capítulo 4

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Sus ojos quedaron vacíos y dejaron de funcionar sus oidos, le cambio la voz y en sus mejillas apareció el rubor.

-Hola hehe-

Saludó a Alan de manera inquieta y nerviosa.

-¿te gusta tu nueva bicicleta, nena?-

Respondió Alan omitiendo el saludo de dan.

Dan solo quedó boquiabierto.

-creí que era demasiado masculina para ti, así que la hice pedazos, parece que tendrás que comprar una nueva que se ajuste a tus gustó de mariquita-

-¡No soy una mariquita!-

Respondió por impulso, sabiendo que lo había estropeado así que cerró la boca rápidamente.

-¿A no? Entonces porque estas llorando-

-No estoy lloran...-

Dan fue interrumpido por un golpe en el estómago de parte de Alan, se arrodilló por el dolor y en sus mejillas resbalaban un par de lágrimas, justo lo que Alan quería.

-pues yo te veo llorando hahaha-

Se burló Alan, dan solo lo miraba desde abajo con inferioridad y con los ojos húmedos.

De repente sintió un fuerte jalón de cabello.

-si tanto te gusta ser una putita entonces te ayudare-

Dijo Alan mientras restregaba la cara de dan por encima de su miembro que se encontraba debajo de su pantalón, dan trataba de separarse pero incluso intentándolo con todas sus fuerzas Alan podía mantener su cara pegada sólo con brazo, le faltaba el aire, de vez en cuando Alan lo dejaba respirar así dan tomaba aire desesperadamente pero sólo para que un momento después volviera asfixiarlo con su entrepierna. había perdido todas sus fuerzas y dejo de luchar, ahora Alan hacía movimientos pélvicos contra su cara, dan comenzó a llorar por la desesperación solo sentía el miembro de Alan en su boca, luego en su nariz, ojos y mejillas con tan sólo la separación de su pantalón, aun así dan pudo sentir que estaba duro, y que era muy grande.

Alan terminó de divertirse y lo soltó, notó que estaba llorando así que lo tomo de la barbilla

-no llores nena, sólo quería enseñarte lo que es un hombre de verdad y creo que lo sentiste muy bien-

Dan bajo la mirada pero Alan lo obligó a mirarlo a los ojos

-así que no llores-

Le dio una bofetada tan fuerte que lo dejo inconciente, con la mano marcada en la mejilla, ahora dan yacía sobre el suelo de aquel callejón oscuro con el rostro adolorido. Alan se había ido ya pero el pequeño dan seguía tendido en duro y frío concreto .

Trapito en ApurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora