| 13 |

3.6K 378 72
                                    


El mensaje fue breve.
Quería desayunar junto a ella para seguir hablando sobre su caso.
Y eso fue lo que justo alegró su corazón tan temprano por la mañana.
No negó que era un pretexto perfecto para verlo.
Sólo recordar su cara le descontrolaba sus latidos.
Se estaba metiendo nuevamente a su vida. Y le encantaba que fuese de ese modo.

Vistió de manera cómoda, después de esa breve reunión, tendría otra con un cliente que ayer pidió su ayuda.
Salió de casa y detuvo un taxi para llegar al lugar en cuestión.

Sonriendo en su totalidad entró a dicha cafetería, pero el destino es impredecible. Por lo que de ninguna manera, imaginó encontrarse con sus padres.
Ni siquiera había sido informada sobre su regreso.
El tío Park no mencionó nada tampoco. Dedujo por sí misma que entonces recién habrían aterrizado a Seúl.
Del otro lado del local estaba esa persona esperando por ella, por lo que decidió apresurarse e ir a su lado sin ser vista por sus progenitores.

─Hey

Sonriendo tan cautivador como era usual, Yuta se levantó para darle paso con una silla frente a él.

─¿Qué tomas?, ¿Latte, Americano, Capuchino?

─Americano está bien

El pedido del café junto a unas tostadas se hizo.

─No iba a decir ésto, pero, esos jeans se te miran perfectos

Evitó el reír, por lo contrario un rubor rosado se apoderó de sus mejillas mientras asentía agradecida por tal halago.

─No iba a decir ésto, pero tienes un moco en la nariz

Como si fuese real en pocos segundos el castaño ya se estaba revisando mientras tomaba una cuchara para verse reflejado. Erin solo tuvo una opción; reír.

─Puedes ser muy cruel a veces

─Sigues siendo un llorón

La orden llegó a su mesa y agradeciendo por los alimentos, se dispusieron a comer mientras tocaban el tema del  divorcio.
Ya le habían dado el documento oficial afirmando que estaba concluido.
La casa se había quedado a manos de Taeyong y en realidad, eso a ella no le quitaba el sueño, pedía su libertad y eso había obtenido.
Le notificó también que ésta mañana el bastardo en cuestión, abandonó Corea para regresar de donde vino.
Noticia que alegró aún más a la pelirroja. Tanta fue su alegría que no contuvo aplaudir como niña pequeña.
Por la misma razón, muchas personas que estaban ahí le dieron atención. Olvidó por completo que era justo lo que no debía hacer. Sin embargo, ya sus padres se había percatado de su presencia y sin ser invitados, llegaron a su mesa.

Con gran impacto, el chico frente a su hija les reconoció, por supuesto, no fue el caso de ellos.

─Erin cariño, recién íbamos a casa de tu tío, ¿como estás?

Sin querer hablar mucho, Erin pidió que hablarán en casa. Fue tarde cuando su madre tomó lugar en una silla.

─Oh vamos nena, tiene meses que no nos vemos

─¿Y eso es mi culpa?   ─cuestionó hiriente. Su actitud poco le importó a dicha señora quién al percatarse del acompañante de su hija, fruncio el ceño.

─Usted por alguna razón me parece muy familiar, ¿cuál es su nombre?

Sonriendo de lado el castaño se reincorporó a la silla.

─Gusto de volver a verla señora, Nakamoto Yuta para servirle

Impresionada se levantó de la silla. Fue tan rápido el movimiento que la misma se tambaleo. No lo podía creer.
En nada se veía como el chico de hacía ya, cinco años.
Éste ahora vestía bien.
Tenía clase.
Y era curiosamente atractivo.
Era como ver un personaje de anime en la vida real.

─No puedes ser tú, es decir, ¡eras todo un perdedor!

─Sin embargo es verdad  ─aseguró.

─¿Que banco asaltaste?. O tal vez, ¿te ganaste la lotería?. Vaya suerte de los huérfanos  

─Basta mamá  

Si estuviese en la misma posición de antes, claro que habría dolido, por el contrario, dejo escapar una carcajada como si el más gracioso comediante estuviese frente a él.

─Dígame señor Han, ¿ya puedo llevarme a Erin?  

─¿De qué hablas?

─Actualmente mi cuenta en el banco tiene un total de ochenta y tres millones de won, en una ocasión usted me gritó que al menos de que tuviese cinco millones podría venir y reclamar por ella. Es más de lo solicitado, ya puedo, ¿no?

Sin saber que decir, el silencio absorbió el lugar. Yuta no paró de sonreír engreidamente ni un solo segundo.

─¿Piensas que nos conformaremos con eso?   ─cuestiono pronto la señora Han─.  sigues siendo el mismo chico pobre y huérfano para nosotros, no tengas una idea equivocada

─Claro, y en realidad, me encantaría quedarme más tiempo, pero tengo mucho trabajo. Ser el mejor abogado e incluso salir en portadas de revistas es algo agotador, ¿Erin?, te espero afuera

Salió primero, dejándola a solas con ellos.
Por su lado, la chica cabreada por la actitud de sus padres quiso decirles algo.

─Como podrán ver ahora mismo ustedes están debajo de su posición, basta ya de querer humillarlo. Ya no tienen con qué atacarlo

─¿Qué fue lo que pasó? ¿Como se convirtió en todo eso que dijo?

─No es algo tan impresionante, después de todo, siempre tuvo remotos sueños sobre como superarse. Me alegra mucho que fuese así, por lo que ahora, déjenlo en paz. Yo, ya no permitiré que lo traten como basura

Si bien el día había comenzado agradable, ahora no definía como terminaría.
El que sus padres llegasen traería problemas.
Abordó el auto en el que ya la esperaban y le pidió al castaño ir a otro lugar antes de laborar.
Hizo lo pedido y pronto se encontraron en un estacionamiento.

─¿Qué pasa?

─Quiero pedirte una disculpa en nombre de mis padres

─No la aceptaré, ellos deben venir y pedirla, no tú

─Dime, ¿Por qué nunca me dijiste sobre la amenaza de papá?

─¿Para qué angustiarte? Yo quería hacerte feliz, no lo contrario. Si te enterabas del como tus padres me trataban, me habrías alejado antes

─Por supuesto. Por el simple hecho de oír el como se expresaban de ti, me avergonzaba

─Entonces hice bien, te habría perdido 

─Aún así me perdiste, Yuta

Y lo sabía, no era necesario que se lo aclarase de nuevo. Pero estaba decidido en cambiar algo.

─¿Y ahora?

─¿Ahora qué?

─Iré hacia ti la mayor cantidad de veces posibles. Te haré estallar de tanta locura y entre nosotros habrá tensión sexual hasta que cedas, ¿crees que pueda perderte de nuevo?

─¿Crees que logres todo lo anterior?

─Puedo prometerlo. Si lo logró, ¿qué obtendré?

─Una promesa también

─¿Qué clase de promesa?

─Si logras lo anterior, si logras realmente que todo de mí te pertenezca, te prometo no dejarte ir jamás

─¿Estás segura de tus palabras Han Erin?

─¿Tú lo estás, Nakamoto Yuta?

─Mierda, cuando me hablas así se endurece mi corazón

─Entendí esa referencia, pervertido

Con la última sonrisa, un guiño se hizo presente en el rostro divertido del castaño.
Sabía que lograría tenerla de nuevo en sus brazos.
Ansiaba por eso desde hace ya cinco años de ausencia. Ellos habían nacido para estar juntos, y le daría el gusto a ese destino.

Beautiful Fantasy  [Yuta] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora