Tal parece que siempre respondo preguntas acerca de mí: hago entrevistas en la televisión, en la radio y para revistas; hablo con paparazis y con desconocidos en la calle. Una y otra vez digo a la gente (y hasta ahora es verdad) que la gira es grandiosa, que el programa es muy divertido y que estoy muy orgullosa de mi disco. Sin embargo, nadie se acerca a mí para preguntarme: 'Oye, ¿Qué opinas acerca de tus manos? ¿Cómo se conectan con tu arte? ¿Qué significan para ti? En este libro puedo explicar, bromear, reflexionar y explorar lo que en verdad es importante para mí, Quiero responder las preguntas que nunca me hacen, quiero bajar la guardia, quiero hablar acerca de lo que la música significa para mí y mostrar que mi vida no es sólo luz de sol y arco iris. No es que nunca me haya sentido herida o dolida; me he sentido presionada, rechazada, triste, aburrida y sola; y he sentido gran gozo y gratitud.
Quiero compartir quien soy en realidad; no la chica reluciente que aparece en fotografías retocadas en las portadas de revistas, sino la chica nacida en Nashville, la hija de en medio, quien adora a Marilyn Monroe y odia los vegetales, y que siempre ha concebido algunas ideas extrañas acerca de sus manos. Cuando comencé a trabajar en este libro tenía quince años de edad y cumplí dieciséis cuando lo terminé. Soy demasiado joven para escribir sobre mi vida. Sin embargo, me consideran demasiado joven para muchas de las cosas que hago y disfruto, No hay nada de malo en ser joven. ¡La gente joven tiene mucha energía! Tenemos mucho por decir. Nunca he sufrido una carencia de pensamientos, ideas u opiniones. Sé que aún me encuentro cerca del inicio de mi vida. He disfrutado un viaje increíble que avanza a gran velocidad. Por tanto, quiero marcar un hito junto aquí, en esta vuelta particular del camino, antes de que comience a desvanecerse mientras continúo hacia delante. Espero que puedan divertirse y disfrutar el viaje, quédense conmigo un rato.
LYRIC & MELODY
Durante un tiempo tuve dos peces.estaba obsesionada con ellos. Sus nombres eran lyric y melody. A veces, cuando se suponía que tenia que escribir, solo me sentaba y los observaba nadar en círculos en su pecera. Afuera en los campos, nuestros caballos corrían en libertad pero yo contemplaba a esos dos peces mientras nadaban en su mundo de vidrio por siempre. Eran muy hermosos. Podía colocar mis dos manos alrededor de esa pecera y saber que había algo maravilloso en su interior.
LA VIDA EN UNA PECERA.
La vida en una pecera es un milagro pero tambien es una trampa. Lyric y melody estaban atrapados , destinados a trazar la misma ruta a través del agua una y otra vez. Sus mundos nunca se expandian. Ellos no podrían vivir aventuras como las de Nemo, y jamas descubrirían quienes eran. Yo me asomaba a su pequeño mundo en busca de una cansion. Piensa fuera de la pecera.Eso me decia. Piensa fuera de la pecera.. YO NO QUERÍA QUEDAR ATRAPADA COMO LOS PECES ; ATRAPADA Y MIRAR SOLO EL MUNDO QUE ESTABA FRENTE A MI ; ATRAPADA Y NADAR EN CÍRCULOS. pero cuando tenia 11 años, en sexto grado, resultaba difícil imaginar cualquier mundo que estuviera mas allá del mundo en el que estaba atrapada.
No siempre estuve atrapada. Y deje de estarlo. Toda historia tiene un comienzo, un medio y un final, y esta tambien. Pero solo tengo 16 años de edad enfrentemos lo: todo esto es "el comienzo" -, de manera que comenzar con el día en que nací y contarles cada hito importante (!se me cayó un diente¡ ¡cumplí 10 años! ¡ tengo una bicicleta nueva! ) hasta mis dulces 16 no es como quiero hacer esto En lugar de ellos quiero comenzar por SEXTO GRADO. fue el ultimo año en el cual seria conocida solo como MILEY CYRUS, fue un parteaguas, lo que ahora pienso como mi vida antes y mi vida después.
Decir que sexto grado no fue un buen año sería el eufemismo de la década. Cuando me enteré de que la temporada de pilotos, es decir, cuando se realizan todas las audiciones para programas de televisión en Los Ángeles se encimaba con el inicio de las clases ese Septiembre, sollocé durante una hora sentada en el piso de mi habitación. Eso significaba que, si yo deseaba al menos una oportunidad de aparecer en televisión, tendría que iniciar la escuela en Nashville un par de semanas después. En aquél tiempo la idea de faltar a la escuela me parecía horrible. Apenas habíamos regresado de vivir un año en Canadá, cerca de Toronto, donde mi papá protagonizaba la serie Doc. El y mi mamá habían viajado de ida y vuelta durante varios años; sin embargo en el verano previo a mi quinto grado todos los extrañábamos tanto que mi mamá decidió que nos mudaríamos allá.
Ella me instruyó durante ese año; por tanto, ahora yo regresaba a mi antigua escuela después de un año de ausencia. No sólo eso, sabía a la perfección que las primeras semanas de escuela son cuando todo ocupa su lugar; conoces a tus maestros, encuentras a tus amigos, descubres si la ropa que compraste para la escuela es aceptable o inaceptable por completo. La gente genial se encuentra entre sí. La gente inteligente se encuentra entre sí. Yo, y todas las demáspersonas artistas que están en medio, nos damos cuenta de es mejor que unamos fuerzas y obtengamos el mayor provecho posible. Si te pierdes toda esta diversión, te arriesgas a convertirte en un marginado, un perdedor. Si ya cursaron la escuela secundaria, saben a qué me refiero. Si aún no lo hacen, bueno... aguanten un poco. Puede mejorar, lo prometo. De cualquier manera, como podrán imaginar, faltar a la escuela estaba lejos de ser el ideal.
Pero si deseaba ser artista y de verdad lo deseaba, entonces no había otra opción; tenía que ir a Los Ángeles. En realidad no esperaba regresar a la escuela y ser una de las chicas populares. La granja en Tennessee, donde vivíamos cuando no estábamos en Toronto estaba un poco aislada y por ello no habían niños con quienes yo practicara mis habilidades para hacer amistades, crecí jugando con mis hermanos, aunque también me sentía igual de cómoda cuando convivía con mis padres y amigos. No me resultó la utilidad el hecho de tener siempre demasiada energía. No había manera de que me quedara quieta, sentada en mi lugar, y me concentrara durante horas sinfín. La gente no sabía con exactitud cómo tratarme, no es que yo intentara ser irrespetuosa, es sólo que no podía quedarme quieta. En mí primer día de clases, cierto año mi maestra me dijo que sería castigada si decía una palabra más. Me volví hacia mi amiga y susurré: 'Una Palabra Más'. ¡BUM! Castigo. Por susurrar, ese primer día de clases tuve suerte de que mi maestra no escuchara lo que dije o quién sabe lo que me hubiera sucedido. En la escuela siempre quise ser yo misma y no me avergonzaba de ello. Tenía mucho por decir. Destaqué en actuación y música. Obtuve buenas calificaciones. Tenía grandes sueños. No era la fórmula exacta para ser 'popular'. A la mayoría de los chicos les preocupa no ser aceptados; a mí me preocupaba no sobresalir por perderme el inicio de clases que no era exactamente lo que yo tenía en mente. De cualquier manera, cuando regresé a Nashville para cursar sexto grado, dos semanas después del inicio de clases, mis viejos amigos parecían contentos de verme, y la vida parecía haber vuelto a la normalidad. Comencé a pensar que me había esquivado una bala y me había preocupado por nada. Sin embargo, poco a poco me di cuenta que ése no era el caso. Una de mis amigas más cercanas, llamémosla Rachel* y yo comenzamos a acercarnos a un grupo de chicas de nuestra clase. No eran las chicas 'populares' ni las chicas 'crueles'. En realidad no sabía cómo clasificarlas entonces y no puedo estereotiparlas ahora. Sin embargo, por alguna razón, ellas formaban el grupo en el cual yo quería ser aceptada. La primera señal de problemas fue la más pequeña e insignificante cosa que ustedes puedan imaginar. Estábamos reunidas cerca de nuestros casilleros después de la clase de matemáticas. Yo hice una broma y la líder, ella es CC por Chica Cruel giró los ojos hacia arriba, eso fue todo: un pequeño gesto que duró un segundo, sin embargo, estábamos en sexto grado. Todo significaba algo en sexto grado. ¿Cuál fue mi respuesta? Ninguna, desde luego. Quiero decir, si han cursado sexto grado, ya saben cómo es. Si yo hubiera dicho algo directo como '¿Qué significa ese gesto tan desagradable?' CC hubiera respondido algo altanero como 'No tengo idea de qué me hablas' y me hubiera humillado. Ése es un sentimiento que aborrezco más que nada. Entonces fingí que no me había dado cuenta. Lo saqué de mi mente. No obstante, las señales continuaron. Pocos días después, coloqué mi bandeja sobre la mesa durante el almuerzo y creí escuchar un gruñido. ¿Un gruñido? La siguiente semana me presenté con una chamarra nueva de mezclilla* (si, así era la moda en sexto grado). Dije: 'Me encanta mi atuendo de hoy'. Una de ellas replicó con tono de burla: '¿De verdad?', y me lanzó una mirada que me hizo encogerme como chícharo seco en el piso; de la comida de ayer. En ese momento supe que no sufría de paranoia. Yo era una marginada, ¿Por qué mis 'amigas' se volvían en contra mía? No tenía idea pero ahí lo tienen: Bienvenidos al infierno social de sexto grado.