Capítulo 11

888 39 0
                                    

Me regañaron y dijeron que yo no podía consumir drogas tanto por mi edad como que dentro de la institución.

Pero cuando creí que estaba por ser suspendida mi papá les dijó que era una falda de respeto y de poca madurez acusarme de algo que no podían afirmar, sin pruebas y por palabras de un profesor que se había puesto a escuchar conversación ajenas de estudiantes.

Suspire aliviada al escucharlo y al director no le quedo de otra que darle la razón, mi profesor pidió disculpas y yo pude entrar a la clase.

Ahora me encuentro en el carro de Dannis, días después pues me ha invitado a una actividad de su familia, yo voy atrás casi dormida.

- Señora Lidia, ¿esta bien que yo llegue como su hija a esa actividad? Digo... -trato de no mencionarlo mucho por ella que esta a mi lado y mi papá en el asiento de copiloto.

- Bueno... si, claro, no hay problema -dice pero noto su incomodidad.

- Esta parte de mi familia es muy chismosa, Holly -dice refiriéndose a su madre y frenando en un semáforo-. ¿Qué tal si dices que eres mi novia?

- Ah... -abro mi boca sin posibilidad de responder.

- Solo por mamá, será mejor si la familia no sabe del tema, al menos por hoy, estaremos hasta la noche con la familia.

Siento que me arden las mejillas y quiero matarlo por su idea, no se le ocurrio algo mejor, por un demonio.

- Dannis eso no es necesario, además esta muy...

- No importa, si no preguntan no hay porque decirlo, igual creo que es lo mejor para no tener miradas de desagrado... -digo en un tono bajo frotando mis piernas con mis manos.

- Ay, querida, no te sientas así, nosotros somos tu familia, no pienses en eso -afirmo con la cabeza sonriendo de lado, pero la verdad es que si me siento apenada.

Esta última semana he hablado más con papá y es genial pero en el reflejo de la familia de Lidia yo solo soy un producto de un engaño, no puedo quitar ese sentimiento.

Noto que Dannis me mira por el retrovisor y parece que quisiera preguntarme algo, pero vuelve su vista al frente para manejar.

- Por cierto, ¿sabes nadar querida? -escucho a Lidia y niego con la cabeza-. El rio al que vamos es muy profundo en algunas partes, camina con cuidado.

- Si... -digo nerviosa, no pensaba meterme, he traído esta ropa y estos zapatos de río para no meterme piedras o andar mi ropa normal-. Tendré cuidado.

Cuando llegamos Dannis me ayuda a pasar el rio, pues su familia esta al otro lado.

- ¿Estas bien? Lo que dijiste sobre las miradas...

- Estoy bien, no te preocupes, me pone nerviosa pero no me hace sentir mal -me mira con los ojos entrecerrados hasta que me hace reir-. Confía en mi.

- Bueno lo haré...

- ¡Ay vean a esos dos tortolitos! -la voz chillona de una mujer se hace presente cuando llegamos a la orilla y veo como una mujer abraza a Dannis-. ¿Esta es tu novia? Que escondida te la tenías, ¿eh?

- Si, para que tengas algo que preguntarme en navidades, tía -la mujer se ríe mientras yo veo al resto de los familiares.

Mi papá parece incomodo pero no por él, si no por mi, parece que no le agrada la idea que ha planeado Dannis, no opino nada en el carro y la señora Lidia no termino de decir lo que pensaba, pero ya estamos aquí.

- Pero que niña tan guapa, ¿cuántos años tienes? -dice estrujando mi cara.

- Tengo diesisiete -ella me sonríe y toma mi mano para llevarme al centro de todos.

- ¿Dónde se conocieron? -pregunta un señor.

Esperaba solo recibir saludos.

- Yo...

- Ayude a su papá en un asunto legal -responde Dannis sacandome del apuro.

- Es toda una historia de amor -dice un chico como de la edad de mi hermano, que se apoya en su hombro-. ¿Cómo te llamas?

- Holly -respondo y me extiende su mano la cual tomo para saludarle.

- Bien Holly, tienes tres opciones, ir a comer hasta que te duela el estómago, meterte al agua o quedarte a soportar todas mas preguntas de esta familia -miro a las personas que se ríen por su comentario.

- La verdad es que si tengo hambre -escucho más risas y a unos decirme a donde ir.

- Vamos, es que dejan todo lejos -Dannis me toma de la mano y lo sigo.

Es como si pudiésemos actuar como realmente somos frente a ellos pero no lo suficiente por nuestros padres, no puedo dejarme llevar.

- No esperaba que fueran a hacer preguntas -su risa leve me tranquiliza y me da un plato lleno de carne y ensalada, varias chucherias.

- Ya te acostumbraras o ellos dejaran de preguntar, ¿irás al agua conmigo? -miro el rio y luego mi plato.

- No se nadar -digo tratando de sonar tranquila.

La realidad es que mi peor miedo es ahogarme, cuando era niña una de mis tías murio ahogada, solo recuerdo verla lanzarse y no salir más a tomar aire, sé que se golpeo con una roca pero lo que me aterra es el agua, puede aturdir con facilidad, me va a subcionar y luego solo no podre respirar.

- No te voy a soltar, tranquila -salgo de mi mente al escucharlo y afirmo con la cabeza.

Calle 17 (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora