Bueno, creo que exageré, no puede ser cualquier chico, me entiendes?
Debe tener algo, para especificar, debe ser alto, con una sonrisa bonita y ojos excepcionales. Y adivina qué! Que él tenía exactamente todo eso.
Unos ojos preciosos, cualquiera que les viera se queda perplejo.
Un día de tantos, mi mamá me pidió que la acompañara a hacer unas compras, era un día más de rutina, no sabía que lo mejor estaba por venir, aunque después me di cuenta que también fue lo peor.
Salimos de casa y caminamos rumbo al mercado, que por cierto está cerca de donde vivo, y entonces, lo vi, era tan inocente, tanto le creía su inocencia que no creí que me fuera a romper el corazón como lo hizo.
Estaba ahí, pasando el rato con sus amigos, y cuando les mire bien pude darme cuenta que conocía a dos chicos de ahí, mis primos, Ángel y Dante. En ese momento me sentí más afortunada todavía, podía saber cuál era su nombre, qué hacía, no se, muchas cosas, y sí, así fue.
Después de tantas emociones y confusiones, llegué a mi casa, no podía esperar más a que mis primos llegaran, pensaba cómo preguntarles sin que me tomaran como una loca, quién no va a tomar como una loca a una niña de 15 preguntando cómo se llama el niño de los ojos verdes.
Llegó el momento, ya estaban mis primos en casa y corrí, bueno creo que no, pero si fui directo con ellos, -¿Cómo se llama?, Díganme!
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La Gran Historia De Yel.
Teen FictionMaldigo el momento en que todo cambió. ¡Sí, maldita sea! Han pasado casi 3 años que acabó todo, al principio fue duro, no lo niego, no podría hacerlo. Pero, ¿por qué maldigo ese momento en que todo terminó, cuál fue el motivo para dejarlo todo así...