y de una emoción que compartía con los que estaban al rededor de él,  se sintió en un lugar que podía llamar acogedor.

Después de comprar un pequeño pan de muerto se sentaron en una banquita al lado de una iglesia enorme con querubines hermosos, blancos y castaños que tocaban instrumentos.

—No sabía que hubiera algo parecido a esto — le señaló el ambiente, las flores de cempasúchil, las velas de unos altares que se asomaban de las casas, de las damas y caballeros que se pintaban tratando de imitar la muerte e incluso los niños, la música y el aroma era tan ajeno a él.
—Yo tampoco, lo descubrí hace unos meses — dió un mordisco a su pan y sonrió ante el sabor dulce, en su hogar jamás encontraría algo similar a la panadería mexicana. 
—¿Y qué celebran?
—La muerte — le invitó a pararse y caminar, ya tenía planeado una pequeña sorpresa para su pareja y para él mismo.

—¿Por qué?, ¿no sería más normal que... No sé, estuvieran tristes?
—Sí, pero aquí no lo ven así, es para no olvidar, es bonito, mientras no olvides siguen vivos — Kid no entendía a Luffy, nunca entendía sus explicaciones de arte, ni de cultura, ni entendía esos sentimientos que le inundaban en el alma cuando veía algo que le era impresionante y maravilloso, le gustaba más sus pláticas de física, química, de armas e inventos bioquímicos pero a diferencia del tema de arte, a Luffy no le hacía feliz aunque estudiara bioquímica, le hacía extremadamente feliz la historia y kid era  feliz con verlo tan entusiasmado. Llegó a pensar que tal vez Luffy sentía lo mismo que él cuando lo miraba bailar, o observaba la tranquilidad en su mirada cuando pasaba el pincel en uno de sus cuadros de tela, cuando en algún momento llegaban a tocar sus almas, tal vez Luffy sentía eso.
—Tienes razón — dió un ligero apretón en su agarre —, es muy bonito.

Después de practicar un poco de español y pedir direcciones, llegaron al lugar en el que Luffy había pensado todo ese tiempo, incluso un poquito antes de llegar al país cálido. Estaba seguro de que Janitzio le iba a gustar al pelirrojo.
—Un panteón... Creo que nuestras citas están siendo cada vez más interesantes — su tono de sarcasmo le hizo sentirse enojado pero no se iba a rendir, estaba dispuesto a hacer que su pareja entendiera y apreciara esa tradición.
—Oh vamos, mira por aquí, es hermoso — las tumbas estaban adornadas de flores naranjas como la llama viva de una fogata, iluminadas con las velas de olores dulces, llenas de comida de distintos tamaños, colores y presentaciones, dulces, juguetes, inciensos, llevababan cruces y papeles de colores, algunas tenían sal de Cruz, unas espejos y botellas y el lugar olía a todo lo que estaba viendo, Luffy no podía creer nada, estaba absorto, tenía algo en el estómago, un pequeño nudo de flores oprimiendo parte de su pecho, estaba seguro que iba a llorar.

Pasaron por las tumbas que se veían alegres con las personas estando al rededor, rezaban frente a las lápidas  y muchas otras preferían reír contando historias de quiénes ya no estaban, los niños corrían de un lado a otro y parecía que las personas olvidaban que eso era un panteón, como si de verdad sus seres queridos estuvieran vivos. Todo ers tan ajeno a ellos.

Se detuvieron en una pequeña tumba donde sólo había una vela blanca con su fuego bajo.
—Quedemonos aquí, vamos a hacerle compañía — Kid asintió y se quedaron en silencio mirando a los demás sonreír entre la iluminación naranja del lugar.
—¿Por qué no hacemos esto? — preguntó sin si quiera pensarlo.
—¿A qué te refieres?
—Cuando volvamos a casa, para el siguiente año, hagamos un pequeño altar — no lo merecía, no merecía a Kid y sus aventuras, no merecía a Kid y su gran amor por él, no merecía a Kid y todas esas sensaciones que le causaba, ni las sorpresas, ni muestras de amor.
—¡Sí, hagamos uno!, ¿a quién se lo vas a dedicar?
—A mi perrito, ¿puedo?
—Humm... No estoy seguro, pero no veo por qué no.
—¿Y tú a quién se lo vas a dedicar? — suspiró.
—A mi mamá.
—Muy profundo.
—Creo que sí... También creo que por eso me gusta esta tradición, porque aunque no la recuerde, no quiero olvidarla — le dió un abrazo y un beso, Kid no sabía muy bien la historia de la familia, pero tampoco le gustaría saber porque cuando hablaban de eso Luffy siempre terminaba llorando.
—Te entiendo.
—Hey, Kid — se miraron a los ojos y sonrieron —, ¿sabías que a aquí lo llaman "la puerta del cielo"? — el mayor negó —, creo que es por el lago que está cerca, hay una leyenda que dice que las almas se vuelven mariposas monarcas y ellas vuelan sobre el lago y si lo atraviesas las podrás ver, creo que esa es la puerta.
—Al parecer estudiaste mucho hoy.
—Sí, me gusta saber.
—Me gusta que sepas.
—Hagamos la ofrenda el año que viene, ¿vale?
—Por mí excelente — el menor rió un poco, había recordado algo gracioso.
—¿Sabes? Me gusta el inglés pero el español tiene frases indispensables como "oh bueno, chinga tu madre" — Luffy empezó a reír como nunca y Kid aunque no le entendió le hizo gracia aquel acento en esas palabras, algún día sabría que significaba.

El frío de la noche los tomó por sorpresa pero no les importó, Kid era de sangre caliente y Luffy tenía el suéter de Kid.

💀💀💀

Dejó el incienso a un lado del espejo que había puesto en el improvisado altar que había hecho en la habitación de la universidad, miró con orgullo su trabajo y los 3 marcos de fotos que había, estaba seguro que cada uno de ellos también estaban felices por su esfuerzo.
Se quedó sentado, mirando fijamente una foto, limpió una lágrima y después sonrió.

—Dijimos que íbamos a hacer un altar este año — otra lágrima cayó y fue limpiada rápidamente —, creo que se nos olvidó decir juntos — los pasos de su compañero le  distrajeron de aquella foto —. ¿Qué opinas?
—Le va a gustar mucho — no pudo evitar caer en llanto y dejar que su compañero le abrazara.

Recordó la leyenda de cuando fueron a México y deseó con toda su alma que "su pequeño cangrejo"  fuera una gran mariposa monarca.

 Hasta que el efecto de las mentiras acabe #OPW19Donde viven las historias. Descúbrelo ahora