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Ya volvían a casa, había pasado la semana demasiado rápida, pero ahora Hyungwon quería llegar a casa y dormir en su cama.

No había podido dormir bien esa ultima noche porque se había resfriado y entre los estornudos, la nariz taponada y el dolor de cabeza le fue imposible.

Pero en el autobús cayo rendido y se durmió durante todo el viaje.

Apoyado en el hombro de Wonho, quien le había puesto su chaqueta para que estuviera mas calentito. Se sentía mal al pensar que estaba resfriado por su culpa.

Aunque realmente fuera por aquellos chicos que tiraron la caja al rio.

Una vez llegaron a la ciudad, el autobús los dejo en la universidad.

-Nunca pensé que estaría un domingo en la universidad-comento Wonho riendo.

Hyungwon rio, pero no dijo nada.

Caminaron hacia sus casa y a pesar de las negaciones de Hyungwon, Wonho le acompaño a casa.

-¿Nos vemos mañana?-pregunto Wonho.

Él tenia ganas de satisfacerse, o como lo llaman ahora, ayudarle con el proyecto, era una palabra provisional, pero al final es la definitiva. A pesar de sus ganas y su cuerpo pidiéndoselo se resistio ya que Hyungwon estaba resfriado y necesitaba descansar.

Hyungwon asintió.

-Hasta mañana-se despidió Hyungwon para entrar en su casa.

Wonho se marcho mientras Hyungwon introducia la llave en la cerradura.

El corazón estuvo a punto de salir de su pecho cuando de repente, al abrir la puerta un perro pequeño empezó a ladrarle.

-Hola, Hyungwon-le saludo su madre- tu padre me compro un perro-dijo feliz.


Hyungwon

El perro se me acerco a olerme, era un cachorro de husky.

-¿Como se llama?-pregunto.

-Se llama Aura-me contesto.

¿Aura? ¿Qué nombre es ese para un perro?

-¿Mañana vas a la universidad?-me pregunto mi madre, mientras caminaba a mi habitación. El perro siguiéndonos, ya que seguramente soy alguien nuevo y extraño para ella.

-Si, ¿porque?-me detuve para hablar con mi madre.

-Es porque antes de ir a clases debes sacar al perro, además de limpiar como siempre.-y se marcho.

Yo me quede con la boca abierta. Enfadado camine lo que me quedaba hasta mi habitación.

Es increíble. Lo compra un perro mi padre a mi madre, seguramente por un capricho de ella, ya que él siempre se los cumple y ahora yo me tengo que hacer cargo.

Entre en mi habitación y tire mi maleta en la cama, el perro continuaba siguiéndome.

Era muy pequeño aun, los husky se ponen muy grandes.

-¡Quieto! Ni se te ocurra-le grite- no entres en mi habitación.

Aura se quedo de pie en la puerta mirándome curiosa. Creo que soy la primera persona que le grita, pero me respeta y se sienta en la puerta a mirarme.

Yo suspiro molesto.

Me gustan los perros, son lindos y me encantan, pero requieren mucha responsabilidad y su dueña no se hace cargo de ella, sino que me da a mi las responsabilidades. Yo no quería un perro.

Cuando termine de guardar mi ropa, Aura aun seguía en la puerta echada sin entrar en mi habitación.

Si antes apenas tenia tiempo de desayunar, ahora con esto mucho menos.

La excursión me había sentado bien, había perdido el miedo a comer, aunque sea un poco, ya que no había vomitado, pero de repente siento que voy a recaer, ya que la rutina ha vuelto.

Mi casa y mi familia es toxica para mi. Me siento asfixiar y duele pensar esto de tu propia familia.

La cabeza me duele demasiado, me siento en la cama para no perder el equilibrio y toco mi frente.

Tengo fiebre, sin ninguna duda.

Abro los ojos y Aura sigue allí, mirándome preocupada, sabe que me ocurre algo.

Yo me levanto y paso por encima de ella ignorándola, pero me sigue hasta la cocina.

Alli veo su plato nuevo para la comida.

Me tomo una pastilla para la fiebre y vuelvo a mi habitación, necesito dormir.

Me meto en la cama bajo las mantas y antes de acostarme, veo que Aura esta en la puerta de mi habitación.

Yo sonrio. Al menos ha elegido un perro inteligente.

Parece que cerre los ojos y ya sono el despertador. No hacia falta que buscara un termómetro para saber que aun tenia fiebre.

A pesar de eso, me levante, me vesti y busque la correa para sacar a la calle a Aura.

Ella no se esperaba que yo fuera a darle un paseo, ya que se animo mucho.

-Shh. Silencio. Me duele la cabeza-le dije mientras salía por la puerta.

Estoy molesto por tener que hacer esto y que no lo haga mi madre.

Yo no quería perro.

Mientras paseo por el vecindario decido llamar a Wonho.

-Que temprano, ¿Estas bien?-me pregunta Wonho mas descolgar.

-Hola y no. Tengo fiebre.

-¿Eso que escucho son coches?-pregunta confundido

-Si, mi madre ha decidido que es buena idea comprarse un perro.

-Pero deberías estar en casa descansando si tienes fiebre, no paseando a un perro con el frio que hace en la calle.

-Lo se-digo- solo te llamaba que esta tarde no...

-Lo entiendo. No te preocupes. Debes recuperarte, es lo mas importante

-Pero este será tu tercer dia sin...

-Lo se es horrible, pero podre soportarlo-me dice.

Hablamos un poco mas hasta que estoy de vuelta en casa y nos despedimos.

Aura se va corriendo dentro de casa y yo voy a tomarme algo para la fiebre.

Pero es entrar en la cocina y llorar.

Los restos de la cena y desayuno de mis padres ocupan toda la encimera entera. Sartenes, platos. Yo se que ellos limpian en el almuerzo siempre, pero a mi me dejan el desayuno y la cena juntos.

No hay siquiera un hueco para colocar un vaso mas.

Me tomo mi medicina antes de iniciar la limpieza.

Meto todos los platos y vasos en el lavavajilla, no se porque no lo guardan, tanto no cuesta. Y menos mal que no esta limpio, sino tengo que recogerlo para después llenarlo de nuevo.

Una vez he guardado todo me dispongo a fregar las sartenes que utilizaron y termine.

No se si la fiebre ha bajado, pero necesito dormir.

Vuelvo a mi habitación y me acuesto.

En el momento que cierro los ojos, escucho el despertador de mi hermano. Lo quiero, pero podría ayudarme un poco.

Al final no fui a la universidad por tres días, ya que no podía curarme debidamente, por salir a la calle por las mañanas antes de que saliera el sol.

ADICTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora