Capítulo III.

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Los ojos redondos de Jinyoung se abrieron desmesuradamente, su abuelo nunca habló de él con nadie por su protección... Además ¿Cómo sabía que era su orgullo si el mismo lo supo en el lecho de muerte del anciano? Era inesperado.

Al ver el shock del menor la sonrisa de aquel hombre se volvió hasta algo maternal, le tendió la mano invitándolo a acercarse a el. El pelinegro recién llegado volteó instintivamente a Jaebum, este simplemente asintió y se acercó algo dudoso aún al otro. El desconocido de sonrisa dulce simplemente tomó sus manos con cuidado, chocando palma con palma con las del mismo.

- ¿Que ra-...?

- Shhh... Tranquilo Jinyoung-ah, no te haré daño. Quería asegurarme de que seas tú.

Nuevamente cuando el otro lo miró pudo notar un color ámbar en sus ojos que lo relajaron. Asintió y sus hombros que anteriormente habían estado tensos bajaron lentamente, lo miró curioso y otro simplemente lo soltó de a poco.

- Creo tienes muchas preguntas ¿Verdad?

- Si... la primera es... ¿Quién eres?

El hombre caminó hasta detrás de una mesa que a pesar de notarse sus años en su oscura madera se veía bien, tomó asiento y le indicó que se sentará en uno de los sillones que la rodeaban, en la mesa había dulces en un pequeño pote de cristal, en el centro un aparato circular extraño y unos libros y carpetas a su lado. Se sentó, y al lado de este Jaebum le dió unas palmadas en la espalda para sentarse con el.

- Seguro JB te lo comentó, soy Suho, la cabeza de esta gran familia.

La mirada de "Suho" se perdió a un lado, y curioso Jinyoung lo siguió mirando con cuidado en la misma dirección, encontrando en las paredes muchas fotos de distintos tamaños, con distintos chicos solos o con otros. No pudo con la curiosidad y se volteó a verlo.

- ¿Puedo...?

- Claro que si, no está prohibido ver fotos en esta casa.

Se levantó y comenzó a acercarse al muro, en el vió a algunos de los chicos que había conocido hasta ahora... Ten, Bambam, JB, Suho mismo, Jackson, Yugyeom y muchos otros rostros. Una foto le llamó la atención, parecía una mesa familiar, aunque en realidad habían muchas mesas con todos los chicos de las fotos. La tocó y escuchó una risita por parte de Suho.

- Es de la Navidad más reciente... Estamos todos...

- Oh perdón ¿Alguno acaso...?

- Tranquilo, todos estamos sanos y salvos... Es que, me parece injusto, no te encontramos antes de Navidad, hubiese sido genial tenerte con nosotros...

El menor se alejó de las fotos y volteó a ver a Suho, pero nada en el parecía darle algún indicio de mentiras... Pero no lo halló. El hombre de ojos ámbar colocó una mano en su hombro e intentó calmar todos los engranajes que en su mente corrían a alta velocidad.

- Quiero saber... ¿Por qué se... Por qué debemos escondernos?

Suho y Jaebum sintieron una punzada en el corazón, al día de hoy ellos también cuestionaban eso. El suspiro lastimero que salió de la boca de Suho y lo condujo nuevamente a aquella mesa vieja. Colocó un extraño bastón largo de metal en la mesa y de este se desplegó una pantalla holográfica. Su rostro de sorpresa se amplió cuando Suho tocó un par de cosas en en el holograma y mostró un cuarto blanco con un chico encadenado dentro. La expresión en el rostro de Jaebum se volvió dolorosa y un tanto furica.

- Nos escondemos... Por qué para los cientificos somos juguetes de estudio.

- ¿Quién es?

- Es Bambam... Ahora intentarán sacar a la fuerza sus alas a la fuerza.

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