24 de julio de 2016

6 1 0
                                    

La violencia nos constituyó como sociedad.
Me pregunto si está acabándose la mecha de la vida, si no queda nada más que llegue a encenderla. Si no volveré a verla arder fugaz y silenciosa en las noches de insomnio.

Hoy ha estado lloviendo. El olor de la tierra caliente humedecida me recuerda épocas mejores. Épocas que nunca fueron reales.
Dicen que tendemos a idealizar el pasado y supongo que eso es lo que hace tan complicado sonreír.

Pero el olor de la tierra humedecida sigue gustándome como cuando era un niño, me ayuda a adentrarme en mis más profundos pensamientos.

En la errática sensación de tener algo más.

DiarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora