Cuando nadie ve

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De repente hay un grito de abajo. "Quedate aca, niña! Sigue durmiendo!", me demanda Marto y sale a ver que pasó. Aunque estoy muy curiosa y aunque no quiero admitir que dormí muy bien, me quedo en su cama esperando su vuelta. Pasan unos minutos largos en los que me quedo en su cama, no haciendo nada: Esperando su vuelta con los ojos cerrados. "LUNA!!!", exclama Marto al entrar. Abro los ojos, me siento y le miro preguntándole "qué pasa?" - "Villa quiere hablarte. Está en la habitación de Simón esperándote.", responde Marto con una sonrisa que anda creciendo. "Y Simón?", le miro fijándole en ello. "Simón está abajo preparando algo pa comer. Ahora ven!", dice lleno de alegría. Le miro un poco extraño cuando me levanto a pasar por la habitación de Simón. Cuando llego, Villa ya está esperándome sentado en la cama de mi hermano tocando su banjo. "Hola Luna.", sonríe cuando me ve y cierro la puerta. "Hola Villito." Voy a la cama y me siento a su lado. "Cómo estás?", me pregunta siempre tocando. Toca muy bien. "Supongo que estoy bien. Y tu?", respondo fijándome en sus dedos tocando rápidamente. "Yo? Bien...todos otros modos de estar son casi imposible estando a tu lado. Te quiero.", interrumpe su pieza. "Y yo a ti. Qué te pasa?", señalo al banjo. "Solo que...nada. Quería hablar contigo y quisiera mostrarte parte de la nueva canción. Tu solo dime si te gusta.", me explica y empieza a tocar una melodía muy bonita en su banjo. Toca más y más y aunque la melodía se repite unas cuantas veces, me encanta con cada vez más. "Qué piensas?", me pregunta cuando ha finalizado. "No sé, está genial! Aunque se repite muchas veces, me encanta! Está tremenda esta melodía! Y con este ritmo en que lo tocaste me hace bailar!", le cuento ya muy alterada. "Cálmate, niña. Ven, vamos bailar!", propone Villa, pone el banjo encima de la cama, toma mi mano y pone una canción de reggaeton. Bailamos mucho y lo disfruto de todas maneras posibles, me deja aliviarme de todos malditos pensamientos. Solo por bailar con el, olvido todo el mundo, solamente el y yo estamos en estos momento parte de nuestro mundo, disfrutando del baile. Justo cuando la segunda canción estaba por acabar, Simón entra. "Oh! No quería interrumpirles!", se excusa. "No te preocupes. Solamente hemos bailado un poquito y la canción estaba por finalizar.", le explica Villa con una sonrisa muy grande. "Y le gusta la canción?", pregunta Simón señalando con su cabeza hacia mi. "Sí!!! Me gusta muchísimo! Me encanta! La amo!", le respondo casi exclamando las palabras. "Y le hace bailar, razón por la que decidimos bailar.", añade Villa poniendo un brazo en mi hombro. "Qué bien! Vamos por 'canción del año'!", sonríe Simón. "SIMOOOOOON!!!!!", escuchamos a Marto gritando por ayuda de abajo. "Ehh...vamos a comer. Vaya. Qué hizo el peque?!", dice Simón, pidiéndonos seguirle. Le seguimos a la cocina donde, de hecho, Marto no hizo nada sino solo tenía hambre y no quería esperar más a que llegamos. Nos hace reír mucho y comemos lo que nos han preparado los hermanos Vargas. Está riquísimo, lo comemos en un silencio comilón y como los chicos quieren acabar la composición da la nueva canción, nos despedimos y se van al estudio para grabar las cosas. Yo me quedo en casa jugando con los gatos de Simón y descansando un poquito.