La Profecia

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Me prepare una mochila, con comida enlatada, una linterna, una campera, un reloj, un arco con flechas, una cantimplora con agua, entre otros.

Me acuesto en mi cama, mi madre estaba en el hospital junto a mi padre, Henry se había ido. Ahora que lo pienso ¿Mi madre sabe todo?, no lo sé, pero estoy tan cansada que me duermo en cuestión de segundos.

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Me despierto con un dolor profundo en mi estómago, siento cosquillas que me hacen daño, mi mano esta mojada, mojada con sangre, logro ver un cuchillo, veo a Henry tirado en el suelo, pálido, ¡Estaba muerto! Las lágrimas me invaden, esto no puede pasar.

Me despierto bruscamente, dando un salto de mi cama, me calmo al darme cuenta que todo era un terrible sueño, una pesadilla. Eran las 7 a.m., me duche, me puse ropa deportiva cómoda, el collar de mi padre, agarre el mapa, y espere a que Henry llegue.

El timbre sonó, eran las 8 a.m., <<temprano para que llegue a este horario>> pensé.  Abri la puerta, pero no había nadie, las luces del pasillo estaban encendidas, así que alguien había estado allí. Supongo que los niños del otro piso haciendo 'rin raje' el juego de tocar el timbre y salir corriendo, lo hacen todos los días y ya es cansador, no divertido.

Me acosté en el sillón y llame a mi madre.

-Hola ¿Ma?

-Madison, ¿Qué pasa?

-Nada, solo quería saber cómo estaba papa.

-Igual que ayer, mañana le harán estudios, así que si quieres, ven, solo si quieres, porque yo estoy cansada y me ayudarías –responde mi madre agotada. Las indirectas de mi madre, son, como decirlo, muy previenes, no son indirectas, todo lo contrario, son totalmente directas.

-Claro que si, ma, allí estaré –dije, aunque sinceramente, no sé si podre, por todo este problema, bueno no problema, por el asunto del don.

Henry llego, y me miro con una cara extraña.

-¿A donde piensas que vamos con arco y flecha, cantimplora, linterna y comida enlatada? – me pregunta

-No lo sé, soy nueva en esto, no entiendo –reflexiono.

-No vamos a la jungla –decía mientras se reía descaradamente- debemos ir a una ciudad a varios kilómetros de aquí. Tenemos que tomar un tren y encontrar la casa de la bruja, que tan solo nosotros podemos distinguir.

-Espera –lo interrumpo- ¿Cómo es eso de que nosotros lo podemos distinguir?

-Porque, las casas de las brujas, tienen 2 caras. Una cara es la que ven las humanos, que ven una simple casa normal, la otra, es la que vemos nosotros, la real.

Asiento con la cabeza. Aunque, realmente, estoy demasiado confundida. Lo único que hago es seguirlo, hacia a donde va, cantando <demasiado bajo para que me escuchen> una de mis canciones favoritas.

Llegamos a la estación del tren, la multitud estaba desesperada porque el tren llegase, para ir a trabajar, al colegio, a hacer cosas normales, excepto nosotros, yendo a la casa de una bruja, quien sepa como se llame. Luego de unos minutos de sacar el boleto, nos sentamos en el tren, ya que había mucho espacio, solo habíamos subido nosotros y un extraño chico con cabello castaño, que me miraba o eso deseaba que hiciera.

Bajamos del tren, y el chico también lo hizo. Mientras íbamos, a la casa de la bruja <Me siento rara expresando ese término>, observo que el chico de ojos azules nos seguía, pero sabía que él no nos perseguía, debido a que tenía la misma cara de confundido al verme, que yo cuando lo hice.

Winfreed: La ProfeciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora