La amante del mar que acabó ahogada.
O por lo menos es lo que ponía en el periódico.
Esa tarde fue diferente. Nereida apareció con el pelo azul aqua, que más tarde solo parecía una mancha de azul claro bajo el mar.
Después del café, la lluvia y el paseo apareció él.
No le conocía, y no le conocí. Nereida en cambio le sonrió y caminó hacia él decidida, debería de haberme dado cuenta en ese momento, pero no lo hice.
Se acercó, le besó y lo dejó con los ojos abiertos y cara de impresión, cuando volvió a mi lado yo no pregunté. Y ojalá lo hubiera echo.
Esa noche nos escapamos a la playa. Y mirando al horizonte y sintiendo el frío, lo dijiste.
Un susurro oscuro y casi imperceptible. Una información que no escuche.
El pronóstico de un cadáver bajo el mar.
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Quisimos ser sirenas
Teen FictionQuisimos ser sirenas pero no sabíamos nadar, y las leyendas de marineros acabaron quitandonos el aire de los pulmones. Quisimos ser sirenas y acabamos siéndolo.