Destinó, Me Odias ¿Verdad? -MuraKiyo- (Finalizado)

Destino #16

Desde que habían llegado a la dichosa  fiesta había deseado poder quedarse a solas con su gigante peli-morado pero por alguna extraña razón su peli-negro amigo no lo dejaba ni sol ni a sombra.

-Déjalo ser, sólo estaba activado en modo hermano protector -habló como si nada la castaña-

-¿Hermano ... Protector? -pregunto confundido-

-Olvidalo, olvídalo -suspiro- ahí viene-

Y era verdad ahí entre la leve multitud se podía ver al Alfa de lentes con dos bebidas.

-Tengan -ofreció-

-Gracias -sonrieron ambos-

-Junpei~ podrías traerme de esos pastelitos si~ -movió las pestañas encantadoramente mientras sonreía-

-E-Esta bien -murmuro sonrojado encaminandose a la mesa de bocadillos-

-Es hora o nunca -lo miro- escapa-

-¿Q-Que? -la miro confundido- ¿e-escapar? ¿porque? -

-Teppei, se que estas buscando algo o mejor dicho ... a alguien -sonrió pícara- pero si sigues aquí créeme que él idiota no te dejará -comenzó a empujarlo- vete -

-Ri-Riko ... gracias -sonrió-

Algo contrariado comenzó a caminar entre la gente, sonrio al pensar en ese gigante come dulces esperándolo, algo imposible.
Iba a dar la vuelta cuando chocó con alguien.

-Oh losiento -se disculpó-

-Kiyoshi-senpai -habló un castaño mientras se sobaba su pequeña nariz-

-¿Estas bien Furihata? ¿No te lastime?-

-N-No, no, estoy bien Senpai -sonrió-

-Que bueno -suspiro aliviado- ¿ibas a algún lado? Por el golpe creo que ibas apurado -sonrió-

-¡Seiji! -dijo- lo-losiento me tengo que ir ... oh tenga se le cayó -le entregó una pequeña foto-

El Omega castaño solo asintió y la tomó, volviendo a retomar su camino recordando a mitad de camino que no sabía dónde estaba el Alfa.

.....

Llevaba algunos minutos escuchando la conversación de sus amigos y ya sentía ganas de aplastarlos.

-¿Estas bien Murasakibara-kun? -

-Mm~ Kuro-chi y Mine-chi -cambio de tema-
-Dijo que llegarían tarde-

-Murasakibaracchi tus pasteles son los mejores -habló Ryota mientras comia-

-Vas a engordar rubia -habló un moreno uniéndose a ellos-

-Aominecchi -puchereo el rubio-

-Ahomine -gruño el rojizo- no digas eso -murmuro-

-¿¡Que!? Pero mira -lo señalo- si se ve gordo-

El tigre quizo ahorcarlo al ver los cristalinos ojos de su Omega.

-Ryota es mentira -trato de calmarlo-

El peli-morado dejo de prestarles atención al ya imaginar por donde iban los cambios de humor del rubio.
Quizo mandarlos a callar al ver que había perdido de vista a su castaño, poco a poco el también se fue llendo de ahí en busca de su pareja.

...

Sonrió al verlo salir de aquel lujoso lugar, era obvio que estaba perdido y que buscaba a alguién, pero él tenía mejores planes que una aburrida charla.