| 04 |

5.6K 535 169
                                    


Sensible del alma entró a la oficina de Erin. No sabía como ser fuerte ante tal situación. La visualizó de espaldas. Por el continuo movimiento que hacían sus hombros, dedujo que estaba
sollozando. Lo comprobó en cuanto estuvo detrás de ella.

─Lo mataré, Erin. Ese bastardo me las va a pagar

Tan pronto escuchó esas palabras dio un respingo y al dar la vuelta se encontró a aquél hombre que a pesar de haber salido lastimado; estaba ahí. Para ella.

No lo merecía, pero lo agradecía. Se dejó envolver por los brazos cálidos de su ex amor, era reconfortante. Podía tener paz aunque fuese por escasos minutos.

─Gracias ─suspiro aún encima de su pecho.

─Líder Park quiere que hables conmigo. Sé que es difícil, pero como tu abogado necesito saber todo

Eso le hizo despegarse de su cuerpo y mirarlo desconcertada.

─Quiero hacer ésto por mi misma, no espero que lo entiendas, pero ..

─Siempre es bueno tener ayuda

─Lo sé y nuevamente gracias. Pero es algo que me propuse precisamente para combatir éste miedo

Orgulloso por sus palabras y madurez, no le quedo más que asentir.

─Aquí estoy, Erin ─pronunció.

Brevemente los golpes en la puerta no se hicieron esperar, ella decidió abrirla y en ese instante un porte intimidante se apoderó de Han Erin para darle la cara a quién venía con el propósito de defender a tal basura.

Señora de Lee, ¿dónde está su abogado?

─Frente a usted, y favor de no volverme a nombrar de esa manera ─concluyó.

Aquel personaje se burló descaradamente; para su poca diversión, existía un ser que no
aceptaría más humillaciones a la mujer de su vida, y ese era; Nakamoto Yuta.
El timbre de voz de inmediato fue muy familiar para creer que solo era una coincidencia.
Claro que se trataba de él, una escoria al igual que sus clientes. Se encargaba de defender a personas cuyos delitos eran dignos de llevar a cadena perpetua. Sin embargo, de una u otra manera, siempre los libraba de sus condenas.

─Disculpe, pero no tengo tiempo de bromear. Según entiendo, usted es primeriza en éste oficio, ¿no cree que tiene mucha desventaja?

Para defenderse, Erin abrió la boca, pero la cerró en cuanto escuchó esa voz detrás, aproximarse hasta ellos.

─¿No crees que eres tú quién está en desventaja, Chittaphon?

Escucharle y reconocerle era un dolor de cabeza. Algo que no se molesto siquiera en disimular.

─Vaya, Yuta. Hace un tiempo no sabía de ti

─Lo mismo digo, parece que sigues jugando a lo mismo, eso de dejar a los hijos de perra aún en el parque de diversiones te sale genial

─Lo sé, soy ese tipo de persona y me encanta

─Que lastima que en éste caso, debas aceptar la derrota

Con muchas ganas, río fuerte. Eso le cabreaba de modo extraordinario a Nakamoto, pero si seguía manteniendo tal sonrisa sarcástica era porque no podía hacer más. Además, aguantaría enormemente las ganas de patear a alguien, para después.
Aquél cabrón que le había tocado a su preciosa flor, no obtendría piedad alguna.

─Eso se verá frente al juez. Aunque hubiese sido interesante que tú llevarás el caso, no me gusta ganar tan rápido

─No se preocupe por eso, en éste momento le hago saber, que Yuta será mi abogado defensor

El comentario les hizo sorprender a ambos. Pero lo aceptaron como un nuevo desafío.
Para Nakamoto no había más objetivo que deshacerse de ese puto malnacido.
Para Chittaphon, su real objetivo ahora era más grande. Ganar por primera vez, un caso ante uno de los mejores abogados con tanto prestigio. Sería una ardua batalla, ya que ambos tenían en mente una cosa; no se darían por vencidos tan fácil.





[**]




─Es tan raro que estemos aquí, ¿por qué de pronto ésta amabilidad?. ¿Es por lastima?

Dio un trago a su vaso lleno de whisky. Lo dejo de nuevo encima de la barra y le miro con seriedad.

─No tengas ideas equivocadas. Eres muy importante para mi, pero jamás, volvería a confiarte mi felicidad

Dolía. Pero entendía que era justo.

─Ojala que en algún momento de tu vida puedas perdonarme

─Yo te perdono, Erin

─¿En serio? ¿De corazón, me estás perdonando?

─Si, ¿sabes por qué?. Porque no merezco quedarme estancado en el pasado. No merezco quedarme con rencor, me ha podrido suficiente la vida, ahora que te veo, creo que puedo realmente renunciar a ti ..

Renunciar.
Por supuesto, aunque era una vil mentira de su parte.
Por más que su corazón quisiera sacarla de ahí dentro, él no podía obligarse a hacerlo.
Cada que miraba sus ojos, volvían a surgir esos sentimientos ridiculos.
Trataba de engañar a su mente recordando los malos momentos que pasó sin ella, pero a pesar de eso, era imposible.

─Gracias Yuta

─Gracias a ti por volver, dulzura

Beautiful Fantasy  [Yuta] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora