5

2.7K 175 2
                                    

5

Realmente no sé que hay en las tarjetas de la vida, todo lo que realmente se es que mis lágrimas no secaran esta noche.

 

Frote mis brazos, en busca de un poco de calor corporal, calor que nadie más me lo daría; ahora estaba sola. Me miraba al espejo del camerino, sentada frente a este, perdida; realmente en la nada. Mi cabeza se había puesto en alto y no tenía nada claro en la cabeza.

Mis dedos pasaron lentamente por las heridas causadas por mi misma en mis brazos, con mi uñas, cuando la desesperación era tanta, que sentí no podía respirar.

Fruncí el ceño, cuando estas ardieron.

“¿Qué te paso?” una voz dolorosamente conocida me hizo sobresaltar, pero no me voltee, me limite a mirarlo por unos segundos atreves del reflejo.

Creí que unos segundos no sería nada, que no me afectarían. Pero no fue así. Sentía que volvía a derrumbarme en cuanto lo mire.

“_____” insistió  dando un par de pasos dentro del camerino.

Mis huesos helaron al sentir su presencia cada vez más cerca. Instintivamente, me puse de pie y me aparte. 

“¿Cómo te hiciste eso?”

“No es nada” respondí mirando el suelo de la habitación.

“____”

“tienes que irte” insistí al sentir que todo regresaba a mi; el vacio, las voces, la oscuridad. Como comenzaba a comerme.

“No”

“Vete”

“No hasta que hablemos”

“¡Ja! Y dime ¿de qué quieres hablar? O sabes que, mejor dime ¿tienes tiempo?”  

Justin frunció el ceño, como si estúpido no entendiera. Ello me dio rabia, una rabia incontrolable.

Gruñí.

“¿A qué viene eso?”

“Todo, viene a todo, Justin, viene a lo idiota que hemos sido, sobre todo yo y…”

“No” negó con la cabeza, dio un paso hacia mí y me aleje, pero él fue más rápido y logro tomarme de la muñeca. “¿Qué pasa, ___?”

Quizás fueron las otras tres pastillas actuando en mi sistema, que solo me hizo sentir un leve picor en las heridas.

“¿Por qué dices eso, es porque no te conteste?”

Abrí la boca para contestar, pero no logre formular repuesta.

“Vamos, ____, no puedo estar todo el día para ti. Tengo cosas que haces, personas que ver, horarios que cumplir. Tú lo sabes, mejor que nadie” 

“No es eso”

“¡Entonces que es!”

No, ahorita no…por favor. Lo que sea que pasa conmigo… en este momento no. No pierdas el control. No…

 

“¡Que es!” grito.

Como una granada. Yo soy una granada. Una granada, destinada a explotar…

 

A que… maldita sea, eres un puto egoísta. Eres un maldito egoísta Justin.” Respondí de la misma manera.

“¿Yo?” gruño. “¿Yo soy el egoísta? ¿Quién es quién se encerró en un puto cuarto de hotel sin importar nada más? ¿Sabes lo preocupada que está tu madre? No, maldita sea, porque eres egoísta, tu eres la egoísta. No te interesa nadie más. No olvides que tú fuiste quien me beso. Tu. Y perdone usted, su majestad, por no estará  su disposición. Tenía mejores cosas que haces.”

¿Cómo era posible romperse tanto y seguir viva? Las piernas me flaquearon, al punto que me tuve que sostener de la silla para no caer. ¿Yo era la egoísta? Si. Los ojos se me humedecieron, y sin que lo pudiera evitar, una gota, que quemo mi piel, cayó por mi mejilla. 

El aire me falto.

“____” Justin me tomo de la cintura, antes de caer de rodillas al suelo.

La cabeza me iba a explotar. Todo se movía con gran velocidad a mi alrededor. Y nada estaba claro.

 

Egoísta.

Eres una puta egoísta.

 

“Te odio” llore tratando de apartándome de él.”Te odio, no me toques, aléjate”   

Golpee su pecho, una y otra vez, hasta que el cedió y me soltó.

“Te odio, te oído” grite con rabia y lagrimas en el rostro. “Te odio, Justin Bieber”

“¡Cálmate, ____!”

“Eres un maldito asco. Todo esto es tu puta culpa. No mía, pudiste ponerle final a esto hace mucho y no lo hiciste, yo no soy la única con las manos sucias. Tú seguiste este enfermo círculo vicioso. Yo fui una estúpida y tu un estúpido. No soy la única egoísta aquí.”

Justin frunció el ceño y negando con la cabeza, susurro; “¿Cuál es tu puto problema?”

“Cuando más te necesite,  no estabas ahí.”

Su rostro se relajo notoriamente.

“_____” dijo tomándome del rostro “Cariño…yo…”

“Justin tenias razón, algo pasa conmigo y no estoy segura de que es…pero de lo que si estoy segura, es que no te quiero en mi vida.”  

Cada musculo de su rostro decayó. Este era el final ¿no?

Yo no estaba segura de si era lo mejor, pero algo…me decía que si, que esto era lo mejor. 

El siguiente es el Epilogo. 

Sweet Despair {Justin Bieber ● Short Story}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora