Capítulo 2

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Discusión a medianoche

Escrito desde el punto de vista de Seijuro (oreshi)

Esa misma noche cuando se encuentran a solas en la habitación del hotel, Seijuro aprovecha para hacer que su hermano le escuche, intentar que entre en razón. Está muy enfadado con él. Nunca le ha gustado su actitud altiva, pretenciosa y condescendiente. Ese complejo de superioridad de creerse un emperador y tratar a los demás como sus súbditos, obligándoles a arrodillarse a sus pies y besar el suelo por el que pisa. Puede que la culpa sea suya por haberle cedido el puesto, y aceptar que tomara el control aun sabiendo como era su otro yo. Y aunque no apruebe sus métodos, hasta ahora le ha permitido sus intimidaciones, amenazas y humillaciones. Pero nunca antes había intentado dañar físicamente a nadie, y eso sí que no lo va a consentir.

- ¿Por qué lo hiciste? – pregunta con evidente reproche en su voz cuando por fin consigue la atención del emperador - ¿Tenías que atacarle? No te bastaba con arrodillarlo a tus pies como a los demás.

- Fue una pequeña advertencia. No es para tanto – contesta quitándole importancia.

- ¡Qué no es para tanto! ¡Le atacaste con unas tijeras! – exclama aún sin creérselo.

- ¿Y qué? – se cruza de brazos molesto por ser regañado – Estás exagerando. Las tijeras no eran mías. Casualmente Shintaro las llevaba y las usé para darle un toque más dramático a la situación.

- De verdad, no sé ya ni porque me sorprendo – suspira derrotado – Esto no es otro de tus juegos, podrías haberle hecho mucho daño.

- Sabía que lo esquivaría – asegura totalmente convencido, para más tarde añadir con una sonrisa socarrona - sabes que si realmente hubiese querido hacerle daño nadie habría podido evitarlo.

- Por supuesto, eres absoluto – dice como una mala parodia de sí mismo - Aun así, pudiste herirle por accidente.

- Pero no sucedió – se defiende el emperador – lo tengo todo bajo control.

- Sabes que pueden descalificarte de la competición por agredir a otro jugador.

- Qué conmovedor que ahora te preocupes por mí, hermanito – dice con sarcasmo llevándose una mano pecho – o puede que lo que te preocupe sea que haya espantado a tu amorcito.

Abre la boca pero no es capaz de articular palabra. No sabe que contestar a eso. El emperador solo se está burlando de él, pero pensar en que puede ver el sonrojo que aparece en sus mejillas por sus palabras le avergüenza aún más. No puede esconder la emoción que sintió al conocer a su alma gemela, fue un sentimiento indescriptible. Apenas conoce a Kagami Taiga pero es inevitable querer acercarse a él y desear estar a su lado. Poco duro este trance de enamoramiento cuando comprendió que no tiene el control de su vida y que está atrapado en algún lugar de su subconsciente. Lo que no paso inadvertido es la decepción que sintió ante la indiferencia de Kagami, este no pareció reaccionar al verle como debería ocurrir cuando se encuentran dos almas gemelas. Puede que se deba a que no le ve a él directamente cuando mira a los ojos heterocromáticos de su hermano, o que se trate de un caso de amor unilateral, no recíproco. Esto es poco frecuente, pero ha leído que ha habido algunos a lo largo de la historia. El destino puede ser caprichoso. Y prefiere no pensar en eso de momento.

No, no es eso – niega apenado – y no me cambias de tema. Lo que hiciste fue muy imprudente de tu parte.

-Imprudente, ¿yo? – ríe sin ganas – no más que lo que fuiste tú. Te recuerdo como te confiaste y permitiste que te pisotearan aquellos que creías que eran tus amigos. Te encariñaste de ellos, les cuidaste y ayudaste a sacar su máximo potencial ¿Y cómo te lo agradecen? Se rebelan contra ti para poco después dejarte tirado como una colilla inservible.

Recordar esto es doloroso para ambas personalidades. Por un lado, Seijuro sigue preguntándose en que fallo. Pensaba que era buen capitán, que estaba preparado para liderar al equipo, siempre se ha caracterizado por ser paciente, compresivo, disciplinado y responsable. Pero cuando empezaron a sobresalir el talento de cada uno de ellos, sintió que se quedaba atrás. La situación se escapó de sus manos y cada vez era más difícil de controlar. En cambio el emperador se sentía traicionado, sobre todo por Kuroko después de que todo lo que hizo por él. Les guarda rencor. Es por eso que cuando decidió que tomaran caminos separados, y entró en Rakuzan donde junto a los tres reyes sin corona y su nuevo descubrimiento en Chihiro creó una réplica de su anterior equipo, una versión mejorada de Teiko. Y esta vez no cometerá los mismos errores. El emperador no solo ansía la victoria, también quiere demostrar que no necesita a la generación de los milagros para ser invencible.

-Como líder debes hacerte respetar. Tener mano dura. Te tocara hacer el trabajo sucio, lo que nadie quiere hacer, aunque ello te convierta en el malo de la película. 

Seijuro permanece callado,  en el fondo sabe que su hermano dice la verdad. El emperador continúa hablando.

– Si estás preparado para volver a la presión de las clases interminables, a las altas expectativas de papá, a la obligación de llevar a la victoria a un equipo ganador como es Rakuzan... Si de verdad crees que puedes hacerlo mejor que yo. Vuelve y hazlo – dice desafiante – Sino déjamelo a mí, porque yo sé cómo hacerlo pero lo haré a mi manera.

No necesita responder porque los dos saben que no está preparado para regresar. Desde el enfrentamiento con Murasakibara en el que renunció, ha perdido la motivación para seguir luchando. Sin decir nada más, vuelve a perderse entre la oscuridad del inconsciente.

Kagami x Akashi: SoulmatesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora