Luna de sangre. (Wismichu y tú)

Capítulo 14 -Te lo dije.

____ P.O.V

Era lunes por la mañana y había universidad, me levanté pensando en que Isma iba a volver, espero que vuelva sino no se que pasará.

Llegué a la universidad y me senté en mi sitio esperando a aquel lobo que me hacía feliz. Habían pasado los minutos y el profesor ya estaba aqui e Isma no aparecía por ninguna parte.

+Te lo dije+ Mi conciencia volvió a hablar, ya la estaba empezando a odiar.

-Callate conciencia -Dije en mi mente, no tenía ganas de discusiones con mi conciencia.

***

Última clase y me podía ir que era lo que estaba deseando, no había visto a Isma en todo el día, pero aun sigo con las esperanzas de que lo vea, como dicen "La esperanza es lo último que se pierde" y eso será lo último que pierda yo.

Salimos de clase y me fui al bosque, me senté en un tronco de árbol caido mientras sacaba mi Ipod y mis cascos, y mientras observaba el paisaje escuchaba mi música, inconscientemente me puse a cantar.

(Se llama amistad -Beatriz Luego)

-Puede que pienses que todo va a ir bien,

que tus sueños tú sola harás realidad.

Es fácil pensar que sola podrás,

pero es duro sentir soledad.

Tú cambiarás y descubrirás,

que sola no estas si sabes buscar -Alguien me quitó los cascos y me interrumpió.

-Cantas muy bien, ¿lo sabías? -Me levanté de golpe viendo a Rubén mirandome con mis cascos en la mano.

-¿Me devuelves mis cascos por favor? -Pregunté mirandole a los ojos.

-Em... nop -Salió corriendo con ellos, yo salí detrás gritandole para que me los devolviera. Al final lo alcancé y me tiré encima suya quitandole -mis cascos- de sus manos.

-Me los has quitado -Dijo mientras se levantaba.

-Son MIOS no tuyos -Resalte "mios".

-¿No te gustan las bromas eh?

-Me encantan, pero no me gustan las bromas relacionadas con mi música, mis cascos, mi móvil y mi vida.

-Ah pues perdón -Antes de que se fuera le cogí del brazo haciendo que se girara y me mirara.

-¿Enserio no va a volver? -Pregunté nerviosa.

-Sí, lo siento, pero no va a volver -Al decir eso una lágrima solitaria recorrió mi mejilla.

Volví a casa triste y me subí a mi habitación sin saludar a mi padre y sin comer.

Me encerré en mi habitación y en la ventana apareció Jeff dandome un susto.

-Jeff me has dado un susto -Le miré mientras entraba a la habitación.

-Eso pretendía -Cogió una silla y se sentó a mi lado.

-¿Dónde estabas?

-Tú padre me obligó a seguirte.

-¿¡Me has oido cantar!?

-Sep -Se río al ver mi cara de sorpresa -La verdad es que cantas muy bien.

-Yo no creo eso -Dirigí mi mirada al suelo.

-Pues es la verdad.

-¿Le dirás algo de eso a mi padre? -Levanté la cabeza para mirarlo.

-No, con una condición.

-¿Cuál?