Permíteme ser egoísta una última vez,
Y que pueda agarrar tu mano antes que no te vuelva a ver,
Cuando me preguntes porque te voy a detener,
Las lágrimas en mi rostro será la respuesta que vas a obtener.
Y me derrumbaré,
Al ver tus hermosos ojos café,
Me perderé,
En la manera en la que me sueles ver.
No soltaré tu mano,
Me niego,
No lo haré,
No quiero dejarte ir.
Aún si lo único que haces es provocarme dolor,
Aún si tu recuerdo me causa pavor.
Permíteme ser egoísta,
Te lo pido por favor,
Dime que me amas,
Aunque no te crea ni Dios.
Aprieta mi mano con firmeza,
No me dejes ir,
Quiero escucharte por última vez,
Te dejaré decir las cosas que nunca quise oír.
Pero no me dejes otra vez,
Perdida en los senderos enredados,
No me sueltes con indiferencia,
Cuando prometiste no dejarme caer.
Así que te pido, que me dejes ser egoísta,
Sólo esta vez,
Que finjas que me amas,
Que te pueda creer.
Quizás de esta manera logre perdonarte,
Quizás de esta manera pueda volverte a ver,
Como hace tanto tiempo lo solía hacer.
Ahora eres escombros,
De lo que alguna vez amé.
Y no te voy a mentir.
Te sigo viendo brillante a la distancia.
Te sigo amando incluso más que ayer.
Así que perdona mi egoísmo,
Porque yo conservaré,
En mi memoria, y sólo en ella,
Los recuerdos del ayer.
En los que tu sonrisa me abrumaba,
En lo que amaba escucharte hablar.
Y dirás ¡Qué estupidez es oírte recordar!
No me importa lo que pienses,
No tengo nada que ocultar,
Mi orgullo no existe,
Ni hablar de mi dignidad.
No temo a la vergüenza,
Mucho menos al qué dirán.
Y si es una estupidez dedicarte miles de versos,
Me volví a equivocar,
Pensando que serías diferente,
Pensando que podrías escuchar.
Soy consciente, de la pérdida de tiempo que esto es,
Escribirte a media noche,
Cuando tu recuerdo esta con tremenda lucidez.
Cuando aún siento tu respiración tan cerca,
Cuando sólo yo, voy a recordar.
Entonces mi egoísmo,
Es quedarme con todas aquellas cosas de las que seguramente te avergonzarás.
De lo que próximamente vas a negar,
De la manera cruel en la que te reirás.
Y te pido perdón entonces,
Si hago las cosas más difíciles tal vez,
Si escritas y no dichas,
Están las palabras que nunca vas a ver.
Pero quiero que sepas, que nunca podrás mentir.
A lo único que conservas.
Entonces sólo estará en tu cabeza, y sólo en ella,
Las respuestas que siempre quise oír,
Sólo tú sabes, si lo que escribo aquí es más que suficiente.
Sólo tú sabes, si en este juego,
Los dos somos los que mienten.
Aprieta mi mano con fuerza,
No llores en esta ocasión,
Te diré que todo estará bien,
Aunque no lo crea ni yo.
Te mentiré de la manera más hermosa que puedas imaginar.
Crearé un refugio para ti, para cuando no puedas más.
Me he dado cuenta, que te amo tanto,
Que suelo olvidar,
Que soy un ser humano,
Y merezco que me amen, como yo suelo a amar.
Tocaré tu cabello,
Tocaré tu piel,
Aunque mis manos tiemblen,
Aunque rojo estés.
Pero soltaste mi mano,
No te importó mis lágrimas ver,
Te reíste de mis intentos,
Como lo sueles hacer.
Deshecha en pedazos,
Me rendí,
Por última vez,
Y con el dolor de mi alma.
Decidí no perdonarte esta vez.
Entonces respóndeme esta vez.
¿Quién realmente fue el egoísta?
Aquel que amó sin dar nada,
O aquel que sin importarle nada amó.
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Sueños de papel arrugado
PoésieEn realidad es una compilación de lo que he hecho a lo largo de mi vida. Poesía y algunas historias cortas. Espero que a alguien le interese, quizás es esperar demasiado.