I

95 6 1
                                    

Un mundo donde los humanos viven rodeados de criaturas extrañas: ángeles, ángeles caídos, hombres lobos, vampiros, elfos, sirenas... y muchas más especies mitológicas.

Pues nuestros protagonistas no son nada más ni nada menos que:

Vinsmoke Ichiji, un joven vampiro de la familia más temida, los Vinsmoke, asesinos a sueldo en busca de sangre fresca.

Charlotte Katakuri, de sus múltiples hermanos y hermanas, él forma parte de la raza de los hombres lobos junto con sus mellizos, familia grande y poderosa a la vez que temía.

Tsukino Aoi, un ángel caído, traicionada por su propio padre desterrando tanto a su madre como ella fueron del cielo, convirtiéndola en ángel caído. Y por último.

Tsukino Koemi, hija de la misma madre que Aoi, ella supuestamente nació de un supuesto amor, pero el padre de la joven, padre de Aoi, la capturó a nuestra elfa matando a su madre y abandonando a Aoi.

Era una noche como cualquier otra y los Vinsmoke iban de caza a petición de un cazafortunas.

-vaya vaya, el señorito Vinsmoke vuelve a venderse por dinero.-sonrió aquella Ángel caída de ojos azul cielo mientras levitaba en el aire agitando suavemente sus alas negras.-¿Vas a por más víctimas humanas? Ya es la...tercera de este mes.

Si había algo que le gustará era picar a ese vampiro. Desde hacía un par de meses que había algo raro entre ellos. No se gustaban pero amaban esa tensión sexual que había entre ellos llegando a consumar algunas noches.

-¿Quien eres? ¿Mi conciencia? De eso no tengo.-se dio la vuelta con los colmillos llenos de sangre, signo de que había acabado la carnicería.-Y tarde, cumplí el encargo. ¿Te preocupan unos simples mortales?

-Por favor no, la bondad me abandonó hace mucho tiempo.-tiró de su pañuelo acercando sus rostros.-Pero que pena que cumplas el encargo, hoy quería joderte un poco.-sonrió divertida de lado.

-Bueno, tú lo has dicho, es la tercera de este mes, quien sabe, puede que haya más.. -el vampiro se lamió los colmillos saboreando la sangre.- tendrás más ocasiones para joderme, eso si es que antes yo no te jodo a ti, no sabes con quien tratas ángelito... -sonrió divertido.

-No me llames angelito que te la ganas.

-¿Acaso no lo eres? Solo que eres uno caído, muñeca. -rió Ichiji cruzándose de brazos mirándola.- ¿por qué me quieres joder a todo caso? -dijo serio.- ¿qué tienes contra mí?

-Es divertido.-rió levemente.

-¿Divertido? Por que te has topado conmigo y soy algo... blando. -lo dijo con asco.- pero si te topas con mis otros hermanos, ya hubieses estado bajo tierra hace tiempo guapa. -dijo burlón riendo y acercándose al rostro del ángel rozando sus labios. labios.

Aoi río levemente y se elevó un poco. Disfrutaba jugando con el.

-¿Ellos? Mmm...lo dudo mucho. Digamos que no sabes todo sobre mí.-sonrió mientras se iba yendo hacia atrás apoyándose en un árbol.

-Y tú tampoco sabes todo sobre mí demonio. -dijo siguiéndola para saltar al árbol y sentarse en la rama mirando a la joven cruzado de brazos.- y sabes perfectamente que los vampiros y ángeles no nos llevamos.

-No soy un ángel.

-En tus venas corre su sangre.

-No soy un ángel.-repitió más enfadada.

-Ya, lo que tú digas, todos los demonios dicen eso. -bufó Ichiji saltando al suelo.- me voy, tengo cosas que hacer y no perder el tiempo.

-Lo que tú digas maldito demonio.-dijo la chica un tanto molesta.-Ya se me pasaron las ganas de molestarte.

-Soy un vampiro, no un demonio. -rió y ambos se marcharon por donde habían venido.

Sin embargo, tras aquel oscuro bosque hace más de mil años, un lobo negro pequeño se paseaba junto con su madre.

-Mira ahí Katakuri, ¿ves esa criatura? -se encontraban en el bosque élfico y veían a la recién nacida de los cabecillas, el padre hizo un trato con BigMom, como la conocían la gente, por salvar su trasero nada más.- en unos años, tú y ella series marido y mujer y uniremos estos dos grandes reino hijo mío... -acariciaba el pelaje de su hijo.

Eso fue aquello de mil años, sin embargo aquél lobo ya hecho un hombre espiaba a su "presa" apoyado en un árbol mirando el claro, más en el lago que se encontraba su "futura esposa" nadando con sus amigos y amigas riendo y pasándoselo bien.

-¡Venga Koemi! ¡Salta! -Nami la animó a que saltara de lo alto de la cascada.

-E-Es mucha altura... ¿No? -dijo Koemi algo insegura.

-¡Estámos aquí, venga ya! -Zoro rió mirándola desde arriba.

-¡Venga te ayudo!-rio Luffy agarrándola de la cintura y saltando con ella al agua riendo.

-¡KIAAA, LUFFYYYY! -la joven elfa gritaba y cayeron al agua.- ¡Me cago en todo! ¡Luuuuu! -dijo Koemi escupiendo agua mirando a sus amigos quienes reían.

-Has saltado oye. -Zoro se encogió de hombros.

-Idiotas... -Koemi rió y Luffy la abrazaba de los hombros casi ahogándola.

Ante tal gesto y Katakuri gruñó cual lobo buscando a su presa.

-Oye, oye, ¿te harán reina entonces en poco no?-Luffy sonrió preguntando.

-Si... no me gusta la idea, pero... debo admitir mi destino. Ser reina me quitará muchas libertades... Quiero escalar árboles, cazar, luchar, vivir aventuras con vosotros... no estar en un salón del trono vestida elegante y acotando órdenes... -suspiró la morena ajustándose más el parche ya que se le había aflojado un poco. Aquellas palabras provocaron al joven lobo que alzara una ceja.

-Oye oye.-Nami la abrazó.-Nosotros estaremos a tu lado siempre boba.-besó su mejilla.

-Pero no será la mismo... -dijo algo triste la chica.- bueno, me voy a ir a dar un paseo sola si no os molesta, ya sabeis, me quiero desahogar y... no quiero que me veais de aquella manera.

Koemi se salió del agua y se sacudió el pelo para secárselo y se vistió cogiendo su arco y sus dagas junto con su espada, aquella espada fue en su día de su supuesta difunta madre, que le contó su padre y se marchó adentro del bosque caminando sola y maldiciendo a su padre y al palacio.

-Ojala pudiera huir...escapar lejos de aquí...o estar muerta como madre...-suspiró sollozando.

-Uy, ¿la princesita está triste? ¿Que pasó su majestad?-dijo la chica de ojos rojos sentada en una rama.

Koemi dio un salto y se sorprendió al ver a aquella demonio.

-¿Quién eres? -desenvainó su espada mirándola seriamente. Provocando que Katakuri en lo escondido se transformara en lobo.- ¿Qué quieres de mí y cómo me conoces?

-La noticia de que serás reina ya es conocida en todos los reinos de los seres sobrenaturales.-bajo.-Soy Aoi, Ángel caída

-V-Vale... -Koemi retrocedía cada paso que daba aquella ángel caída.- muy bien Aoi, soy Koemi ahora, si me disculpas he de irme, porque aunque vaya a ser reina, padre dice que el mismo día que cumpla ya los mil años, elegiré a mi "rey" -apartó la mirada apretando su empuñadura de su espada.- no quiero elegir sobre príncipitos de pacotilla que el capullo de mi padre ha elegido, yo quiero conocer a alguien y elegir a esa persona... no obligada.

-Ah si, no me hables de ese imbécil por favor.-gruño molesta.-No quiero recordar al imbécil que mató a mi madre.

-¿E-Eh? ¿Mi padre mató a tú madre? Lo siento... mi madre falleció en el parto, eso es lo que me dijo mi padre... Disculpa, supongo que habrás venido a matarme, como venganza, ¿no? -Koemi la miró seria activando la magia en su espada.

-¿Por que mataría a mi hermana pequeña?

Contrato de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora