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No había dudas.
SiCheng no tenía en lo absoluto nada del porqué ser inculpado.
Así lo demostró su abogado en cuanto rindió las pruebas seminales de la víctima en cuestión.
La misma había quedado en shock en cuanto lo supo. Hasta que pareció recordar que no estaban solos en la habitación. La orden de aprensión en contra de el supuesto amigo de quién estaba siendo protegido por tal abogado, fue dada.
Se comenzó una búsqueda, y en cuanto lo tuviesen detenido, se haría otra auditoria.

Por el momento el rubio estaba libre de cargos. Justo antes de salir ambos del juzgado, SiCheng quiso agradecerle.

─Eres realmente bueno

─Lo soy, pero tampoco fue difícil. En un principio creí que era una trampa, si fuese así la chica también habría puesto resistencia para no someterse a ninguna prueba, lo que por supuesto haría más difíciles las cosas. No la juzgues, ella se sintió violentada y tiene el derecho de saber que pasó

─Ahora lo sé. Por cierto, déjame que te invite una comida, o un trago. Realmente quisiera darte las gracias

─Claro. Ahorita no me es posible, pero podemos vernos más tarde, ¿te parece?  

─¿Eso significa que obtendré tú número?

Divertido por lo que su compañía le daba, Yuta sonrío y pidió su teléfono, añadió su contacto en la agenda del chico frente a él que no dejaba de mirarle y cuando terminó le devolvió el dispositivo.

─Llámame cuando gustes

─Abogado Nakamoto   ─señaló el nombre con el que se había guardado, tras un ceño ligeramente fruncido y después de teclear brevemente, le mostró como es que el estaría en sus contactos.

Komorebi  ─un tanto impresionado le miró interrogante. Ante eso, SiCheng solo sonrío─.  ¿como sabes esa palabra?

─Erin mencionó algo de que tienes ascendencia japonesa, he investigado muchas formas de como llamarte, quisiera que fuésemos cercanos, ésto es lo más apropiado

─¿Por qué?

─Eso eres. Un rayo de sol que se filtra detrás de las hojas de los árboles o en todo caso, detrás de mi

─Mierda, ¿tienes que ser tan serio al decir eso? Casi me quedo sin respiración

─¿En serio?   ─carcajeó sin pena mientras el abogado se abanicaba con su mano por encima de su rostro.

─En fin, más tarde te llamo entonces  ─sonriendo avergonzado se apresuro a salir del lugar.

Ese chico tenía la sensibilidad de una chica. Le resultaba lindo. Pero deseaba que no más que la propia Erin, de ser así, estaría en problemas.





Al llegar a la firma y por ende a su oficina, encontró los casos que aún no tenía resueltos. Debía darse prisa pues tenía menos de un mes restante para terminar su labor como abogado y comenzar como fiscal de estado.
Pensar eso era excitante. Sus esfuerzos finalmente lograban resultados.

Por el resto de la tarde se dedicó a trabajar en la mitad de ellos.
Fue hasta que visualizo una taza de café por encima de su computador. La sonrisa que recién se comenzaba a dibujar, se borró en el instante en que sus ojos notaron la presencia de Yerin.

─¿No lo vas a tomar? Mi brazo se cansa

Sin ninguna otra intención, tomó la taza colocandola en su escritorio.

─Creí que no querías saber más de mi

─Exagere un poco. Fue porque no me gustó que te hayas ido de la mano de esa mujer. Lo puedo entender, es guapa

Beautiful Fantasy  [Yuta] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora