Destinó #20

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Sentía cómo se agudizaban todos sus sentidos en un abrir y cerrar de ojos, la agitada respiración del castaño erizaban los vellos de su nuca, y el adictivo aroma que desprendía hacia salivar su boca en desespero por arremeter contra la contraria.

-A-Atsushi mm~ -gimio bajito-

Él peli-morado apretó con todas sus fuerzas el volante tratando de controlarse.

-A-Ayudame... Atsushi~ mm~ -volvió a gemir posando sus manos en la entrepierna del otro.

Mordió con todas sus fuerzas el labio inferior de su boca encendiendo de nuevo el auto.

-¿D-Donde aghh~ -en encogió en su asiento jadeante y ruborizado-

-Te-Teppei... Pronto llegaremos y-y podrás tomar l-los supresores -trató de tranquiliza-

Si el peli-morado quería que tomara los supresores eso significaba que ¿no lo deseaba? Aquello fue como un puñal al corazón, gimoteo bajito ante tal pensamiento de rechazo.

Ajeno a aquellos pensamientos erroneos, él Alfa de más de dos metros de altura se concentró en llegar lo antes posible al departamento del castaño, debía evitar algo que era más que seguro, se iba a arrepentir después.

Otra oleada potente de feromonas los golpeo a ambos, aturdiendo al Alfa quién solo se echo a gruñidos como un animal enjaulado.

Apenas se estacionó el auto, kiyoshi bajo enseguida, llenó de determinación y dolor, no dejaría que él ex-gigante de Yosen lo viera triste.

Una vez dentro del ascensor se recargo en este, sus piernas temblanban y su entrada palpitaba en busca de alivio, un alivio que solo podría darle su cualquiera destinado.

Tambaleante se encaminó hacia la puerta de su departamento.

-¡Teppei! -escuchó un grito-

No se volteó sabía que él peli-morado había subido corriendo por las escaleras.

-Ve-Vete -jadeo- y-ya estoy... bien -entró a su hogar-

-¿De que hablás? -gritó siguiéndolo- ¿donde están los su-supresores? -su autocontrol se estába llendo al diablo-

-N-No mm~ ahh~ -cayó de rodillas-

Sonrojado, jadeante e indefenso, sus ojos brillaban en lujuria y malisia ante lo fácil que sería someterlo. Pero no, no podía. Apretó sus puños y respiro hondo, mala idea, su aroma a chocolate humeante en un día lluvioso caló hasta sus huesos.

-V-Vete -escucho en un susurro-

-Te-Teppei ¿do.... donde están los supresores? -preguntó-

Algo torpe se puso en pie.

-T-Te... Dije q-que te... fueras -gruño- n-no los... necesito -sonrió- ya... llamaré a alguién -agarró su celular, llamaría a Riko para que le ayudará en los días que su celo durará-

Él fuerte gruñido de su destinado detuvo toda posible acción.

-Tú No Llamaras A Nadie -tomó dicho celular y lo aventó lejos-

-¿Q-Que... De-Demonios haces? -jadeo ruborizado-

-Mío -tomó al Omega como un sacó de papas con dirección a la habitación-

-T-Tú... Tonto A-Alfa dejame -pataleo un poco-

-Ni De Broma -lo aventó a la cama-

Cabreado hasta la médula él peli-morado saco de mala manera los pantalones del contrario.

Destinó, Me Odias ¿Verdad? -MuraKiyo- (Finalizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora