siete

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-¡Trozo de mierda!

Mira a su hijo con asco, los moretones de sus nudillos hacían juego con los de la mejilla del pequeño. El dolor físico no era nada comparado con la depresión que se encontraba dentro del corazón de Junkook.

-¡Ella se ha ido por tu culpa!

-¡Si solo ese condón no se hubiera roto, si no hubiera parido a un fracasado como tú!

Otro golpe, esta vez en su estómago.

Los golpes vienen una y otra vez, y después a la vez. Jungkook pierde la cuenta después de los primeros. No mira a su padre en todo este tiempo. Su respiración era silenciosa cuando su padre metía la mano en sus pantalones y lo toqueteaba.

-Disfruta esto mientras puedas, porque nadie nunca va a querer estar con un desperdicio como tú.

Jungkook nunca lloraba. Nunca dejó escapar un sollozo cuando su padre lo golpeaba. Cuando lo tocaba.

Nunca soltó ni una sola lágrima tampoco cuando él murió.

***

La lluvia chocaba contra el suelo en un ritmo suave. Luces brillantes salían de los coches que pasaban y las farolas iluminaban aquella hora tan tarde de la noche. Jungkook andaba por la acera con la capucha sobre su cabeza, mirando todos y cada uno de sus pasos.

Había estado andando durante una hora, y había sido tan bueno como estar empapándose ahora mismo, porque no había traído ningún paraguas. Cuando despertó de su pesadilla, inmediatamente se puso los zapatos y la chaqueta para dar un paseo. Miró el móvil para ver la hora. 1:17 a.m 20 de noviembre.

jungkook odiaba este día.

Cada año era lo mismo. Siempre tenía la misma pesadilla, la peor de todas. Pensarás que un niño de seis años no recordaría tan bien todo esto; pero era muy difícil olvidar a un hombre como el padre de jungkook.

A veces se sentía culpable por la muerte de su padre. Sus padres se separaron cuando él se dio cuenta de que ella tenía relaciones con otro hombre. A toda prisa, su madre dejó a junkook con su padre, y su padre descargó toda la ira en él.

No ayudaba que sus notas estuvieran bajando y que se convirtiera en un bully en el colegio. Su padre recibía llamadas del colegio por haberse metido en peleas, y entonces lo traería a casa para pegarle más. Era un círculo sin fin, hasta que finalmente terminó.

Jungkooksonríe amargamente y exhala, mirando el humo que sale de sus labios debido al frío. No supo como sentirse cuando encontró a su padre solo en la cama con un bote de pastillas en la mano. No sintió nada cuando vio que no tenía pulso.

Le dolía no haber tenido nunca un verdadero padre. Obviamente, su madre vino a por él y era amable y todo eso, pero se seguía sintiendo vacío. Sabiendo que podría haber tenido un padre si él no hubiera sido tan fracasado llevando ese peso sobre sus hombros.

Era el aniversario de la muerte de su padre, y Jungkook no sentía nada más que un vacío.

Las flores que había planeado dejar en la tumba de su padre estaban marchitas debido al frío y estaban siendo aplastadas por su mano. Sus pies se pararon al lado de una parada de autobús. Levanta la mirada para ver su reflejo en los cristales de esta y cierra sus puños.

-¡Sal de mi cabeza!

Grita con todas sus fuerzas y lanza las flores a su reflejo. Las pisa cuando caen al suelo.

-Solo mantente muerto, gilipollas. Estoy feliz de que estés muerto. No te necesito. ¡Fuera de mi cabeza! –su voz se quiebra en la última palabra y para de pisar las flores. Tomando una gran bocanada de aire, le da una patada al ramo y cae a unos pocos pasos de él y después entra en la parada de autobús.

Se sienta en el banco y apoya su cabeza entre sus manos. Las gotas de lluvia caen sobre su hombro ya que el techo de la parada solo cubre la mitad de su cuerpo. Lo ignora y cierra sus ojos en un intento de olvidarse del mundo.

Cuando la llovizna para, jungkook abre los ojos. Levanta su cabeza y mira hacia arriba lentamente. Un paraguas negro está a unos centímetros por encima de él, y jungkook examina quién puede ser el dueño de la mano que está extendida.

Era un chico con el pelo rubio y revuelto en su pálida frente, sus ojos miraban al cielo oscuro. Sus labios formaron una pequeña sonrisa, pero su postura era rígida. Durante todo este rato, sujetaba el paraguas por encima de la cabeza de jungkook, no moviéndolo de nuevo para protegerse a él mismo de la lluvia.

-Me encanta este tiempo. –murmura Jimin, mirando a jungkook por el rabillo del ojo.

Él lo miraba en shock. ¿Qué estaba haciendo el chico nuevo aquí?

-Yo lo odio. –dice cortamente y agarra el paraguas. –llévatelo. No lo quiero.

Intenta empujar el paraguas hacia Jimin, pero no lo deja. El sonriente chico sumerge su cabeza y una pequeña risa se escapa de su boca.

-¿Qué es tan gracioso?

-Así que tienes daddy issues. –Jimin dice de la nada, y jungkook se gira para mirarlo. Va a abrir la boca para discutir pero olvida lo que iba a decir cuando Jimin lo mira.

-Supongo que yo también –dice, y jungkook parpadea. ¿A qué se refería con eso?

Jimin agarra la mano de kook y la pone sobre el mango del paraguas. Le da un pequeño apretón antes de levantarse y mirarle.

-A veces es bueno compartir el dolor con los demás. –empieza a alejarse, y jungkook lo agarra de la muñeca. Jimin se gira y el otro intenta darle el paraguas de nuevo, pero Jimin niega con la cabeza.

-Tú lo necesitas más que yo. –mira hacia el cielo y sonríe. –de todas formas amo la lluvia.

Y así, el chico desapareció bajo la lluvia, mirando hacia arriba mientras se mojaba. Su sonrisa nunca desapareció. Él era como un rayo de sol en un mundo de agonía.

jungkook sonríe levemente. Era una de las cosas que le gustaban de él. Era una de las cosas de las que estaba obligado a destruir...



Daddy issues~ 《kookmin/jikook》PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora