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Varios meses antes

 La cara de Jinyoung dolía. Su padre lo había golpeado, no demasiado mal, pero la hinchazón había palpitado por días y el corte bajo su ojo había apenas comenzado a sanar. 

Al menos su ojo ya no estaba cerrado por la hinchazón. De todos modos, era difícil dormir. Después de que había liberado al lobo de esa trampa, el lobo que había sospechado era el alfa del bosque, su padre no había estado feliz con él. De hecho, el hombre estaba furioso. 

Era una especie de milagro que no lo hubiera repudiado por lo que había hecho. Si esa trampa hubiera continuado sujeta,  si Jinyoung no hubiera cortado la red y liberado los dientes metálicos de alrededor de esa enorme pata, entonces su padre podría haber sido famoso; probablemente hasta rico. 

Ellos ya estaban bien, pero todo el mundo quería ser más rico de lo que ya eran. Jinyoung había querido mentir, decir que él sólo había liberado a una mamá oso porque no podía soportar verla asesinada mientras sus cachorros lloraban por ella. Incluso una mamá oso podría haber conllevado a  una buena perdida en cantidad de alimento, piel, y dinero, pero él no habría conseguido la paliza que obtuvo por liberarla. Solo la usual decepción. Él podría haber vivido lo suficientemente bien con eso. 

No, en su lugar, Eric tuvo que ver al lobo mientras corría lejos, de regreso al bosque. Observando luego a  Jinyoung sosteniendo la cuchilla y las cuerdas de la red que cortó, era claro lo que había pasado.

Jinyoung había estado molesto consigo mismo al principio. ¿Por qué no solo lo había matado? Su padre habría estado orgulloso de él. Por una vez  y habría sido todo como él esperaba que fuera. 

Él era un hombre ahora, de edad, y sin embargo todavía tenía que vivir en la misma casa porque todavía no podía valerse por sí mismo. Él era una decepción como hijo, y cuando había llegado su oportunidad para probarse a sí mismo ante su padre, la había tirado lejos. Ahora nunca sería lo que su padre quería. Siempre estaría manchado ante los ojos del hombre. Siempre una decepción. 

Pero Jinyoung no podía olvidar esos ojos dorados. Lo habían mirado mientras sostenía la cuchilla. Lo habían mirado fijamente, desafiándolo a hacer lo que necesitaba hacer. Al final todo lo que consiguió fue quedarse congelado mientras miraba a la enorme bestia.

 Pocas personas habían visto alguna vez al lobo alfa del bosque y habían vivido para contarlo. Jinyoung lo había hecho. Había llegado tan malditamente cerca. Se arrodillo y lo tocó, sintiendo el pelaje grueso gris y negro, sintió el pecho y las costillas ampliarse mientras la criatura respiraba. Incluso sintió sus latidos del corazón. Y lo supo, en ese instante. Él había sabido que no podría matar a esa criatura. Este era un ser magnifico, supuestamente de cientos de años. 

¿Quién demonios era él, un hombre que no había cumplido veintidós años, para poner una cuchilla de acero dentro de su corazón?

 Así que saco la cuchilla de su funda, observando la forma en que esos ojos dorados se ampliaron mientras el lobo trataba de alejarse. 

-¡JINYOUNG! ¿¡Dónde estás!? - Su padre lo estaba llamando. 

Él aún no se había reportado después de comprobar las trampas. Estaría aquí pronto, y Jinyoung tenía que ser rápido.

-Voy a dejarte libre, pero tienes que prometer no atacarme.

 Esos ojos dorados se ampliaron otra vez, y Jinyoung podría haber jurado que el lobo le estaba dando una mirada de incredulidad. Podía entenderlo. Él lo sabía. Siempre había sabido que los shifters no eran solo animales que podían verse como personas. No había tiempo para sentirse orgulloso sobre estar en lo correcto. 

NTS [BNIOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora