MEDIDAS NECESARIAS

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ELEONOR
Pasado el medio día llegué a mi casa, estaba muy angustiada, comencé a buscar a Abigaíl por cada rincón de la casa y no la  encontré, mi corazón se aceleró y ya casi no podía respirar, subí las escaleras y fui directo al baño de mi cuarto, tomé mis pastillas y traté de tranquilizarme un poco, pensé en que tuvo un contratiempo y por más que llamaba a su celular ella no contestaba, soy una persona dura pero en esta ocasión me sentía indefensa, me dolía el pecho con sólo pensar en la probabilidad de que el supuesto clan que me comentó Elias fuera cierto y que tal vez ya la atraparon, era demasiadas coincidencias por un día, no creí eso posible, decidí llamar a Ismael, él tiene que decirme todo lo que yo necesito saber.
- Buenas tardes, con quien hablo?
- Soy yo, Eleonor, se que suena algo raro pero necesito que vengas a mi casa, creo que sé quien eres en realidad.
- Me tienes un poco confundido, te dije que soy nuevo aquí. No creo que nos conozcamos y ...
- Mira, no finjas más, mi hija está en peligro y necesito de tu ayuda ahora!, ven a mi casa que sólo tú me podrás ayudar.
- Está bien, no podré ocultarte lo que ya sabes, iré ahora pero ten calma, ellos no la tienen, si fuera así, eso ya lo sabría de inmediato, sé dónde vives, no te preocupes por mandarme tu ubicación.
- No sé si debería tomarlo con calma la parte en la que sabes donde vivo, pero te doy media hora para que llegues aquí o iré a la policía y buscaré por cada rincón del barrio a mi hija.
- Allí estaré, calma.
Me senté a esperarlo, me ponía ansiosa saber que él conocía mi casa, que todos estos años una persona que no conozco prácticamente sabía todo de mi, cada movimiento que hacía, cada paso que daba, él lo sabía todo, no sé si estoy haciendo lo correcto con dejarlo pasar a mi casa pero necesito ayuda de alguien y si Elias me dijo que debo confiar en él y aún así no lo deseo, lo haré porque es momento de que lo haga, de confiar en alguien después de tantos años. Estaba muy concentrada tratando de comunicarme con Abigaíl que no me di cuenta de que el timbre sonada sin cesar, me levanté lo más rápido que pude del sofá y fui directo hacia la puerta, no me atrevía a abrirle la puerta a un desconocido, tragué saliba y lo hice, cuando abrí la puerta mis ojos se encontraron con los suyos, estaba muy serio, no sé si estaba preocupado como yo por Abigaíl o simplemente no era su intención conocer la ciudad el mismo día en que me invitó a hacerlo.

- Pasa. - Sólo pude decirle eso, no sabía cómo empezar así que sólo lo llevé hasta la sala.
- Mira Eleonor, no tenemos mucho tiempo, el clan me acaba de informar que ya saben del paradero de tu hija y no tardarán en ir por ella.
- Pero como eso es posible, si quisieran llevarla ya lo harían hace mucho tiempo, ella casi todo el día está sola en la casa.
- No tengo tiempo de explicarte, lo haré luego, ahora lo primordial sería encontrarla. Ya lograste comunicarte con ella?
- No lo consigo aún, no sé dónde estará, no conoce otros lugares que no sea el camino a su colegio...
- Eres increíble! Una madre excelente Eleonor!. - Me lo dice entre dientes y con un tono muy amigable.
- Oye, apenas te conozco, no uses ese tono de confianza conmigo.
- Está bien, sólo bromeaba. Yo sin embargo ya sé dónde se encuentra tu hija, está a media hora de llegar al lugar, vamos?.
- Iré por mi bolso.
 Me subí a su camioneta y fuimos directo al lugar donde se encontraba mi hija, estaba tan desesperada que ni siquiera prestaba atención al camino por donde íbamos.
- Hay un espía en la fiesta, aún no sé quién es, tú entrarás y yo te esperaré afuera, no pueden saber que yo estoy de tu lado así que ...
- Fiesta?,  dijiste fiesta?, así que no corre peligro, ella simplemente se está divirtiendo mientras que yo estoy aquí angustiada, se fue sin mi permiso, esa niña malcriada ya verá lo que le sucederá en cuanto le ponga las manos en cima.
- No prestaste atención a lo que te dije, no estamos jugando a buscar a la niña rebelde, esto es la realidad, es tú realidad Eleonor, tu hija corre peligro y no es la bebida alcohólica exactamente, ni los chicos que estarán tras ella, es algo grave y si no la sacamos de allí antes de que llegue el clan será demasiado tarde, el plan que tienen será más fácil de concretarse. Entiendelo.
- Está bien, iremos por ella y en cuanto la tenga volveremos a mi casa lo más rápido posible, allí podremos hablar mejor, en cuanto me pase todos estos nervios que tengo ahora. - Lo decía mientras volvía a tomar mis pastillas.

ABIGAÍL
Son exactamente las dos de la tarde, estoy sentada en este sofá desde que llegué aquí, observando como todos se divierten menos yo, no tomé ni un trago, pues siento que algo sucederá y prefiero estar sobria, sin mencionar que nunca e probado ni una sola gota de alcohol, Jorge estaba coqueteando con varias chicas a las que no conozco, de repente se fija en mi o en mi soledad diría yo y se acerca, me puse nerviosa, es un chico muy popular, él mas guapo del salón, es el chico que de cierto modo me atrae, aunque nunca hablé con él por miedo a que me rechaze o creo que saber que tiene a las quiere hizo que impida acercarme a él, pero hoy, hoy se me está acercando y no puedo creerlo.
- Te aburre mi fiesta?, te noto muy perdida en tus pensamientos Abi - Lo dice mientras se sentaba a mi lado y me pasaba una botella de cerveza.
- Es muy divertida tu fiesta, tranquilo, es sólo que no conozco a nadie. - Sólo tenía en mis manos la cerveza, no quise beber.
- Bueno ahora ya no estarás sola, además me conoces. - Me giña un ojo y me regala una sonrisa pícara.
- Claro. - dije mientras cruzábamos la mirada.

¿Y SI SIMPLEMENTE FUERA CIERTO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora