Adeline.
Addy siempre había sido una niña bien, era de esas tontas que se dejan engañar por los chicos, así había perdido su virginidad, engañada, después tuvo muchas más "relaciones" que terminaban siempre igual, ella llorando y los chicos riéndose de ella. Hasta que conoció al grupo.
Addy tenía su pelo colorado hasta la cintura y lacio, era blanca como la nieve y algunas pecas cubrían su rostro, era de todas la más buena, para los que no la conocían seguía siendo la niña ingenua y de eso se aprovechaba, dejaba que los chicos crean que la engañaban y después, bueno, los destruía, todo lo que sabía se lo había enseñado Trinity. Su objetivo era llegar a los 150 chicos engañados, luego de eso lo dejaría para siempre.
Margo.
Margo no había tenido muchas relaciones con chicos, ella era de las chicas que en los boliches buscaba un chico bueno, lo llevaba a los baños, hacia lo suyo y lo dejaba. Para sus padres no existía, digo la mantenían y querían pero siempre hiso lo que quiso. Eso es lo que la convirtió en la más arriesgada de todas, nunca pensó en los efectos colaterales que traía una decisión, ni para ella y mucho menos en las personas que la rodeaban.
Su pelo negro lo llevaba algo así como Miley Cyrus, su piel en algún momento había sido blanca y ahora estaba bronceada perfectamente, ella seducía a los chicos con hermoso cuerpo, a ella no le faltaba ni adelante y mucho menos atrás, los chicos creían que era un puta regalada pero en realidad cuando ella bailaba los que se regalaban eran ellos, luego de que tenía lo que quería los tiraba como si fueran basura. De hecho para nosotras lo eran.
Lacey.
Lace, estaba hecha para todo tipo de chicos, era un imán que se encendía tan solo con su risa, aunque jugaba con los sentimientos de los hombres, ella creía en el verdadero amor y a los 25, según ella, se iba a empeñar en encontrarlo.
Su cabello era rubio y caía en ondas perfectas, su piel blanca con algunos lunares que la hacían única, era de esas chicas que se sonrojan solamente cuando piensa en alguien que odia y para los que no sabían ese truco ella era adorable, toda su vida se había hecho de engañar a los hombres y dar números de teléfonos falsos, ella era la que sabía más trucos y la que había empezado con todo esto.
Kelsey.
Kels, era la más joven se junta con ellas porque había sido adelantada un año y toda su vida, pensó como alguien de mayor edad y tuvo que hacerlo, su familia, donde todos eran mayores la veían como una chica más grande y bueno ella aprendió a serlo, todo lo que sabía se o habían dicho las otras chicas, pero ya empezaba a tener sus propios trucos.
El pelo castaño con rulos en las puntas, el flequillo que caía liso en arriba de sus cejas, el rojo de sus mejillas que nunca se iba, hacían que parezca una chica de 13 años, pero cuando se delineaba los ojos, se ponía mascara, y encendía su cigarrillo pasaba a parecer una persona de 20.
Todas ellas, eran lo más feministas que alguien fue, odiaban a los hombres y por eso rompían sus corazones, ninguna relación era importante para ellas, los únicos hombres que quieren, su familia, padres, hermanos, abuelos, tíos, primos etc.
Las llamaban Gatas, que para ellas más que un insulto era un alago, porque las gatas te seducen, llegan buscando amor, cuando se lo dan se ponen mimosas, melosas pero solamente lo justo y necesario para enamorar a cualquiera, cuando están cansadas no lo expresan entonces las personas te siguen dando amor, se cansan aún más y te rasguñan, le dejas de dar amor pero sigues pendiente, te ignoran y por dentro mueres por acariciarla, lo haces, se enoja nuevamente pero en vez de morderte se va. Y te deja solo, con ganas de seguir mimándola.
ESTÁS LEYENDO
ASI SE HACE.
Teen FictionSufrimiento, esa es la palabra, ese sentimiento, esa horrible sensación es la que ellas provocan. Porque, si ellos hacen sufrir, con la misma moneda les pagaran. Si les gusta díganle “venganza” Pero no es eso lo que en realidad es. Es una enseñanza...