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I have a dream

Tenia que arreglar esta situación.

-Soy, más bien, un experto distribuidor externo de productos naturales previamente seleccionados de mi jardín.

Soy un genio

¿De donde saco tanta imaginación?

Al escuchar la risa del chico quien estaba en mi delante me di en cuenta que esto era lo más agradable que me haya pasado en el día o mejor dicho, desde que llegue aquí.

-¡Lamento reirme! Ese trabajo suena bastante importante pero ahora mismo no necesitamos frutas, gracias.

-Espera, yo vine por el alquiler de un cuarto. - Dije señalando el cártel al costado de la puerta, estaba sintiendo el frío de la calle de nuevo y puse una mueca triste, tal vez tambien penosa para que se compadezca de mí.

-Oh, esto será complicado, mi hermano y yo discutimos sobre ofrecer la habitación por proble- - Antes que acabará la oración un papel arrugado aterrizó en la cabeza de Chan.

Él hizo una seña para que esperará allí y desplego el papel viendo una piedra adentro para luego tirarla al suelo.

Al poder ver mejor quien era el culpable, que estaba dentro de la casa, a solo unos pasos detras de Chan, este me parecía un niño con una expresión bastante aterradora aún viendo la altura que tenía.

-¡¿Cual es tu problema, hyung?¡No me molestes! ¡No ves que...Estoy ocupado- Se aclaro la voz mirando hacia mi dirección, había bajado la voz en medio de sus palabras.

Asi que todos aquí parecían tener ese tipo de comportamiento volátil o extraño.
Creo que deberé tener cuidado.

-Solo quería que pararas con tu estúpida risa falsa, además deje en claro que nadie se va a quedar aquí menos un extraño con cara de estúpido.

Pensé que en cualquier momento habría una pelea, Chan suspiró con su puño en su menton cerrando los ojo, parecía que estaba pensando en la manera de matar al otro.

-Él se quedará, en el cuarto de al fondo o en el mío. No solo es tu casa, Jihoon. No importa cuanto me quieras hacer enojar.

El mencionado rodo los ojos antes de salir, sin antes darle una mirada de "Esto lo arreglamos más tarde" hacia Chan.

Ahora comprendo, mi diosa sabe que tan inestable esta el pueblo, todos aquí parecen que necesitan algo para que sean felices.

Y esas son las mandarinas.

-Si quieres puedes pasar y quedarte.- Dijo el joven con una mueca de incomodidad.

-Esta bien y descuida, yo hubiera hecho lo mismo.

Intenté reconfortarlo mientras pasaba a la casa, no era tan grande ni tan pequeña, era bastante similar a una cabaña ademas de tener un estilo rústico, las paredes de madera, muebles y decoraciones igual.

Daba una calidez bastante acogedora, parecia que se reunía lo bueno de este pueblo.
Me fijé en la chimenea de su sala, era bastante antigua por lo que vi pero esta estaba apagada, esto me sorprendió más.

Entonces ¿De donde venia toda esa calidez?

-Lamento esto, realmente intento no ser igual que todos los malos de afuera.

Me habia sacado de mis pensamientos y volteé a verlo, me daba gracia su expresión preocupada, deje escapar una pequeña risa y una sonrisa se quedo en mi rostro, él hablaba como un niño pequeño.

-Creo que mejor deberia presentarme.
Me llamo Seokmin y soy quien no dejara que te conviertas en esos malos ¿Esta Bien?

Desde hoy haré que todos los de este pueblo sean felices, empezando por Chan.