Prólogo

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Kami

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El timbre sonaba. Miré mi teléfono. ¿Cómo es posible que alguien llame a las tres de la mañana? Verifico mi teléfono nuevamente. Tengo tres llamadas perdidas de un número que no reconozco y una de Mark. ¿Qué hacía llamándome a esta hora? Sabía muy bien que no debía. Quizá era algo urgente. El número desconocido volvía a marcar y tomé la llamada. Mis padres habían salido a cenar y no los había escuchado llegar. La mujer al teléfono me llamaba de algún hospital y me pedía que fuera inmediatamente. Salí sin pensar. Tomé mi bolso y mi teléfono estaba como pegado a mi mano. Cuando pregunté en recepción, me contaron que mis padres habían sufrido un accidente en el coche de regreso a casa. Una hora después de llegar al hospital, mis padres murieron.

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