La Gran Historia De Yel.

Capítulo 4

El mensaje que lo cambió todo para mal. Una verdadera lastima.
-Qué bonita eres- dijo él, el de nombre raro y ojos verdes.
No sabía qué responder, -supongo que gracias- y envié el mensaje.
Estaba gritando por dentro y de repente salió el ruido, mis hermanos se asustaron.
-¿Qué pasó?- dijo la menor.
–Nada, todo está bien- Era mentira, todo estaba de maravilla.
Estaba esperando por días verlo y en su lugar llegó el mensaje, no sé cómo cupo tanta felicidad en este cuerpo tan pequeño, sigo tratando de saberlo, porque ahora estoy vacía.
-Esperaba a que me escribieras tú- decía el mensaje.
Inmediatamente supusé que ya sabía de mi.
Y ya lo sabía, sabía que soy prima de su amigo.

Tenía 15, estaba chica y un poco ilusa con todo, creo que ni siquiera sabía cuál era la sensación de que alguien me gustase, tenía montones de problemas, en la escuela, en la familia, con mi persona, no me hallaba.  Mi hermano mayor no dejaba que nadie se me acercara, ojalá hubiera evitado a él, me hubiera evitado tanto dolor. Y mi hermana, toma mis cosas, las pierde, nunca me las regresa.
Sentía una emoción muy bonita, todavía la recuerdo, fue de las primeras. Seguíamos platicando, de cualquier cosa, lo que nos gustaba, lo que no, etc.
Y después llegó el día, salí con él. No podía dejar de mirar esos malditos ojos, los sigo recordando, quisiera volver a verlos una maldita vez más.
Se nos fue la tarde hablando de muchas cosas, se reía de lo que traía puesto, decía que parecía bruja, y ojalá lo hubiera sido, para poder embrujarlo y que esos ojos solo me miraran a mi.
Me miraba a los ojos y me decía que eran bonitos y únicos, que tenían ese “no sé qué” que le gustaban, ah y también le gustaba mi sonrisa.
Me decía que no me merecía.
Creo que nunca nos merecimos, eramos tan distintos, por algo no seguimos juntos.
-Escapa en cuanto puedas- me dijo.
Nadie sabe cuán aferrada soy, y sí me quede, y aquí sigo.
Pasaron dos semanas y nos hicimos novios.