II

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Si había algo que caracterizaba a Hoseok era su instinto de supervivencia y sus infalibles movimientos que lo salvaban de contundentes almohadazos misiles, pero aquello que sobresalía en Hoseok era lo que le faltaba a Namjoon, lastimosamente.

—Así que. . . lo descubrió ¿eh?

Namjoon cubrió su cabeza con el hielo que le ofrecía Hoseok. Vale, tal vez había utilizado más de lo requerido del botecito de burbujas.

—Estoy pensando seriamente en confiscar las almohadas en esta casa —concluyó Namjoon.

—Ni se te ocurra—dijo Yoongi pasando de largo. Nuevamente todo era demasiado para el Rey Min. Recordaba haber sobornado a Taehyung para que soltara las piernas de la niña rubia. Lo había logrado pero a un gran costo, su postre del día y de toda la semana siguiente pertenecía completa y absolutamente a Taehyung, maldito mocoso oportunista.

—Oe, ¿y a este que le pico?

—Lo de siempre—suspiro Hoseok apesadumbrado, Namjoon entrecerró los ojos con un "¿y eso es?" en su rostro.

En la cocina, por otra parte, Jisoo seguía las indicaciones de Seokjin perfectamente dichas paso a paso. El chico guapo era realmente ágil, mientras Jisoo mordía su labio inferior muy concentrada en cada corte de cebolla.

—Si sigues así tendremos un serio problema—dijo Jin—, se supone que soy el hombre más guapo del mundo y tus ojos están en esa cebolla como si fuera el fruto del conocimiento.

—No sea malo sunbae, usted es bueno en lo que hace—nuevamente un corte lento pero seguro.

—Lo soy—reafirmó Seokjin—, así que presta mucha atención—y en cuestión de segundos Jin estaba detrás de Jisoo tomando sus manos, moviendo las suyas propias para que entendiera la manera más práctica de cortar un vegetal.

—Yo digo que el nombre correcto es Jisseok, es obvio—susurró una voz no muy lejos.

—Claro que no. ¿Acaso estás ciega? Definitivamente es Jinsoo—demandó otra.

—No te engañes Jimin-ah, he vivido más tiempo con esa mujer que tú y te sorprendería el tamaño de sus garras—Rose levantó sus manos hacía Jimin—y el tamaño de sus dientes... ¡Graarrrr!

—Si sabes que es una mujer y no un tigre ¿cierto?

—Cuando no está enojada—contraatacó Rose—. Es Jisseok, estoy segura, Jisoo-ssi es el jefe de la relación.

Annyo. Aunque Jin-hyung se vea muy blando, y le gusten las cosas rosadas..., y las cosas suaves, y tenga miedo a los insectos, y prefiera ver doramas, él puede ser muy dominante también. Es Jinsoo, y Jinsoo es.

Rose estaba por replicar nuevamente cuando un carraspeo sobre sus cabezas los tenso significativamente. Esconderse detrás del muro que separaba la cocina de la sala hubiera sido un buen escondite si ellos no hubieran hablando demasiado alto.

—¿Jinsoo? ¿Jisseok? ¿Están bromeando? Espero que lo estén haciendo—quien diría que Seokjin podía verse amenazante con un delantal de gatitos y su camisa rosada.

—Hyung que bien se ve, ¿ya se lo han dicho? Los vapores de la cocina favorecen a su cutis.

Jin arrugo el entrecejo, a un lado Jisoo no dictaba mucho en diferencia exceptuando el leve rubor sobre sus mejillas, posiblemente por el enfado, los vapores, o la cercanía excesiva de Seokjin hace un momento. En la mente de Rose baila la última opción, como un manga shōjo donde su unnie se ruboriza hasta las orejas y mira mojada a su cocinero azul con estrellitas reluciendo alrededor mientras susurra lentamente "Jin Oppa...". Si, ella estaba enferma de imaginación lasciva e insana. El mundo podía aprender a arder si rostros como ella mostraban sus verdades internas como el agua purificada.

—Si no dejas de mirarme así, Rose-ssi, te pondré cebollas en los ojos—Jisoo volteó levemente la mirada hacia el arma picada en el mesón.

Rose parpadeo sonriendo inocente—Sólo disfrutaba la vista, unnie.

—¿De verdad? Entonces no tendrás problema en disfrutar preparando el kimchi—e inmediatamente Rose tenía un delantal de sandías encima, con un cuchillo en una mano y col china en otra, tanto como Jimin una ridícula malla cocinera en la cabeza.

—Pero Jisoo-ssi...—. Los ojos fijos de Jisoo no iban a ceder.

—Jin-hyung...—intento Jimin.

Sin embargo, resignados, ambos menores caminaron adentro de la cocina. Rose miró los alrededores. Un pequeñísimo pensamiento bailando en su cabello liso tembló las piernas de Jimin cuando sus intenciones salieron en una jugosa sonrisa. Vale, Jisoo y Jin Oppa podían jugar a los desentendidos y rodar papeles  pero Roseanne tenía un pasivo Park que someter.

—Ahora, ¿en que estábamos? —Jin tomo la mano de Jisoo para darle el cuchillo nuevamente cuando un grito agudo de atrás los hizo saltar.

—¡No en la cocina Park Chae young!

My Lover, My Friend [blacktan family]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora