Necesitaba oírla reír

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(Jophes)

Dejar de lado que Lea me odia...es lo más doloroso que he hecho sin duda. Pero ahora quiero aprender, va a tomar venganza ...y no puede, no sola.
Le indiqué que se sentara y lo hice en frente de ella. Tomé un adorno de la mesita y se lo enseñé, lo puse en el medio.

-Trata de moverlo.- le indiqué.
-Como se supone que haga eso?
-concentrate en el objeto. Tu papá es una maestro de la telequinesis, debes haberlo heredado.
-Nunca lo he visitó usarlo
-Prefiere ordenarle a sus guardias que actúan por él, es un cobarde, ya te lo dije.

Ví a Lea respirar profundo y clavó su vista en el adorno. Este apenas se tembló.

-Es algo...-comenté y me dedicó una mirada asesina.
Volvió y estuvo unas tres horas hasta que logró levantarlo unos 2 centímetros.
-Bien...vamos ver si sosteniendolo te va mejor.
Levanté el adorno con mi poder y la miré.
-Mantenlo así- me asintió y sus ojos se fijaron en el objeto.

Algo dentro mío se rompió, el gris que me hacía soñar estaba muy oscuro, y no era para menos. Maldita sea!!
Milagrosamente el adorno continuó flotante a pesar de que deje de levitarlo y me observó orgullosa.

-Piensa en ponerlo aquí.- abrí la palma de mi mano.
Miró el objeto y fue moviendolo lentamente hasta caer en mi mano.
-Me duele la cabeza.- me dijo apretando el puente de su nariz.
Saqué el pomo de hibuprofenos y se lo extendí, a velocidad vampira le traje un vaso de agua.
-Gracias...-susurró y sus ojos se clavaron en los míos, enseguida las lágrimas comenzaron a acumularse-como me digas que está contraindicado llorar te vas a enterar!
Sonreí de lado y la observé tomar el medicamento.
-Jurame que no hiciste nada con Isabela!
-Mi amor te lo juro- le respondí sin vacilar-Ella es como mi hermana cómo puedes pensar algo más allá de eso? Entiendo que eres celosa pero...-suspiré- Lea...yo te amo, me casé contigo porque quiero y necesito estar a tu lado.
-...estás obsesionado...- susurró con asombro
-Si. Es tu culpa ser tan...adictiva.
-Me devuelves mi anillo...-pidió y no pude evitar sonreír.
Tomé su mano y deslicé el anillo por su dedo anular.
-Lea- Stefan entró y nos observó con lástima.- lo siento.
Las lágrimas de mi niña no tardaron en salir. Stefan la abrazó y me miró.
-Se nos fue de las manos- pensó y le asentí.
-Tortura cuanto haga falta a ese tipo para que hable.
-Ya habló.- mis ojos se pusieron como platos.
-Y que dijo?- pregunté alzando la voz y Lea se detuvo a obsevarnos.
-Qué la única manera de detenerlo es que le ofrezcas el trono.
-Ni muerto!!- grité levantandome.-No lo haré! Eso es lo único que nos queda de nuestros padres! Sabes todos los problemas que traería dejarlo a cargo, cuántas muertes más? No lo voy a permitir.
-Ya lo sabemos...cállate!

Volví a sentarme y mi mirada vacía se clavó en Lea.

-Mira- le dijo a Stefan

Utilizó la telequinesis para levantar el vaso y ponerlo sobre mi cabeza.

-Vaya! - celebró mi hermano mientras una sonrisa traviesa se dibujaba en su rostro.- Tengo que enseñarte algunas cositas más.

Chasqueó los dedos y el agua que quedaba en el vaso me cayó en el pelo...hijo de pu...
Lea comenzó a reír y puse los ojos en blanco haciéndome el ofendido pero en verdad me alegraba oírla.

-Gracias por eso- le dije mentalmente a Stefan
-Yo también necesitaba oírla reír.

El resto del día pasó tranquilo, encargándonos de que Lea controlara sus poderes, a parte de la telequinesis, la lectura de mentes se agudizó un poco así como el control mental.
Fuimos a casa y me asusté un poco al ver las miradas de Lea e Isabela encontrarse.

-Tienes una idea muy equivocada de tu esposo.-le dijo y Lea solo sonrió de lado-es un asco de persona pero te quiere.
-Gracias por el cumplido.- repusé molesto.
-No me mandes a matar por eso.- refunfuñó
-Lo hago por ti, Regan!- Carlos se brindó.
-Alejate de mi, idiota.- Isabela fue al otro extremo de la sala huyendo de Carlos.

Tomé a Lea por la cintura y la llevé mi habitación.
Me lancé en la cama, estaba agotado de verás pero no físicamente sino mental, discutir con Lea, verla llorar...eso me pone mal, me asfixia.

-Porque él?- me incorporé sentando en la esquina de la cama al oírla.
-A veces los buenos pagan las locuras de los malos.
-No es justo...- se sentó a mi lado y pasé un brazo por su cintura afianzandola a mi agarre.
-Tranquila- besé su pelo y la paz me inundó al sentirla quedarse dormida.

Tranquilizarla era un hecho poco creíble, casi imposible de lograr. La cargué y la acosté en la cama, me puse a su lado y nos tapé con mi edredón negro.

-Sufriste más de lo que deberías...No existirá ser que te haga daño que no pague por ello.- susurré viendo como a pesar de estar dormida las lágrimas surcaban por sus cienes hasta caer en la almohada.
Descubrí que lo que más odio es ver a Lea sufir, lastimada, sin poder salir de ese pozo, en el que yo la metí sin darme cuenta.

😕😕😕
Holi mis bellos lectores.
Quisiera saber qué les parece la trama?
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Saludos desde esta cruel pantalla 😘

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