Capitulo 3: ¿sentimientos por ti?

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El hombre mayor se levanta acomodando su cuello torcido, serena no había visto escena mas terrorífica.
-mierda, ¿Qué le hiciste a kuro?-
-jajaja, lo que te hare a ti, veras, ustedes son nuestra responsabilidad, definitivamente si le hacen algo a esta chica y en pleno parque seria un problema para nosotros, ustedes son los que no deberían existir- dice seiya sacudiendo su brazo con una sonrisa en la comisura de sus labios.
El hombre entierra sus garras en la palma de sus manos mientras las empuña con ira.
-si había escuchado de ustedes pero…-
-pero no conocías nuestro poder, ¿no es cierto?- interrumpe el azabache.
-no me importa quien seas, no dejare que esto acabe así-
Seiya cruza sus brazos; serena se da cuenta  que el hombre se encuentra levitando, pero no era una levitación voluntaria, se sacudía fuertemente dando gritos de dolor retorciendo sus ojos y su cuerpo parecía ser aplastado por algo, la chica ve a seiya notando su mirada fija al hombre.
-¡basta por favor, para ya!-
¿Qué clase de poder era este?, ¿Qué eran los vampiros?.
-¿quieres que me detenga cuando hace unos minutos estos dos te iban a convertir en un bocadillo?-
-pero esta no es la forma, por favor, detente ya- reniega la rubia con lagrimas en sus ojos, realmente era mucho que soportar para su mente.
Seiya se acerca lentamente, sonriendo, serena puede detectar el aroma a sangre que provenía de él, aunque su mirada era seductora, se empezaba a olvidar de sus temores aunque su cuerpo seguía temblando.
-ya veo, realmente hueles exquisito- dice el chico mientras levanta la quijada de la chica con sus nudillos oliendo su cuello.
-no temas, no soy como ellos- dice mientras vuelve su mirada a los ojos de la chica, serena sin pensar con claridad pone ambas manos en el rostro del chico intentado limpiar su rostro de la sangre salpicada suavemente, no era la reacción que el esperaba de ella.
La chica no sabia porque, pero algo en su mirada, algo la hizo sentir melancolía, ¿soledad?, ¿dolor?, no sabia que pero la había conectado con ese chico, algo escondía detrás de esa crueldad,
La chica lo abraza del cuello como queriéndole proteger, el chico no sabe que responder a eso.
varios carros color negro rodean el lugar, un taconeo en la oscuridad a prisa se empieza a aproximar, eran mamoru, su padre y otro chico rubio, alto y guapo.
Mamoru no sabía que pasaba, pero, ¿Por qué su secretaria estaba allí abrazando a seiya en una escena tan terrorífica?.
Serena sale de sus pensamientos viendo como el vampiro mayor yacía en el suelo muerto con el pecho abierto, con sus vísceras por fuera y un rio de sangre.
“¿pero cómo?, ¿qué clase de poder era ese si ni siquiera lo miro?” piensa la rubia sin poder quitar la vista de los cuerpos pálida de terror.
-nos enviaron un mensaje donde decía que habían visto un par de vampiros tipo c por la zona-
Dice el chico rubio.
-espera- dice mamoru interrumpiéndolo.
Mamoru se dirige a la muchacha y hace a un lado a seiya, pone los brazos de la chica alrededor de su cuello levantándole entre sus brazos. Seiya le mira con desprecio.
-ya regreso, creo que no es el momento, primero hay que limpiar la zona- le dice el azabache al grupo mientras camina con la chica.
Serena sale de sus pensamientos reconociendo a su jefe, sus mejillas se ponen rojas y coloradas, pero de nuevo el temor vuelve a ella sumergiéndose mas en el pecho de su jefe, su calor le proporcionaban protección.
-¿Qué hacías por acá y a esta hora?- le dice el chico mientras la baja al lado de uno de los autos. Tenia tantas preguntas que no sabía por dónde empezar.
-yo.. yo…- a la chica no le salen las palabras, lo de la noche extraña en la oficina no habían sido nada a comparación con esta noche, y seiya había sido su salvador, ¿Cómo explicaría eso?
Su jefe suspira y sabe que no es el momento para preguntar, que aquella chica debe estar aterrada. Abre la puerta del carro, y la ayuda a sentarse quitándose su chaqueta para cubrirla.
Serena lo mira y agradece entre sus dientes.
-gracias señor, no entiendo como de nuevo termine en esta situación-
Los ojos de la rubia se llenan de lágrimas.
-es que yo, esos dos hombres me iban a lastimar y el señor seiya..-
Mamoru atrae de nuevo a la chica a su pecho. Consolándola.
-tranquila, ya estás bien, aquí no pasara nada-
Serena se desahoga delante de su jefe, llorando como niña pequeña.
Mamoru deja a la chica en su cama dormida, la luz de la luna alumbraba sutilmente su rostro, el no sabía como después de ver una masacre como esa, ella, pudiera estar durmiendo, y dormía como un ángel. El chico se dispone a irse con su grupo, pero un quejido de la rubia lo detiene. El se acerca a ella y se sienta en el borde de la cama y le da unos golpecitos en su brazo como si de una niña se tratara para que volviera a conciliar el sueño, -es hermosa-, murmura entre sus labios. El chico se detiene ante su reacción pensando que eso no estaba bien.- rayos, ¿Qué me sucede?, no es el momento, devuelve su mirada a ella y dejándose llevar por sus emociones acomoda el flequillo de la chica y acaricia su rostro con sutileza, el chico de nuevo reacciona y trata de alejarse, pero, la rubia en medio de sus sueños aprieta su mano y se aferra a ella. -mama, papa, no quiero morir- murmura aun dormida con unas lagrimas rozando en su mejilla.
La chica se despierta con los primeros rayos de sol golpeando en su rostro, se sentía mucho mejor, y su cuerpo estaba tibio, poco a poco abre sus ojos recordando lo sucedido, para su sorpresa, en frente suyo y abrazándola, mamoru, su jefe, la chica se aterra a la misma vez que se sonroja, su vientre se contrae y su respiración se entrecorta. ¿Qué había sucedido?, ¿Por qué su jefe estaba allí?, la rubia trata de no moverse mucho, igual no le quería despertar, quedándose un poco quieta contemplando su escena, que quizás solo en un sueño pasaría, el olía muy bien, y se sentía en paz.
-si ya te despertaste ¿por qué sigues aquí?- le dice el chico aun con sus ojos cerrados. La chica se aterra y se sienta de un brinco.
-lo siento señor, yo no quería despertarlo y no sabía cómo hacerlo-
La chica busca sus cosas con algo de desespero por la vergüenza que acaba de pasar, - no te preocupes tómatelo con calma, recuerda que hoy es domingo, todos descansan.
La chica hace una pausa con sus zapatos en las manos, - igual tengo que irme señor, no quiero ser una molestia-
-por lo menos deberías tomarte un baño primero, mírate el rostro- responde el azabache
Serena se aproxima al baño y en su rostro, sangre salpicada junto a sus manos, ella queda perpleja y pone sus manos en el lavamanos tratando de controlar su respiración mientras a su mente venían pequeños fragmentos de las muertes y al final, seiya… sus ojos, su mirada… ¿Por qué el le produjo esas sensaciones? Como un deja vu, como un viejo recuerdo, su cabeza comienza a doler a lo que da un quejido de dolor deslizándose por la pared, mamoru corre en ayuda como respuesta al grito de la rubia, -serena, ¿estas bien?, ¿Qué sucede?-
-si señor, es solo mi cabeza- mamoru ayuda a levantar a la chica, -dúchate con agua tibia el tiempo que necesites-. “¿Cuántos problemas mas le causare a mi jefe?” se pregunta la rubia mirando a su jefe con pena.
La chica sale de la ducha, suspirando. - siéntate serena- le dice su jefe mientras se encuentra en la pequeña cocina de la habitación.
Serena obedece pensando que quizás es más papeleo, o quizás para explicar o preguntar lo que sucedió la noche anterior.
El azabache se acerca con unos platillos a la mesa, la rubia se pone nerviosa, - no señor, esto no esta bien, usted es mi jefe no debería servirme a mi así- la chica sentía que cada vez era una carga más. El chico intenta detenerla tomándole de la mano, sus cuerpos se estremecen al sentir el contacto, ambos quedan muy cerca el uno del otro al punto que podían sentir su respiración, el viento mañanero entraba por la ventana con el sol, mamoru mira a los labios de la rubia, serena siente como su vientre se llena de un cosquilleo, de un hormigueo, mamoru no se explicaba lo que acababa de sentir por su secretaria frotando su mejilla con delicadeza…

"Al caer la noche"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora