Serena aprieta sus ojos y suelta un grito de desespero, de susto.- por favor no me hagas nada, no sé nada-
Nephrite sonríe mirando fijamente al azabache. Mamoru golpea al otro chico dejándolo derribado en el piso.
-nephrite detente ya, si quieres saber algo créeme estas con la persona equivocada-
El chico empuña sus manos de impotencia, su secretaria, aquella chica adorable aunque lenta le tenía el corazón a mil por horas, si ella no estuviera allí, ya los habría hecho trizas.
En ese momento la gran puerta se abre, todos miran tomándoles por sorpresa y nephrite sujetando más la chica en modo de defensa.
-nephrite, nephrite, mi querido nephrite-. Dos sombras oscuras que aun no salen a la luz de la luna se asoman. Serena no sabía cuándo acabaría esto, ni que sucedería con ella, todo era cada vez más complejo.
-mi señor-, responde nephrite abriendo sus ojos y soltando un poco más a serena. “ ¿Qué tipo de persona atemorizaba a aquel horrible hombre?” piensa la chica. Su jefe la llama por su nombre y extiende su mano, la rubia mira aquella mano extendida como su salva vidas corriendo a ella regocijándose en el pecho de su jefe.
-¿pero que alboroto estas armando nephrite?- dice la sombra con mucha seriedad.
-mi señor un asqueroso cazador ha estado merodeando la gran mansión de los black…-
-y, ¿Por qué no viniste primero a mi a ver si sabia algo?, aunque no estoy obligado a darte explicaciones. Pero, ¿pretendes romper nuestro acuerdo de paz nephrite?-
-no mi señor-
-de acuerdo. El señor mamoru está a cargo de una misión acerca de los black moon, después te explicare, pero bueno ya que estas aquí te pediré el favor y el honor de que mas sin embargo lo ayudes en lo que necesite y ¿Por qué no? Vigilarlo sin entrometerte claro está-
-no necesito vigilancia, siempre he trabajado solo, ¿Qué pretendes?- reniega el azabache sujetando a la rubia.
-mi señor con todo respeto porque si es una misión acerca de los black moon ¿mandarías a un cazador y no a uno de nosotros?-
-mi querido nephrite entiendo tu apego por ellos , pero entiende que si esto lo toma alguno de nosotros se volvería algo personal, necesitamos a alguien que este en medio.- responde el chico saliendo de la oscuridad mientras su rostro es iluminado por la luz de la luna que se filtraba por la ventana rota.
Serena mira alejándose un poco y para su sorpresa era el chico que había confundido con su jefe, ¡el subdirector, seiya kun!, ¿ahora él también estaba en todo esto?.
Mira nephrite has asustado a una chica que no tenía por qué enterarse de estas cosas, cosas que a los humanos no les concierne, por tu bienestar vete ya-
Nephrite asiente y hace una reverencia marchándose por la ventana con la misma rapidez que apareció.
Mamoru hace a un lado a serena y se acerca a seiya. El azabache golpea su rostro con fuerza.
-a mi no me tomes por imbécil, ¿Cómo sabían esto ellos? ¿Porque invadir mi lugar?-
Seiya solo gira su rostro mientras su cuerpo se mantiene en el mismo lugar como si el golpe no hubiese significado nada para él, pero algo si era cierto, su mirada había cambiado, miraba al azabache con arrogancia mientras sus ojos se tornaban rojos y brillantes, los cierra suspira y se arregla el cuello.
-lo siento mamoru, no volverá a suceder, pero ten más cuidado, el comité no controla a todos los vampiros, menos tratándose de un tema tan delicado para nuestra sangre-
El chico mira a la rubia y le sonríe sutilmente, seiya ahora era algo extraño para serena, ¿Qué fue todo eso?.
Serena cruza sus brazos asombrada, a lo que siente su mano humedecida, “ sangre” piensa la rubia, pero ella no sentía dolor, y se toca para confirmar.
La chica corre donde su jefe y lo toca para ver, el chico estaba allí de pie mirando el vacío por la ventana ignorando lo que la chica hace, la muchacha toca su antebrazo a lo que el reacciona al dolor.
-¿qué haces?-
-estas lastimado señor- responde la chica con seriedad en su voz y mirada corriendo por el botiquín . el solo la observa y se pregunta, ¿Cómo puede estar preocupada por el después de lo que sucedió?, ¿no tenia preguntas?, debería estar aterrada.
Serena lleva a su jefe al enorme sillón de cuero marrón. Saca una botellita y algodón para limpiarle la herida, mamoru casi no reacciona y serena se asombra de aquello. “ ¿acaso esto es normal en el que ya ni le duele? O… ¿el será como los otros?... ¿un vampiro?... serena detiene la limpieza y empieza a temblar…
-no, no soy como ellos, no soy un vampiro, soy un humano, no como tú, pero humano también-
-no pensaba nada señor, es solo que..-
-no te preocupes, entiendo, debes de tener muchas preguntas y debes de estar asustada, si quieres por esta noche ya ve a tu casa y mañana tendrás el día libre y hablaremos de esto cuando vuelvas- dice el chico mientras se remienda la camisa y se pone de pie.
“mi casa” piensa serena, la noche le daba temor y de nuevo comienza a temblar.
mamoru ve lo que sucede allí. – de acuerdo, si quieres quédate aquí-. dice suspirando entendiendo el temor de la chica.
-señor no quiero ser una molestia para usted, pero creo que esta muy tarde, ¿y si, y si, ellos aún están ahí?-
-ya te dije no te preocupes-, mamoru toma a la rubia de su mano, abre la puerta secreta detrás del escritorio, la rubia queda asombrada, ¿Qué más le esperaría esa noche?.
-Tomate una ducha si quieres y duerme aquí-
-lo siento mucho señor…-
-por favor ya deja de disculparte, y mañana en la mañana olvidaras esta habitación como todo lo que viste, sin preguntas-
Serena mira a su alrededor, se toma un baño y ve la sangre caer, no era suya pero el olor y el color la ponían nerviosa, se refriega muy bien para quitarse lo que había pasado anteriormente de encima, tanto el sudor como la saliva de aquel escalofriante hombre.
A la mañana siguiente.
Serena se despierta con los primeros rayos de sol, recordando en donde estaba aún desconcertada por todo lo de anoche aun sin poderlo digerir, sus preguntas acerca del mundo, quienes somos y la humanidad eran un interrogante más grande ahora.
En la mesa de al lado hay una ropa, se levanta y al lado suyo una nota.
“señorita tsukino, afuera esta la oficina como ya sabe, para evitar malos entendidos entre los empleados póngase esta ropa, la espero afuera en mi oficina por si hacen preguntas ya que no la vieron entrar”
Afuera en los cubículos ray y amy se preguntaban porque serena no llegaba.
-diablos esa mujer no aprende ya son las 9:00am y nada que llega, no se como nuestro jefe la soporta- dice la azabache organizando las fotocopias que acababa de sacar.
-algo debió de haber sucedido, deja de pensar mal y de hablar mal de las personas ray-
Serena y mamoru salen de la oficina, a lo que las chicas quedan un poco más asombradas.
-señorita hino, voy para una reunión con la señorita serena, pronto llévanos esas copias a la sala de juntas del 4 piso-
-sí señor-
Las chicas quedan asombradas, no se podía creer que serena llegara mas temprano y estuviera con el jefe.
-ves ray te lo dije, nada esta pasando, seguramente madrugo, ya sabes tenemos que entregar este proyecto en 2 semanas-
Ray resopla y suelta un suspiro por el golpe en el orgullo que le acaban de dar.
Serena sigue a su jefe, llevaba una falta de tubo negra y una camisa rosa pastel suelta, era muy linda y se notaba que era costosa, sentía mucha vergüenza pero tampoco quería preguntar nada, simplemente agradeció en la oficina antes de salir.
La rubia entra a la enorme sala de juntas, habían muchas personas en su gran mayoría inversores, allí se encuentra seiya, la rubia se detiene un poco asustada.
-por favor sigue como si nada hubiese pasado-
Se devuelve a ella para motivarla. La rubia traga grueso y asienta con su cabeza.
Un hombre mayor de aspecto serio y muy refinado seguido por otros 5 hombres saluda en la junta. Todos demuestran tenerle respeto y se ponen de pie a lo que él llega.
-señor director, supongo que nos traes adelanto de nuestro nuevo proyecto con la empresa “beautiful” necesitamos hacer contrato con ellos, pronto lanzaran al mercado en parís, y Miami sus nuevos artículos.
Ese era el trabajo que anoche mamoru tenía que terminar pero con lo sucedido lo había olvidado por completo.
-señor, señor, saca la rubia a mamoru de sus pensamientos.- mire la computadora, espero sea de ayuda.
Mamoru mira a la rubia desconcertado, mira su portátil y se da cuenta que el trabajo ya estaba terminado, las correcciones del proyecto estaban terminadas.
El azabache le sonríe, no sabía como lo había hecho pero lo logro, él le sonríe por primera vez. La rubia siente un calorcito en todo su cuerpo, esa sonrisa eran mas que suficientes para agradecerle. “ojala sonriera así mas seguido, solo para mí”, piensa la chica.
La noche anterior, la chica, mientras él dormía en el sofá había tomado el portátil para arreglar los detalles del proyecto. Sentía que le debía la vida que casi pierde esa noche.
Mamoru les envía a todos el proyecto corregido que se debe presentar a la empresa “beautiful” a sus portátiles en frente suyo mientras explica de que se trata.
La reunión termina y mamoru procede a salir. -hijo- escuchan los dos tras suyo.
-¿no vas a saludar a tu padre?- mamoru suspira sintiéndose obligado, da vuelta y sonríe forzosamente.
-hola papa, ¿Cómo estás?-
Era el hombre al que todos hace un momento habían hablado y mirado con tanto respeto, serena recuerda: “ es verdad, mi jefe es su sucesor, es el mayor inversionista”.
-me entere de lo de anoche, ¿aun así la conservaras?- dice su padre señalando a la rubia.
-es mi secretaria, en las ultimas semanas ha demostrado ser mas capaz que ninguna otra, ella no hará preguntas y solo se dedicara a su trabajo-. serena abre sus ojos mirando a su jefe como la defiende, su corazón se acelera.
-solo ten cuidado, ella aun es nueva y estas no son cosas solo de la empresa, son cosas de nuestra familia y cosas que los humanos corrientes no se deben enterar, la vigilare-
Serena no sabe que decir ante eso, quedo fría, es verdad, había sido mucho de lo que se había enterado.
El padre de mamoru se aleja sin si quiera despedirse mientras el chico le hace una reverencia.
-no te preocupes, lo hace solo para asustarte, tiene miedo- responde el chico para darle un poco de tranquilidad a la rubia.
Días después.
Eran las 9:00 pm, apenas Serena y las chicas terminaban de hacer sus labores. Serena mira hacia adentro de la oficina de su jefe recordando que él no había cenado nada.
-disculpe señor, ¿desea que le pida algo para comer?-. Le dice la rubia con cara de preocupación, ya que el chico por andar en el papeleo a regañadientes almorzó.
-no señorita tsukino, estoy bien, además pocos son los restaurantes los que me gustan así que no pierda su tiempo-. Responde el chico con su mirada fija en el computador, en los últimos días se había convertido de nuevo en el chico frio y solitario. A la chica eso no le gustaba, algo de aquella situación le incomodaba.
-permítame prepararle algo, si no le molesta señor-
-no señorita, acabo de recibir un mensaje y me tengo que retirar, por favor no insista-
El chico se levanta a prisa, se pone su chaqueta muy cortante.
La rubia se encontraba camino a su casa, 9:55pm, ya a esta hora no pasan buses, y los taxis están difíciles, la chica decide caminar un poco esperando que su suerte cambie, pasando por un parque enorme aunque solitario a unas cuantas cuadras de su trabajo, aunque para la chica ya era un lugar desconocido, conocía poco la ciudad y se perdía con facilidad. En su caminata lenta la chica va sintiendo un frio extraño a su alrededor, “ seguramente porque ya se acerca el invierno” piensa la chica mientras cruza sus brazos, unos ruidos en las hojas de los arboles la sobresaltan, la chica se detiene, “ quizás son los animales o el viento” se decide a pensar para no llenarse de temor, mientras continua su caminata resoplando y con la respiración un poco más agitada escucha un murmuro, “¿murmuros?, eso no es normal”, la chica comienza a caminar más lento para confirmar sus pensamientos y oír con mas claridad, la noche parecía volverse mas oscura, mas nublada y fría, ¿que estaba sucediendo?, da 4 pasos acelerándolos poco a poco al confirmar que definitivamente eran murmuros, eso no era lo raro, lo extraño era que provenían de arriba de los árboles, la chica camina velozmente pero el camino del parque parecía no tener fin, el terror recorre su cuerpo, ¿ladrones?, ¿violadores?, ¿algún animal extraño?... unas risas burlescas la sacan de sus pensamientos, un hombre con saco largo y oscuro cae enfrente de ella arrodillado, cabizbajo se ríe burlón y diabólico, serena no sabe que hacer siente que sus piernas y su cuerpo se congelan, su voz no sale y quiere gritar, que alguien la ayude, ¿Quién era ese hombre?, el hombre levanta su mirada, sus ojos brillaban y eran rojos parecía que la chica viese directo a los ojos de un felino, tenía una sonrisa malévola de par en par, estaba ojeroso y blanco como la leche, aunque no sabia que le producía mas temor, sus ojos, o el par de colmillos que resaltaban de su sonrisa, la chica se sobresalta, siente su corazón queriendo salir del pecho, mientras su cuerpo recuerda aquella noche en la oficina de su jefe, Al girar hay otro hombre, la chica jamás se percato en qué momento llego, este hombre se veía un poco mayor, este se acerca lentamente a la rubia sacando y mostrando sus garras a la chica.
-¡no por favor¡, déjenme ir- grita la chica al sentir los primeros pasos de ambos y al sentirse acorralada.
-¿hueles eso, daichi?- dice el primer hombre que es más joven.
-si señor, nos desviamos un poco, pero creo que vale la pena- responde mientras toca sus labios con su pulgar.
Serena abre sus ojos y se congela de nuevo recordando aquella noche en la oficina,
“vampiros” piensa, ¿me comerán?.
-¡deténganse!- dice una voz entre los árboles deteniendo los pasos de los hombres.
-quien quiera que sea no nos va a detener de nuestra cena esta noche, hueles a vampiro, y te aconsejamos que mejor no te interpongas- responde el hombre mayor.
-ja, ja, ja. Ya no hay respeto estos días por las clases nobles- dice el chico saliendo de la oscuridad arreglándose el flequillo y cruzando sus brazos.
Alto, cabellera larga recogida con una coleta y con smoking, serena sabia quien era.
-seiya kun-. Dice la chica con una mirada fija en el de terror y deseosa de ayuda.
-no sabemos nada de clases, para nosotros no existe eso, un maldito como tu nos hizo esto así que no le rendimos cuentas a nadie-
-vaya, entiendo todo- responde seiya con una mirada fría y sus ojos rojos carmesí, sin que el hombre mas maduro se diera cuenta ya lo tenía encima suyo agarrándolo y alzándole del cuello.
Serena se tumba al suelo por la sorpresa que se ha llevado, - hazte a un lado bom bom- le dice seiya mirando a serena, la chica asiente con su cabeza mientras trata de huir.
-termino con este y créeme serás mi cena- dice el hombre mas joven mirando con odio a la rubia disponiéndose a luchar.
Seiya estruja y aprieta el cuello del otro hombre con una sola mano, solo se escucha el crujir de sus huesos y lo lanza al suelo como si de un muñeco se tratara.
El otro hombre comienza a temblar sabiendo que no tiene mas remedio que luchar, se abalanza sobre el azabache a lo que el esquiva sus golpes a una velocidad impredecible, aunque para el era como nada, seiya hace un movimiento veloz del que nadie se pudo percatar.
-mal..di..to…- dice el chico más joven escupiendo sangre.
-me has ensuciado- responde seiya mirándole de reojo sacando su mano del pecho del otro vampiro ensangrentada salpicándole por todo lado.
Serena grita y se tapa los oídos, frente suyo dos muertos y el único culpable, uno de sus jefes.
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"Al caer la noche"
FanfictionSerena una chica de veinticinco años, rubia, hermosa aunque un poco despistada, criada en la isla de Kioto por sus padres decide irse a Tokio para poder mejorar su vida laboral, y poder resolver algunos problemas personales que no la han dejado en p...