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Narra Devika

Era temprano. La luz del sol ya daba en mi cara, sin importar que las hojas del árbol en el que me encontraba. Seguía sin encontrar a nadie, y las esperanzas desde entonces se desvanecian.
Empeze a recordar...

Flashback

(4 días antes)

Mama y yo estábamos en casa, una acojedora cabaña en el bosque, pero no muy lejos de un pueblo.
Mi madre me prohibió ir allí ya que decía algo de que había gente que me buscaba, o algo así, sinceramente cuando hablaba de eso no la escuchaba...
Hoy era mi séptimo cumpleaños, y por ello tenía regalos ¡amaba los regalos!, aunque algunos no sabía de quién eran.

Mama: ¡Devika! Tengo que enseñarte algo, anda, coge la capa y sal - grito desde fuera, mientras yo abría un pequeño envoltorio.

Yo: ¡Ya voy, un momento! - dije mientras me ponía un brazalete dorado que se hallaba en el paquete anterior.

Cogí mi capa verde oscuro y salí afuera.
Mama me esperaba con su varita en la mano, y una amplia sonrisa. Siempre me decía que le encanto su época en el instituto, cuando fue a Howarts, allí conoció a mi padre, y nos mudamos aquí, a Noruega por su trabajo. Poco después de que yo nací ese desapareció, o eso al menos me dijo mi madre, yo no lo recordaba...

Mama: anda peque, ponte aquí - dijo señalando un lugar a 1 metro suyo.

Yo: vale mama, que hacemos?

Mama: ya verás, te lo mostraré.

Me coloque en el sitio que me dijo mi madre, y me quedé quieta mirándola fijamente.

Mama: quítate la capa - yo me la quite mientras decía - puede que esto te duela un poco, pero se pasará rápido, vale cariño?

Yo asenti lentamente mirándola confundida.

Mama: Revelio - agitó su varita en mi dirección.

En ese instante note como me ardía la espalda. Empecé a soltar leves quejidos por esto, mientras me encorvaba. No acostumbraba a llorar, pero por el dolor solté una lagrima que rápidamente seque.

Pase unos minutos así, no sabría cuantos ya que solo me podía concentrar en el dolor. Tras esto me quede quieta, preguntando que había pasado.

Mama: oh dios mio Devi, que bonitas son! Miralas!

Lentamente me puse recta, con pequeñas punzadas en la zona lumbar, pero nada insoportable. Sentía un peso en la espalda, gire la cabeza... Y ahí estaban... Alas... Casi tan grandes como mi cuerpo...

Yo: mama... Esto... Que es? Que me pasa? - pregunte, intentando abrirlas un poco, cosa que hice sin apenas esfuerzo.

Mama: ven, vamos dentro, corre! Te lo explicaré todo! Ah, y coge tu capa! - exclamó mientras corría hacia la puerta.

Recogí la capa del suelo y fui a casa. Al pasar por la puerta algunas plumas rozaron con el marcó, dándome escalofríos. La cerré tras de mi y me senté en la mesa.

Yo: mama, explica, ahora - sacudí las ala ya que le cayeron nieve.

Mama: Eeeem... Haber como empiezo...

Tras un largo rato de tartamudeo y pausas para "beber agua" saque tres cosas en claro: 1. Soy un ángel. 2. Mi padre, por lo visto, sabe lo que me pasa más que mi madre, pero como se fue no tengo manera de saber un "por que" a todo esto. 3. La gente que me busca sabe mis... Cualidades y por eso me persiguen, por lo visto las lágrimas de ángel son un ingrediente muy deseado para las pociones.

Yo: por que no me lo dijiste antes?

Mama: no lo se, creo que tuve miedo a que me dejases, o te fueras a buscar a tu padre...

Tras un rato hablando de temas triviales nos fuimos a la cama, y debo decir que no encontraba ninguna maldita postura en la que no se me aplastasen las alas. Minutos después de este pensamiento caí dormida.

Susurros. Empecé a oír susurros, me desperté, pero aún no abrí los ojos, no tenía una buena sensación. Abrí los ojos un poco, lo mínimo para que pareciese que seguía dormida. Divise una figura masculina esbelta, pero algo encorvada. Esta se acercaba poco a poco, hasta que se escucho algo romperse fuera de la habitación, a lo que este reacciono.

Todo lo rápido que pude salí por la ventana cerca de mi escritorio. El hombre solo pudo girarse e intentar llegar a mi, pero solo consiguió una pluma de mis alas.

Fui a gatas hasta la puerta principal. Esta se encontraba abierta,y me horrorizo on a escena de dentro.
Tenían a mama de rodillas con una pistola en la nuca. Ella me vió.

Mama: ¡CORRE DEVIKA, RÁPIDO!

En ese preciso instante eché a correr. No sabía hacia dónde, solo corrí. A lo lejos se escucho un disparo.
Seguía corriendo, pero las lágrimas me emborronaban la vista y no sabía cuanto tiempo podría seguir así.
Choque de bruces con un árbol, pero enseguida me levante, y empecé a treparlo. Una vez llegué a una rama muy alta me senté, y apolle las alas y la espalda contra el tronco.

Las lágrimas empezaron a salir con aún más fuerzas, las limpiaba mientras me preguntaba que haría ahora que estaba sola. Con todos estos pensamientos quedé dormida...

Fin del flashback.

Devika recordó las últimas palabras de su madre: "los hechizos para ocultar tus alas te serán útiles, y recuerda algo, solo podrán verlas tus verdaderos amigos, en el infierno en el que vivimos todos quieren ver a un ángel".

Sus tripas empezaron a rugir. Llebava unos días caminando y no pensó en ese detalle.
Bajo lo mejor posible del árbol raspandose las rodillas.

"Tendré que encontrar comida"

Angel de Durmstrang Donde viven las historias. Descúbrelo ahora