IV

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-No puedes ir Aoi.

-¡Es mi hermana!-gritó Aoi nerviosa.-Además...tengo que volver. ¡No puedo creer dejarla a su merced!

-¡Te matarán si te ven Aoi! -Ichiji la sujetó de la muñeca.

-¡Déjala! ¡¿no tenía tantas ganas de morir!? ¡Es su oportunidad hermano! -Yonji rió mirando la escena junto con sus dos hermanos.

-Es más importante para mi su seguridad Ichiji. Lo siento.-se soltó y salió volando para llegar a tiempo a la boda. -Por favor...que llegue a tiempo…

Mientras, en la azotea del palacio, Koemi y Katakuri estaban cara a cara, ambos sin alegría de casarse.

-Hoy, estamos aquí para unir a estos dos especies, lobo y elfa, para unir a dos grande reinos y poder vivir en paz con otras especies, Katakuri, ¿aceptas a Koemi como tu legítima esposa?

-Si quiero… -dijo mirándola a los ojos sin ganas.

-Koemi, ¿aceptas a Katakuri como tú legítimos esposo?

Koemi miró a Katakuri y luego a su padre quien la miraba seriamente y suspiró.

-Si…

-Entonces, yo os declaro marido y mujer.

Koemi fue a besar a Katakuri pero este se apartó y cogió el cuchillo que el sacerdote le entregaba y se cortó la palma de su mano, para luego vendársela y entregarle el cuchillo a Koemi, quien se quedó asombrada. Tomó el cuchillo e hizo lo mismo quejándose un poco y al vendarse la palma, Katakuri tomó su mano herida con la suya. Les habían prohibido besarse y menos tocarse.

-¡Alta vida a la reina Koemi! -cantaron todos.-¡Alta vida al rey Katakuri! -repitieron.

La puerta del lugar se abrió de golpe dejando ver unas alas negras.

-¡Yo me opongo a esta unión ilegítima!-gritó.

-¡Aoi!-gritó feliz Koemi al verla.-¡Estás bien!

-¡Demasiado tarde! -Su padre se levantó.- ¡Katakuri y Koemi ya se han casado! Y, como no, Katakuri ha de volver a su reino… y no volver a verla hasta que nosotros digamos… -susurró para que no se enteraran los ciudadanos.

-¡Como primogénita de la unión del rey y de la antigua reina tengo el poder de anular este falso casamiento! ¡Me acojo a la cuarta enmienda del clan de los elfos!

Todos empezaron a farfullar entre ellos mientras que los amigos  de Koemi miraban a Aoi sonriendo.

-¡Esa es la Aoi que conocíamos!-susurraron.

Aoi miraba desafiante a su padre.

-¡Padre no le haga caso! La boda sigue! -el rey intentó unir ambos reinos.

-L-lo lamento su majestad, pero si en verdad ella es la primogénita al acogerse a la cuarta enmienda ella asume las obligaciones de la reina y tiene tanto poder como usted.-cerró el libro.-¡esta boda no es válida!

-¡Yoshaaaaa!-saltaron felices todos los que odiaban a los hombres lobo.

-¡Kata! -Koemi sonrió feliz abrazándose a su cuello dando vueltas y al dejarla en el suelo, ambos se miraron felices pero, una flecha atravesó el pecho de la elfa.- ¿K-Ka… Ta…? -Unos de los hijos de BigMom estaba en lo alto vigilando, era mejor Flampe quien disparó en caso de que la boda saliera mal.

-Si no hay boda… no hay unión Tsukino. Ahora debes pagar por todo. -BigMom se levantó cabreada.- vendiste a tu hija para impedir pagar todo lo que me debes pero… Ahora debes entregarme todo cuanto tienes para pagar tus deudas.

Contrato de SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora