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Jinyoung creyó que soñó con aullidos de lobo esa noche. 

Muy bien podría estar escuchando aullidos reales considerando que estaba en una manada de lobos, y quizá eso significaba que los sonidos los estaban haciendo en sus sueños; pero no miró demasiado profundo dentro de ello. Soñaba con aullidos, y soñaba con los ojos de Jaebeom, en su misteriosa forma aquella primera noche que estuvieron juntos.

 Jinyoung se despertó por la mañana con un suave jadeo. Se sentó lentamente en la cama, su corazón todavía acelerado, su pulso latiendo irregularmente con la lujuria que sentía, la cual era tan fuerte como la había sentido esa noche. 

Su polla estaba dura. Justo lo que necesitaba. Llevarse a sí mismo al placer no era algo que disfrutaba hacer. No ahora que había un niño dentro de él. 

¿Qué pasa si sabía lo que él estaba haciendo? ¿No haría eso a Jinyoung una mala persona? ¿Cómo podían las mujeres manejar ese tipo de cosas? 

Jinyoung se resignó a ignorarlo. Desaparecería eventualmente. Siempre lo hacía, aunque últimamente parecía tomarle más tiempo recomponerse. Estaba realmente sorprendido de que él podía sentir nada en absoluto, considerando lo que había ocurrido el día anterior.

Una nueva ola de tristeza lo venció, por la pérdida de su vida como la había conocido, la decepción de su padre, y todo lo que había conocido. Todo se había ido. 

Jinyoung aspiró una respiración profunda. Eso era el pasado ahora. Él era un huésped en esta tierra, y él iba a sacar el mayor partido posible a su nueva situación. 

Era temprano. él era por lo general un madrugador. Tenía que serlo. A pesar de ser hijo de su padre, no se le dio el lujo de dormir, no como algunos otros jóvenes hombres y mujeres ricos de su pueblo. 

Jinyoung había oído una vez que, en las ciudades, muchas personas dormían hasta cerca del medio día. No entendía cual era su problema. Tenía que ser poco saludable. 

Cuando sus pies tocaron el piso de madera se dio cuenta de algo, aparte del dolor agudo del que se había olvidado, la otra cosa era que la cabaña todavía estaba caliente. El fuego crepitaba fuerte en la fogata, y ya una tetera colgaba sobre ella en el gancho; agua preparándose para el té de la mañana y el desayuno.

 Alguien había entrado aquí por la noche para alimentar el fuego y conseguir la comida lista. No sólo eso, los libros que Jinyoung había estado mirando habían sido tomados de la cama y colocados en un estante al otro lado de la habitación. 

La mesa fue movida más cerca del fuego una vez más y había recipientes, cucharas, vasos, tazas colocados encima de la madera. Jinyoung estaba anonadado. Quien había hecho esto o bien había sido increíblemente silencioso, o la carrera por su vida y la recuperación de sus heridas había tomado más de él de lo que habría esperado.

Había sonidos de primera hora de la mañana viniendo de afuera, otros hombres y mujeres preparándose para el día, saludándose. Él  incluso escuchó sonidos de cachorros ladrando. Lo cual le hizo no querer pensar demasiado en ello.

Una fría ráfaga de aire entró en su espacio cálido cuando la puerta se abrió. Jinyoung se estremeció, encogiéndose lejos del frío mientras Jaebeom caminaba dentro.

 El hombre rápidamente pateó la puerta para cerrarla, ya que sus manos parecían estar ocupadas, entonces se giró. Sus ojos se encontraron con los de Jinyoung  y el corazón de este se aceleró nuevamente. 

Esto parecía ocurrir muy a menudo cuando estaba alrededor del hombre. Compañero. Mark había dicho que ellos estaban acoplados.

 Jaebeom llevaba ropa hoy. No mucha. Botas de cuero en sus pies, elevándose hasta la mitad de sus pantorrillas, y pantalones de cuero que se aferraban agradablemente a sus finamente torneadas piernas. 

NTS [BNIOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora