Desde otra perspectiva - Capítulo 4.

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Soy Elton, tengo diecisiete años y adoro salir, no me gusta quedarme en casa; acostado, mirando al frio, blanco y plano techo que está arriba de mi cabeza. Me gustan las aventuras. Me gusta aventurar, me gustan las nuevas experiencias y estoy enamorado de toda la diversidad que hay en el mundo. El hecho de de que todos seamos diferentes, me hace tener mucho entusiasmo en tener una vida larga para poder conocer todas y cada una de las diferencias que hacen al mundo ser como es.

Soy como cualquier otro adolescente. Soy muy seguro de mí mismo, eso sí. No me asusta gritar a los cuatro vientos que mi meta en la vida es tener una hermosa familia con un hombre, ah... pero eso sí, todos esos asuntos que requieran seriedad los dejo para cuando tenga treinta años encima, por ahora, sólo quiero vivir la vida al máximo.

Mucha gente piensa que los adolescentes no son personas, que no sabemos lo que hacemos y ¿saben qué?, quizás estén en lo cierto, pero a mí no me importa. No me importa que me digan cada cinco minutos que corro peligro al entrar a Babylon, a veces, sólo quisiera vivir allí y bailar, bailar para siempre. A diferencia de otros chicos, cuando voy a la disco, no voy a flirtear con cualquier cosa que me pase por al frente, yo voy a bailar, a sentir la música.

Antes, solía ser tímido y temeroso, pero poco a poco lo fui superando y ahora soy muy extrovertido, supongo que por eso es que le caigo bien a la gente, ¡Vaya suerte!

Ahora mismo, estoy enamorado de un chico... su nombre es Lucas. Me parece muy lindo, él tiene una personalidad muy atractiva para mí, aunque me atrevería a decir que él es completamente lo opuesto a mí.

"Los opuestos se atraen" -me dijo una vez, por mensaje de texto. Quizás se hayan dado cuenta de que hablamos mucho a través de mensajes y por el teléfono, sus padres aún están un poco sensibles por lo de su sexualidad. No lo culpo. Mis padres también siguen un poco dolidos por saber acerca de su hijo, ¿que cómo lo supieron?, un día salí y dejé mi teléfono en la cama (aquí entre nos, tengo un tumblr lleno de fotos de chicos atractivos y sin ropa, qué vergüenza) y ellos entraron a mi cuarto y lo revisaron, vaya cosas que encontraron... hubiese pagado por ver sus caras al ver todas esas fotos.

Aunque ellos son diferentes a los padres de Lucas, ellos me dejan salir, aún sabiendo que veré a cualquier otro chico gay, no les gusta, pero tampoco me lo prohíben. De hecho, a veces, le cuento a mi mamá sobre algún amigo, ella actúa natural, eso sí se lo agradezco, le agradezco por aunque sea, intentarlo de una manera hipócrita y que, quizás, le duela.

Hoy veré a Lucas por primera vez, no voy a negarlo, estoy muy emocionado e ilusionado. Siento eso que llaman mariposas en el estómago, qué irónico, por twitter critico mucho a todos esos bobos, dependientes y enamorados, ¿y qué tal? Ahora soy uno de ellos, debería tuitearlo. Aunque no es culpa mía, es culpa de Lucas, él ha hecho que caiga como bobo, ante él, me hago el fuerte. Por dentro me siento tan a gusto, me siento como el postre favorito de alguien.

Ahora mismo me encuentro en el centro comercial, estoy esperando por Lucas, me pregunto cómo luce. Me pregunto si le gustaré. Me pregunto si se dará cuenta...

"Aquí estás." -sentí un dedo tocar mi hombro. "Pero qui..." -me corté. "¡Lucas!" -susurré con una gran emoción. "Luces mejor en persona. Qué cliché soy." -me dijo con una sonrisa en su cara. "Me agrada poder decir lo mismo y mejorarlo..." -respondí. "Tus ojos lucen mucho más brillantes en persona." -pensé, no tenía las agallas para decírselo.

"Bueno, ¿Qué te apetece hacer?" -me preguntó, mirando, con aires de buscar un lugar para sentarnos.

"¿Te parece si vamos a comernos un helado?" -sugerí, sin mucho interés. 

"No sé, me caería mejor algo más activo." -dijo con una voz nerviosa.

"Es muy temprano para...."

"¡No pensaba en eso, sucio! -me interrumpió. 

"Yo tampoco." -dije soltando una carcajada fuerte y divertida.

Nos quedamos en silencio por unos segundos, él estaba mirando a su alrededor, como nervioso. "¿Quieres ver una película?" -le interrogué, cortando así ese incómodo silencio. "Me parece de maravilla." -me respondió con un tono muy alegre, haciéndome dar cuenta que en serio le parecía mucho mejor esa idea. Esto había estado como anillo al dedo.

Fuimos a comprar las entradas, compramos apenas dos bebidas y unas gomas ácidas, me dijo que eran sus favoritas. Cuando ya habíamos entrado a la sala, él estaba concentrado en la película, se veía tan tierno con sus ojos abiertos y centrados solamente en la pantalla. Cogiendo lentamente una goma de la bolsa y llevándosela a la boca. Será sincero, no sé de qué iba la película, estaba únicamente pensando en cómo besarle.

Al fin caí en cuenta de que esta era mi oportunidad, para esto le había sugerido entrar al cine, para poder acercarme a él. Entonces así fue, lentamente pasé mi mano por debajo de la posadera de la bebida y la enlacé con su mano. Estaba fría, sudorosa, y, apenas sentía un pequeño temblor en ella, definitivamente estaba nervioso, aún más que yo. Él me miró y sonrió, y volvió a mirar la pantalla. Yo agarré una goma de la bolsa, que estaba en sus piernas, y le toqué el brazo, él volteó y le di la goma en la boca. Él la masticó sin poder aguantar una sonrisa que rápidamente salió en su rostro. La sala estaba oscura, pero al ver su sonrisa, sentí que un reflector gigante estaba encendido en frente de mí. Esa sonrisa, esa sonrisa cambió todo. Me hizo sentir tan bien, me hizo sentir que lo único que quería en mi vida era a alguien especial y; que por fin, lo había encontrado.

Él volteó, se quedó mirando, con unos ojos llenos de nervios y amor. Yo le miré de vuelta y me atreví, saqué todo el valor dentro de mí, sé que soy extrovertido y no hay nada de pena en mí, pero él, él y su cara iluminada como una pradera llena de luz del sol, luz que da vida a todas esas hectáreas con hermosas flores, así era su cara. Su cara tan inocente y con una sonrisa pícara me hacía sentir tímido, me hacía sentir inseguro, pero eso no fue obstáculo, porque lo hice. Cumplí mi cometido, logré mi meta de este día, lo hice cual ganador de los juegos olímpicos, me acerqué, armé una barrera alrededor de nosotros, como si nadie más estuviese en esa sala. Como si el apocalipsis hubiese llegado y sólo nosotros fuimos lo suficientemente hábiles para sobrevivir a él. Usé todas mis agallas, y fue así, como tímidamente, nos dimos nuestro primer, gran, hermoso y mágico beso.

"Nosotros encendemos el cielo, somos las estrellas más brillantes. Unidos, somos más fuertes que toda la constelación estelar entera. Tú, yo, nosotros, mi vida. Nada puede apagar la luz de dos estrellas unidas, nada."

Una historia de... ¿amor?.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora