Prólogo.

15 5 3
                                    

Le había conocido por primera vez en aquella taberna y un año después habían vuelto a celebrar aquel romance que habían disfrutado con tanta pasión y con tanto ahínco. Creía que jamas encontraría un amor tan grande como aquel y que pasaría toda la vida junto a aquel desconocido, que le prometió un romance duradero.

A pesar de haber estado con el durante todo el año, creía que le había conocido lo suficiente como para llevarle a su casa, pues ese era el trato que había echo con aquel amante desenfrenado. Parecía un hombre estupendamente y aunque solamente habían mantenido relaciones en aquel hotel de tres al cuarto, ella creía que realmente serian felices por siempre, sin embargo, aquel desconocido guardaba un secreto que nadie sabia. Ella también guardaba secretos pero ninguno tan terrible como su amante.
Había tenido encuentros fortuitos con el, pues solamente había estado saboreando su piel los fines de semana y no todos, pues el tenía varios asuntos que atender, la mayoría de fines de semana. La joven, estaba en su trabajo y en varias ocasiones le habían regalado un ramo de flores, con un poema haciendo que el corazón de la joven saltará cada vez más que le veía. Ella misma se había propuesto no enamorarse pero sabía que no podía, porque sentía debilidad por los hombres malos.

No sabía si era un hombre malo pero su apariencia demostraba que lo era. Siempre que se veían en la recepción de aquel hotel, era para recoger la llave para subir a la habitación sin embargo, siempre se quedaban para tomar unas copas antes de empezar su deporte favorito. Ella estaba pensando si hacer darle su dirección de casa y llevarle allí. Aunque no debería hacerlo, quedó con su amante que le llevaría a su casa, en la próxima cita que tuvieran para tener ese encuentro tan especial que siempre disfrutaban ambos.

No se conocía su nombre, si tenia familia o si tenia hijos, pues nunca hablaban de su vida personal; por lo que cegada por el amor, le llevo a su morada, donde allí, dio sus últimos suspiros de felicidad y fatal desenlace amoroso.

Un Crimen DesapercibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora