Un Paquete Misterioso

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Segundo Capitulo

Llegue a la escuela, la gente me mira con cara extraña. ¿Sera mi atuendo? Pero si acaso, yo tan solo llevo unos jeans gastados con una remera negra. ¿Por mi peinado? No lo creo, es mi recogido de todos los días. Agarro mi mochila, no hay nada adherido a ella. La campana suena, hago la fila con mi curso, para que la directora nos salude como todos los días. El sol me quema. Miro a mis compañeros, no encuentro a Henry, mi mejor amigo, mejor dicho, mi único amigo. Entro a la clase de Geografía, la profesora me llama, no entiendo porque pero obedezco.

-Hola profesora ¿Me llamo? -pregunto.

-Sí, Madison, ¿Cómo estás? El director te llama.

-¿Qué ha pasado? -me pregunto.

-Ve con el director Shaws, es lo único que se.

Asiento con la cabeza, y subo las escaleras mientras todos los comentarios me invaden la cabeza.

<<El director te llama. Ve con el director Shaws, es lo único que se>>

¿Se habrá enterado de todo lo sucedido ayer? ¿De nuestro escondite con Henry? Estoy preocupada, una gota atraviesa mi cara, me limpio con mi mano.

Toco delicadamente la puerta de la dirección, lo escucho hablando por teléfono con un padre/madre. Luego de unos minutos, que debo decir que me parecieron interminables, entro.

-Buenas tarde, Madison, puede tomar asiento.

Obedezco, mi cara se ponía pálida, sentía que la sangre dejaba de circular por mi cuerpo, que la presión me bajaba, hasta que me desmaye.

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Cuando me despierto, me encuentro en el hospital, no comprendo que pasa. Veo a mi madre que se acerca y me abraza.

-Estarás bien, no te preocupes, sé que esto es duro, pero lo superaras te lo prometo, nada malo pasara, te lo prometo -dice mi madre, entre lágrimas.

¿De qué habla con que esto es duro? ¿Qué lo voy a superar? Sé que mi madre no es normal, ¿Pero se está volviendo loca? ¿O acaso yo me estoy volviendo loca? No puedo hablar, las palabras no me salen fácilmente como siempre, no logro preguntar qué pasa.

-¿Qué diablos pasa aquí? ¿Qué es tan importante? Tu estas aquí, papa debe estar afuera, estoy bien así. ¿Le paso algo a Henry? -Digo con un hilo de voz- ¿Acaso le paso algo a el?

Mi madre permanece callada, le cuesta hablar, tanto como a mí.

-¿Qué pasa? -vuelvo a preguntar

-Tu padre -dice levemente- tu padre.

-¿Mi padre qué? ¿Qué le paso?

-Está internado, no sé si se recuperara. No se pueden hacer visitas, todavía, pero hay que tener fe, como cuando el te cantaba en las noches para que duermas.

Sinceramente no sé qué tiene que ver que él me cantaba de noche cuando era pequeña, pero en un momento asi, no podia decirle a mi madre nada. Las lágrimas me caen, no puedo, no puedo vivir sin mi padre, sin alguien que me rete y me castigue por las cosas que no hago bien, sin alguien que me cuide tanto, demasiado que no me deje salir a ningún lado, no puedo.

Esos dos días, me los pase, sentada en el sillón, pensando en mi padre, en como toda mi vida cambiaria, en cuanto lo extrañare, en que tengo fe, pero al mismo tiempo, no.

Comencé a leer un libro llamado "Sin amanecer no hay crepúsculo", para poder, de alguna forma, desviar mi mente. Todavia no logro comprender su titulo, pero se que en alguna parte del libro lo descifrare.

Mi madre decidió que, al día siguiente, iré a clase, para pensar en otras cosas y no estar todos los días así.

Estaba por terminar el capítulo número 22, el más importante de la novela según mis compañeras, hasta que suena el timbre. No se de quien se trata, pero me enojo, quería leer que pasaba con Scott. Cuando abro me encuentro a Henry. El no termina de decir "hola" que yo ya me tire a sus brazos y comencé a llorar. El trataba de calmarme pero no puedo hacerlo, sus intentos fueron un fracaso.

-¿Cómo has estado? -me pregunta.

-No lo sé-respondo, su pregunta es absurda, sabe que no estuve bien, estuve mal, sentía que el mundo se estaba por acabar- no lo sé - vuelvo a repetir.

De todas formas, me hizo volver a reír, con nuestra charla que no tenía un tema, no recuerdo de que hablamos, fue algo bastante extraño. Creo que le habían hecho una broma a la profesora de Biología, poniéndole un sapo en la cartera, o no lo sé. Que crueldad, ella es una buena profesora, si estudias, claro.

Nuevamente, sonó el timbre, me levanto muy cansada y abro la puerta.

-¿Quién es?

-Usted es Madison? Le llego un paquete.

-Pero yo no espero nada señor, está equivocado.

-Aquí dice su nombre -me responde señalando a la etiqueta del paquete- así que firme aquí y esto es suyo.

-Bueno, listo, gracias, adiós.

Cierro la puerta, y corro al sillón con Henry.

-Es un paquete para mí -le digo.

-Bueno -me responde. Pasan largos segundos hasta que dice- ¿ábrelo o quieres que con mis ojos rompa la caja?

-Que chistoso.

Intente abrir el paquete, la cinta estaba muy pegada, bueno es lógico. Trato de romper el cartón. Fracaso. Voy a mi habitación, busco en mi cajón y consigo un cúter. Logro abrirlo.

Era un paquete... ¿Mi Padre?

En él, había un collar con un signo extraño y un papel en el que decía:

"Hija, ha llegado el día en el que eh muerto o muy herido, sé que Henry te estuvo cuidando todo este tiempo, y creo que es el más adecuado para poder contarte todo, este es un collar que te protegerá, úsalo siempre. Soy un Winfreed. Tú eres un Winfreed. Henry es un Winfreed.

Con cariño

Papa"

¿Winfreed? ¿A qué se refiere? ¿Un collar que me protegerá? ¿Henry me estuvo cuidando? ¿De qué? ¿Por qué es el más adecuado para contarme todo? Miro a Henry, tratando de que me dé una explicación sobre lo que pasa, pero, sin embargo, el permanece en silencio.

-¿Y? ¿No me dirás nada? -Pregunto- vamos cuenta.

-Sera difícil -responde Henry, suspira y comienza- Los winfreed somos personas comunes, pero con un don en los hombres, por ejemplo el mío es leer las mentes, pero lo que piensan en el momento que intento entrar en su mente, no toda su vida, y el de tu padre la fuerza. Las mujeres, tienen todas el mismo don, sabiduria. De hecho, muchas cientificas tambien son Winfreeds llevando una vida común. Ademas, tenemos una logica diferente a la de los humanos, esa parte si es complicada.

-Con razón -lo interrumpo- siempre sabias lo que pensaba, aunque no se si creerte- no sé si es una broma que él me intenta hacer, pero lo dejo continuar hablando.

-Bueno -sigue hablando- Cada vez que es descubierto un Winfreed, hay que llevarlo con una hechicera, yo te llevare con Alice. Para saber si en realidad lo eres, muchos hijos de un Winfreed y un mortal no lo son. No será fácil, pero debemos llegar, cada día está en un lugar diferente -dice agarrando un papel de la caja- así que mañana debemos seguir todo esto.

-Mañana ¿no es muy pronto? -pregunto.

-No, créeme. Ella es una bruja pero siempre usa sus poderes, por eso cada vez que es descubierta se larga.

-¿y por qué no "usa sus poderes" haciendo que se olviden de todo? -pregunto, sin comprender.

-Ella es rara, no lo sé. Les quita la memoria, y luego se va. Mañana hablamos, prepárate.

Winfreed: La ProfeciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora