Viviendo con el Nerd | vkook.

#25: Vayamos al cine

Cerré la llave de la ducha y envolví mi cintura en la pequeña toalla.

Si iba a salir al cine iría bañado, prefería que las demás personas no sintieran el olor a alcohol que yo desprendía por culpa de dormir con un simio borracho, es decir, yo era un niño de bien, un niño de Dios, no cómo el simio que tenía por compañero de casa.

De repente una pregunta apareció en mi cabeza: ¿por qué había dormido con el simio? No lo recordaba, y no sabía por qué. Quizás era porque la noche anterior había tenido mucho sueño o algo por el estilo. Me negaba a creer que fue con algo de intención, ¿no dije antes que yo era un niño de Dios?

Recordaba haber dejado a Taehyung durmiendo en su cama, luego ir a ordenar algunos desastres provocados por la casa, luego fui a ver al simio para decirle que se pusiera su pijama, ya que se podría resfriar por andar en esas ropas. Después de eso... caí rendido a su lado como un estúpido que muere de sueño.

Oh, mierda, sí lo había hecho con intención. ¿Dónde quedaron mis valores? Me pregunté a mí mismo, recibiendo un: "¿Cuáles valores?", cómo respuesta de mi consciencia.

A veces me preguntaba qué tipo de consciencia tenía.

Abrí la puerta de mi baño, salí y fue ahí cuando me di cuenta de que una mirada me observaba de pies a cabeza, desde mi cama donde él estaba sentado. Oh, Yisus hyung, ¿qué no te he pedido que me lleves unas muchas veces ya?

—¿Q-qué haces aquí?— pregunté nervioso y sintiendo mis mejillas arder de la vergüenza.

—Y-yo...— tartamudeó Taehyung en respuesta y desvió la mirada de mí al instante—. Lo-lo lamento, es que te demorabas mucho y-y...

—Me...— tragué saliva intentando no balbucear—. Me tengo que vestir, ¿te importaría irte?— dije amablemente, cabizbajo para que no notara mi fuerte sonrojo.

Si mi cara no explotaba, sería otro punto para Yisus hyung.

—S-sí. Disculpa— dijo velozmente, se levantó de mi cama de golpe y luego de lanzarme una última mirada que me avergoncé demasiado para corresponder, se fue del cuarto.

Solté todo el aire que retuve en mis pulmones desde que lo ví ahí sentado. Genial, simplemente Perfecto, ahora el simio me había visto en toalla, había revisado mi ropa interior, me había visto con ropa holgada y ropa apretada, me había visto enojado, me había visto en pijama. ¿Ahora qué faltaba?

Me vestí con un suéter amarillo a rayas negras, unos pantalones negros skiny, mis Timberlands y mis inolvidables (y bastante útiles, porque estoy bien ciego, que sad) gafas negras. Cepillé mi cabello aún mojado por el baño, lo sequé y lo dejé medio revuelto. Ya listo salí de mi habitación, bajé las escaleras y me paré frente al simio que descansaba en el sillón mientras jugaba con su móvil.

—¿Vamos?— le pregunté amistosamente. No dejaría que alguna pelea saliera entre nosotros, no hoy, quería que nos lleváramos bien por una vez en la vida.

—Sí, claro— dijo desinteresado mientras seguía observando su celular. Bufé al ver su comportamiento bipolar.

—Taehyung— llamé su atención, pero de todas formas me ignoró—. Taehyung— volví a decir.

—Cállate, Jungkook— dijo molesto mientras seguía jugando en su móvil.

Auch. Escucha el crujido.

—Taehyung, vamos, hay que ir al cine— le dije cruzándome de brazos.

Él se encogió de hombros.

—Da igual.

—Taehyung...— insistí.

—Cállate, bobo— dijo él frunciendo el ceño.