Capítulo 1 :Rogan

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Aspiró el aire puro del bosque y acarició a su caballo Furi, el purasangre más fino de todos los reinos. Por fin estaba cerca de casa, el  viaje lo había dejado agotado pero feliz. Y pensar que hace dos meses se había negado tan rotundamente. Sus padres, como siempre, lograron persuadirlo. Nunca antes se había visto en el reino un hijo tan unido a papá y mamá. A él lo admiraba por su gran sabiduría y piedad, además era un guerrero admirable, en su época de juventud había comandado ejércitos y dado prosperidad a su tierra, hasta el presente día su pueblo era un lugar pacífico. Y su madre, tan bondadosa, se había ganado el cariño hasta del más duro hombre que conociera. También pensó en su prometida, igual de buena que su querida progenitora, además de bella e inteligente. Su linda sonrisa lo acompañó durante toda la travesía, el recuerdo de sus seres queridos lo mantenía siempre fuerte, muy orgulloso de sus orígenes. Y faltaba poco, tan poco para verlos. Estaba seguro de que le habían preparado una gran bienvenida pero, esta vez, los sorprendidos serían ellos pues llegaba antes de lo previsto. ¡Hasta su hermano estaría ahí! Era el mayor, el primogénito, pero siempre estaba viajando, un hombre muy inteligente que buscaba expandir sus conocimientos. Estaba tan feliz que le dieron ganas de cantar.

"Reencontrarte con los que amas, será siempre lo mejor, para ti, para mi, marineros y guerreros, bufones y caballeros, al son de la canción, con un solo corazón"

Esa canción se la había enseñado su padre hace ya muchos años, "Cuando extrañes a tu hermano, solo canta, verás como alivia tu corazón" En esta ocasión los extrañaba a todos y eso hizo.
- ¿Y? ¿Qué dices? Canto muy bien ¿Cierto Furi?- le habló al caballo para posteriormente reírse a carcajadas. - Lo siento amigo, debo estar volviéndome loco. "¿Acaso esperaba que Furi me contestara?En serio, me falta compañía"
A unos pasos de distancia vio cómo se alzaba en medio del bosque una taberna hecha de roble y madera negra, era la mejor y todos lo sabían, nunca faltaba clientela. Dudó por un momento pero por fin se decidió a entrar. Hacia mucho que había caído la noche y solo vio a dos hombres tomando cada uno su jarra de cerveza. Le pareció inusual, pero no le dio mayor importancia. Posó su mirada en el hombre tras la barra de bebidas.

-¡Tom!- saludó efusivamente al encargado pues lo conocía desde niño, lo abrazó y este le dio una palmada en la espalda.

- Rogan,¡Pero que sorpresa muchacho! No te esperábamos hasta mañana, tu madre se pondrá muy contenta.

- El viaje de vuelta se adelantó unas horas. Por eso mismo me detuve a tomar algo, será rápido. Y ¿Cómo está ella Tom? ¿Y papá? ¿Viste a Lena? ¿Sabes si me extrañó?- Rogan preguntaba, ansioso.


- Tranquilo niño - El viejo Tom no fue capaz de contener su risa- Todos aquí están muy bien, y la bella Lena no dejaba de hablar sobre ti a cualquier pobre desgraciado con quien se topara en su camino.

Rogan se sonrojó hasta las orejas.

- Está bien Tom, no es necesario que te burles de mí.- miró al gran hombre con una sonrisa de vergüenza.

- Y bueno hijo¿Qué se te apetece? La casa invita.- Tom le dedicó una sonrisa sincera.

-Te lo agradezco mucho pero no es necesario, puedo pagar por mis bebidas, lo sabes muy bien y, además, negocios son negocios - Rogan no quería que Tom le invitara las bebidas, él se quedaba trabajando hasta altas horas de la noche para ganar aquel dinero. No le parecía justa la invitación.

-No seas testarudo, deja que te invite, levanta en algo el orgullo de este viejo, puedo permitirme darte las jarras que quieras, el negocio va viento en popa- Tom se enderezó más sacando pecho y poniendo los brazos en jarras.- Vamos, será mi regalo de bienvenida. No dejaré que te niegues.

Marioneta imperial #thedomains2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora