Buenas tardes, soy el doctor Ramsés representando al colegio de Médicos de Seúl en este reportaje con respecto a la creciente conmoción que se desató en las calles de Incheon debido a los siguientes sucesos: -miré hacia abajo removiendo mis hojas con rapidez, mi espalda sudaba frío y esperaba no soltar alguna palabra de más por los nervios-, tal parece que hace unos días se reportaron varios casos de hombres desaparecidos o hallados muertos, aquí la explicación del porqué tienen que protegerse...
Apagué la televisión frotando mi rostro. Esa era la única noticia que hasta el momento seguía reproduciéndose en todos los medios, incluso en aquellos canales que supuestamente no funcionaban sin cable.
Ver mi rostro una y otra vez me ponía enfermo y apenas habían pasado días desde que me tocó dar la noticia a los medios; los hombres de seguridad seguían abriendo las puertas a nuevos sobrevivientes -no sin antes asegurarse de que realmente estuvieran limpios-, haciendo que todo se sintiera como una película de terror de mal gusto.
Señor, la junta quiere volver a reunirse con usted, le esperan en la sala de conferencias -avisó una de las enfermeras de trauma, que ahora hacía de secretaria dentro del desorden que era el hospital-.
¿En qué momento nos habíamos jodido de esta manera?, miércoles 21 de mayo de 2024, se suponía que el avance tecnológico al igual que el quirúrgico era superior en Corea, ¿por qué el gobierno no se preocupó por el avance médico? hace tanto podríamos habernos ahorrado esta desgracia invirtiendo en investigaciones de laboratorio.
De inmediato, ahora mismo me levanto, sólo guardaré estos archivos -me agaché bajo su atenta mirada y me puse a pensar, ¿cómo demonios es que ella se veía tan normal y fresca?
El virus se había expandido desde Gangnam hasta Jeju y continuaba, las mujeres e incluso niñas se volvían armas mortales sin siquiera saberlo, era casi como la rabia, con la única excepción de que no podía ser controlada. Los médicos de cabecera, los enfermeros, los hombres sin hogar, los señores que vendían en las tiendas, todos desaparecidos o hallados muertos.
El problema era sin duda algo de fácil transmisión, bastaba con compartir el mismo aire para que los hombres resultaran afectados. Los síntomas presentados hasta el momento eran dolor abdominal, excreciones oscuras, secreción nasal... en los casos más destacados se presentaba conjuntivitis.
Aún se desconoce qué fue lo que permitió que algunos hombres huyeran antes de caer muertos al suelo como palomas sin un ala, el virus se presumía altamente letal y era increíble que...
hubieran sobrevivientes.
A menos que estos no fueran genéticamente chicos.
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Abnegación trucada.
General FictionDonde Gizéh salva a la humanidad, pero no como ella esperaba.