Admito que es un día soleado,
Como en el que nos conocimos,
De esos calores que sofocan,
De esos que provocan delirios.
Admito que al menos una vez al día,
Te dedico algún suspiro,
Que aún imagino tu rostro,
Sonriendo a lado del mío.
Admito que extraño tu risa,
Tus chistes malos de niño,
Que a veces las lágrimas corren,
Pensando en lo ha sido.
Admito que al acostarme,
Derramo más que suspiros,
Pues ya no espero ni una letra,
Ya no espero un cariño.
Admito que a lo largo del día,
Recuerdo lo alguna vez fuimos,
Te veo tan feliz distante,
¿Por qué no puedo hacer lo mismo?
¿Por qué no puedo olvidarte?,
Cuando es obvio que tú ya lo hiciste.
Admito que aún te doy versos,
Escritos a mano y tinta,
Que espero que el día que vuelvas,
Los leas y sean poesía.
Admito que a veces te extraño,
Y la tristeza me invade,
Que el dolor me consume
Mis ganas de seguir adelante.
Admito que aún te sueño,
Que espero aún que regreses,
Que digas que fue una pesadilla,
Pensar siquiera en no verte.
Admito que mis labios,
Aún susurran tu nombre,
Que despierto a medianoche,
Llorando porque no respondes.
Admito que el sol en la mañana,
Aquel que brillaba en el horizonte,
Hoy día ya no me calienta,
Parece más bien deforme.
Admito que tus palabras matan,
Se clavan en mí día a día,
Dejan pedazos de vidrio,
Atribuyen a mi agonía.
Admito que tu imagen me atormenta,
No consuela mi alma perdida,
Hace que mis pedazos,
Se conviertan en cenizas.
Admito que verte de lejos,
Es pedir demasiado,
Que tú recuerdo me invade,
Que me estoy enfermando.
Admito que aún te espero,
Entre versos y rosas,
Que vuelvas a hacerme sentir
En mi vientre mariposas.
Admito que estoy llorando,
Mientras escribo esto,
Que hoy es catorce de febrero,
Y esperaba tenerte de nuevo.
Admito que mi alma llora,
Aunque me esté riendo,
Que finjo indiferencia,
Que finjo no quererte de nuevo.
Admito que me has olvidado,
Y mi escrito es en vano,
Pero sigo aquí cariño,
Para siempre esperando.
Y espero tu mano en la mía,
Espero unos abrazos unidos,
Espero que en mi agonía,
Contigo ya no haya frío.
Pero sé que no vuelves,
Y que no lo harás más nunca,
Que llorar por ti mi amor,
Es tan solo una penumbra.
Que no he ganado en lo absoluto,
Nada bueno en mi vida,
Y que creí tener un éxito,
Contigo en todos mis días.
Idiota es lo que he sido,
Al dedicarte mi existencia,
Al creer que vivir,
Era para admirar tu presencia,
Fui imbécil al creer que contigo,
Nunca más me sentiría sola,
Si al tenerte de frente,
No me dedicabas más de una hora.
Admito que días como estos,
Te dedico más de diez mil versos,
Que el cariño se desvanece,
Que en mi mente ya no estás presente.
Admito que ya dudo amarte,
Tan siquiera quererte,
Que no estoy ni segura,
De querer volver a tenerte.
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Sueños de papel arrugado
PoesíaEn realidad es una compilación de lo que he hecho a lo largo de mi vida. Poesía y algunas historias cortas. Espero que a alguien le interese, quizás es esperar demasiado.