Recuerdo lo que pensé cuando te miré por primera vez, te veías tan tierna con dos coletas y un helado de fresa en tu mano... Es increíble cómo pude olvidarte con el pasar de los años, cómo pude olvidar tu carita regordeta que siempre tenía una sonrisa... Y aunque pasaron los años me sigues cautivado con todo tu ser.
PD: en ese tiempo me tratabas mal porque siempre rompías mis crayolas y te comias mis chocolates.
Atentamente: tu acosador anónimo