-Sora,¿qué demonios ha pasado en la cocina?-gritó mi madre despertandome de un salto.
-¿Qué cocina?-me miró confundida y recordé que Noah en su afán por entrar en casa rompió la ventana de la cocina antes de que cualquier otra criatura lo hiciera.Ya que mis lágrimas desprendían unas clases de ondas que atraían a las criaturas sobrenaturales.Levanté el dedo,separando mis labios e inspirando.-Ah,eso,¿un mapache?
-¿Un mapache?
-Si,entró de la nada.-dije intentando sonar convincente,pero nada más lejos.
-¿Un mapache llegó hasta ahí arriba?-dijo siendo en mi opinión demasiado pasiva agresiva.
-Si,tuve que echarlo y me desvelé.-dije apretando los labios y enseñandole el móvil.
-Está bien,-dijo no muy convencida.-¿desyunamos?-asentí.
Entré en mi jeep y fui dirección al instituto,el coche se quedó atascado por culpa del barro.
-Anoche debió de llover.-pensé.
Lo paré e intenté arrancarlo varias veces,pero sin exito.Di un golpe al volante y me crucé de brazos escondiendo mi cabeza entre ellos,levanté la vista unos segundos para mirar la hora,si no arrancaba ya, llegaría tarde,maldije en voz alta y salí del coche,la rueda delantera estaba realmente atascada y pensé en llamar a mi madre,pero estaría trabajando ya a estas horas.Miré mi agenda y era muy breve,llamé a Noah como último recurso,pero no lo cogía.
Sonó una rama partiendose entre unos arbusto y sobresaltada me giré dando pasos hacia atrás.
-¿Hay alguien ahí?-dije riendome de la estupidez que acababa de decir,en toda película de terror que dicen eso, acaban muriendo.
Salió una chica del arbusto,era bajita al igual que yo,pero realmente delgada,tenía el pelo de un pelirrojo intenso,los ojos color avellana y pecas por la parte de la nariz,la cual era pequeña al igual que ella,porque aunque yo no fuera muy alta,de hecho nada más lejos,no estaba muy delgada,con lo cual no parecía tan pequeña como aquella chica.Me miró temblando,llevaba un vestido blanco cual diosa griega,que parecía una sábana.
-¿Estás bien?-pregunté acercandome lentamente a ella.Negó con la cabeza,mientras se abrazaba a si misma,seguía temblando y no sabía si de miedo,frío o ambas.-¿Tienes frío?-asintió.Le dí la chaqueta que llevaba en el coche,y la invité a subir.No sabía si era lo correcto,pero me culparía de no haberlo hecho.No me quedaba otra que llamar a Glenn y eso hice.
-Dime.-contestó Glenn después de tres tonos.
-Tengo un problema y nadie a quien acudir.-dije un poco avergonzada,pero haciendo una risa un poco falsa.
-¿Qué ocurre?
-Mi coche se ha quedado atascado,y no tengo manera de sacarlo,llamaría a Holland o a mi madre,pero ya habrán entrado.No hace falta que hagas nada,solo si puedes traerme una palanca.
-Si,claro en diez minutos estoy ahí.-dijo para seguidamente colgar sin que le pudiera agradecer.
Glenn siempre era amable y desde los doce era como un hermano mayor para mi,venía muchas veces a por Holland y casi que lo veía igual que ella,practicamente era como si tuviera tres hermanos de distinta sangre. Me giré hacia la chica pelirroja que seguía mirando a la nada tiritando,subí al coche y cerré la puerta.
-Hey,ya vienen a ayudarnos,¿quieres decirme tu nombre?-ella asintió y separó sus pequeños labios para pronuciar su nombre.
-Mei.-dijo con una voz realmente aguda en un susurro.
-Bonito nombre,yo soy...-antes de que pudiera gesticular palabra ella volvió a susurrar.
-Lo sé,eres Sora.-dijo con una pequeña sonrisa la cual era casi imposible de ver.
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White Feathers
FantasíaINTRODUCCIÓN Con los pies descalzos, andaba en la oscuridad, sólo se veía la poca luz que conseguía salir de un faro roto. Sus pies fríos y húmedos andaban sobre cristales rotos, tocándose la cabeza notó un fuerte dolor,el cual no era notorio moment...