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Capítulo III







Hoy crucé el umbral que separa tu cuerpo del mío

A un paso de tu figura quedó atónito ante ti

Desperté, era un sueño y me fue imposible dormir.

Seúl, Sur Corea.

2:00 pm

Todo a mi alrededor se detuvo en ese momento. El cabello, la forma de la cara, los labios, los ojos, la nariz, la altura, el cuerpo.

Min, ¿Te sucede algo? –. Sobo mi hombro con su mano y eso basto para provocarme escalofrío en todo el cuerpo. Es como si al tocarme hubiera liberado algo que se encontraba encerrado dentro de mi.  

–Ya sabes que puedes decirme lo que sea ¿Qué tienes? ¿Pasó algo? ¿Tus papás están bien? –. Desesperación, eso siento, no puedo pronunciar ni una palabra.

El chico parecía preocupado, y por más que me forcé a responder para no preocuparle más no pude. La sensación es similar a cuando tienes el nudo en la garganta pero no puedes llorar.

–Bien Minhyuk, me quiero bañar, pero no puedo dejarte así, por lo menos dime qué vas a estar bien mientras me baño, ¿Puedo dejarte aquí unos minutos?–. Bueeenoo, si ya estamos hablando de la idea de este hombre tan hermoso en la bañera porsupuesto que el miedo disminuye.

Deseaba decirle algo como <no, no voy a estar bien, mejor méteme a bañar contigo> pero todavía me era imposible hablar, así que solo me quedo afirmar con la cabeza.

El se puso de pie y se perdió. 

Para empezar, esto cada vez pierde más realismo, osea ¿cómo es que estoy siendo capaz de comunicarme con un asiático? Bueno comunicarme entre comillas jajajaja porque no estoy diciendo ni un carajo, sin embargo entiendo lo que él me dice.

Yo tengo ojos rasgados, el chico tiene ojos rasgados y el tercero que llegue seguro también tendrá ojos rasgados. CLARO, SON ASIÁTICOS PERO QUIZÁ NO ESTEMOS EN ASIA.

Quizá sigo estando en México, en la cuidad de México, solo que son de algún barrio chino, QUIZÁ por eso este chico se me hace tan familiar, el debió de atenderme en algún local del barrio chino.

La esperanza y muy seguramente el color volvió a mí.

La puerta sonó y alguien subió la escalera, en menos de lo que canta un gallo ya se encontraba un pelirrojo, alto, DIVINO; en frente de mi.

–Min, me llamó Chang ¿Qué te sucede? – Puso sus ojitos brillosos apuntando a los míos y me entró el nervio.

–¿Min? ¿Chang? –Solté – PUEDO HABLAR–. El pelirrojo me miró algo extrañado y no lo culpó.

–¿Cómo dices que me llamo?

–Tu nombre es Minhyuk y enserio ¿Qué te sucede?

–¿Y cuál es tu nombre? –. El pelirrojo me miró ofendido y creo que estaba a punto de llorar.

– Ah! No juegues conmigo! Deja de jugar!

ᴅ ᴀ ʏ ᴅ ʀ ᴇ ᴀ ᴍ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora