¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Scott bajó las escaleras rápidamente, colgándose la mochila al hombro y dirigiéndose a la cocina, donde su madre se encontraba tranquilamente tomando una taza de café y leyendo el periódico.
—Hola mamá —la saludó con un beso en la mejilla antes de tomar una tostada—. Primer día de clase y ya llego tarde.
Mordió la tostada mientras se dirigía hacia a la puerta, casi corriendo.
—Oye, Vegas. Espera un segundo —Scott se giró a verla—, ¿te animas luego a echar un vistazo al sitio?
Miró a la puerta y luego a su madre, dando un suspiro cansado.
—Mamá, es mi primer día.
—Cierto, tienes que enfocarte, sino el próximo verano no estarás con el equipo.
Scott observó a su madre, tentado de decirle la verdad, pero tragó saliva y negó.
—Hoy tengo las pruebas de lacrosse.
—Tendrías que sonar un poco más impresionado, estoy segura de que ellos lo estarán —su madre le sonrió.
Si, él no estaba demasiado seguro de eso.
Estos días no estaba seguro de nada.
—Claro que lo estoy —le dijo, poniendo una sonrisa en su rostro—, eh... debo irme. Llego tarde.
—Perfecto cariño, ¡suerte!
Este asintió antes de salir apresuradamente, antes de decir algo realmente tonto.
Como que el lacrosse no era todo lo que quería hacer.
Como que había algo más.
Algo que su madre nunca aceptaría.
______________________________________
Lydia se miró en el espejo, colocándose el labial rosa pálido en los labios, mientras su madre caminaba detrás de ella.
—Lydia, este año es crítico para las universidades —Le dijo, Natalie Martin podía ser bastante intensa cuando quería serlo, para todo Beacon Hills era la madre modelo, inteligente, feroz, una periodista que no tenía el menor pudor en decir las cosas como debían decirse. Una mujer perfecta que solo exigía perfección—. Las calificaciones son importantes, actividades extracurriculares, atletismo. Mantener una imagen de persona decente, es muy importante, todos ven eso.
Lydia suspiró, guardando el labial.
—Mamá, soy estudiante de segundo año. —Le dijo, buscando tranquilizarla.
Como si no estuviera suficientemente estresada.
—Has logrado tanto, cariño, no quiero que nada de eso sea puesto en peligro. Quiero decir, solo piensa en esa amiga tuya. Era una chica brillante antes de que ese chico Hale la arruinara.
