Cartas a mis amores fallidos

Querido Carlos

Te escribo para decirte lo que no te pude decir en persona, la verdad es que me enojó mucho como hiciste las cosas, tu me ilusionaste, me dijiste que querías algo serio y me hiciste interesarme, normalmente yo no lo hago por lo mismo, para no salir lastimado, pero una vez más me la jugué y salí perdiendo.

Es en gran parte mi enojo, porque creíste que soy un pendejo, y no lo soy, no sé si pensabas que si no andábamos no te iba a dar las nalgas, no era así wey, estamos en un momento de la sociedad en donde esta bien vivir y experimentar nuestra sexualidad sin necesidad de hacernos pendejos.

Lo que me encabronó más es que no tuvieras los huevos para decirme que querías seguir cogiendo con alguien más, que no fueras lo suficientemente hombre para admitir lo cabrón que eres. Además que yo si tuve los huevos para decirle a las personas que no iba a coger con ellas porque estaba saliendo contigo, asín es puto, más de una persona esta atrás de mi, soy guapo, inteligente y muy interesante, tu te lo perdiste, no lo supiste aprovechar.

Afortunadamente las cosas salieron bien, me di cuenta a tiempo, no tuve la oportunidad de explicarte como estuvieron las cosas, aquí te va la historia, la primera vez que fui a tu cuarto me llamó la atención ver el lubricante de sabor que tenías, digo, no tiene nada de malo, tenías una historia antes de mi así como yo antes de ti. Algo que nunca te dije pero que lo tienes que saber es que yo soy un morboso, me brincan los ojos cuando veo cosas sexuales, es una realidad lo soy y no me avergüenzo, esto lo digo porque cuando abriste tu cosmetiquera con cosas personales vi también unos condones de sabores, a mi me encantan esos condones, desde hace años, por lo que obviamente los vi, incluso me emocioné porque pensé que íbamos a coger con ellos. Cosa que oh sorpresa nunca sucedió.

Después de tu viaje a Querétaro mi sexto sentido me dijo que los usaste allá, obviamente sin mi, cosa que fue cierta porque cuando regresaste ya no estaban en tu cosmetiquera, y me lo confirmaste porque al poco tiempo que cogimos en tu cuarto no sacaste esos, si no abriste un nuevo paquete de condones Safe On, cuya marca no es nada discreta porque el empaque es rojo llamativo y además yo tenía ganas de probarlos por lo que me llamó la atención, pero dije "ya que", no me importa que se haya cogido a varios por allá, ojos que no ven, corazón que no siente.

Después de días que volví a ir a tu cuarto, ese día en la mañana, una vez más abriste la cosmetiquera enfrente de mi, me di cuenta que el paquete no estaba, lo cual me llamó muchísimo la atención, ya no era normal, mi intuición me dijo que eso ya no estaba bien, así que cuando te metiste a bañar lo único que hice fue abrir la cosmetiquera y efectivamente comprobar que no estaban.

En ese momento no supe que hacer, quise darte el don de la duda, ¿sabes? Quise creer en ti, porque realmente me gustabas, recordé que el día que cogimos tu y yo, tiraste el condón directamente en la basura, y pensé "será tan pendejo de haberlos tirado también", me dirigí al bote y efectivamente ahí estaba, no había más basura que esa, la basura del condón, la caja Safe On, el empaque individual de un condón y el condón usado, reciente por cierto porque estaba fresco, aún le salía semen.

De solo recordarlo me duele el estomago otra vez, me da un retortijón, un nudo en el estomago se me hace, te lo digo porque ya no lo quiero sentir, te lo digo para que tu lo sientas, te doy mi malestar, mi coraje, mi sufrir; yo ya no lo voy a sentir, no es justo para mi, yo no hice nada malo. No me arrepiento, ni me disculpo. Te agradezco los buenos ratos que pasamos, te perdono por haberme ilusionado, pero hasta aquí dejo las cosas, tengo que seguir mi vida y no puedo detenerme por un pendejo como tu pocos huevos.

Te lo tenía que aclarar porque se me hacía injusto quedar yo como el loco intenso, no, yo solo sume uno más uno más uno, y seguí mi instinto, es bueno escuchar a tu corazón y a tu razón, a veces son tus aliados más sabios.

Un abrazo y te deseo lo mejor en la vida.