💫ʏᴏᴜʀ ᴏᴡɴ ɢᴀʟᴀxʏ || ᴄʜᴀɴᴄʜɪxʙᴀɴɢᴛᴀɴ💫

【5】

-Hey...-

No sabía ni lo que estaba haciendo. ¿Acaso era un sueño? Me acababa de despertar y la chica de ojos hermosos de la fiesta de Kim estaba pasando por en frente mío.

Mi corazón hiba mas rápido que los mismos giros de la Tierra.

A penas había abierto los ojos, vi como su billetera caía desde su bolso negro, y decidí devolvérsela.

Desee que mi lengua no se trabara hablando porque cuando a penas me despertaba, solía estar bastante tonto.

La joven se dio vuelta y su pelo castaño voló hacia el costado. Cuando cayeron sus cabellos, yo supe que su pelo era tan suave como una seda. Parecía sacado de una propaganda de acondicionador. Estaba despeinado, el sol le pegaba y algunos mechones se veían dorados, como si estuviesen acaramelados.

Me levante rápidamente con ayuda de mi patineta y agarre su billetera que estaba en frente mío.

Cuando mis ojos se encontraron con los suyos, sentí como si hubiese entrado en una dimensión nunca descubierta.

Sus pupilas se dilataron y casi no se diferenciaban con el iris, ya que este era casi negro.

Mi pulso se acelero.

Esa joven era muy tierna, estaba jugando sucio conmigo.

No había estado tan cerca en esa fiesta, (a cerca me refiero a un metro de distancia, para mi si era cerca).

Igualmente sabia mantenerme calmado, no parecía nervioso. En cambio ella si, estaba sonrojada y tensa, de seguro pensaba que era un violador o algo por el estilo.

Si seguía mirando sus ojos sentía que hiba a caer en una trampa, decidí mirar sus pecas, que de hecho le quedaban malditamente lindas.

-Toma, se te callo esto-

Extendí mi brazo y mientras que agarraba su billetera dijo

-Oh gracias, ni lo note-

Su voz era lo mas suave que escuche. Aunque no se si superaba el pelo, tendría que comprobarlo.

Al terminar la frase sonrió. Sin dientes pero sonrió. Sus cachetes se tornaron un poco mas rojos al estirarse.

Y así sin mas, se pego media vuelta y siguió caminando. Sin dejar de mirarla, me senté otra vez junto al árbol.

Espere que se diera vuelta pero eso no sucedió. Seguro estaba asustada, no es normal que un chico en el medio del bosque te alcance tu billetera.

Tenia que ser billetera.

Tenia que ser la chica de ojos extraordinarios.

No fue gran cosa, pero ese reencuentro me dejo la mente por las nubes.

Se me cruzaron muchas preguntas por la mente.

¿Cuál era su nombre?

¿Sabía que yo era el de la fiesta?

¿Cómo se sentiría acariciar su pelo?

Desee y me propuse volverla a ver.