Redentor

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¡Oh!...¡una dulce solución!...no...sólo existe en mi fantasía.

Humanidad en zozobra, grito, alarido; ¿Puedes oírlo?, viene en tu empatía el percibirlo.

Idiota el presente que sabe del adverso y no hace gran cosa por oponerlo.

¿Y si el caos es nuestro fatum? Creo fervientemente en el determinismo, pero he de eliminar por un segundo esa ideología y pensar en lo cruel que sería una predefinición. En ese caso, no habría remedio para tanta desazón.

Siento un llanto abnegado, el cuerpo tembloroso, y sudores fastidiosos. Me estoy incinerando en decepción en medio de la oscura pero excelsa madrugada; aún así, implorar ante"eso" no es una opción. Mi debilidad no debe ser expuesta, pondría en dependencia mi espíritu.

Muchos buscan la salvación de un mundo en auténtica decadencia, en una ilógica deidad con antifaz de superhéroe ¿Era necesario crearlo a nuestra sucia y vana imagen?

Quiero evitar pensar en la abrumadora predifinición y más bien enfocarme en mi ideal determinista de nuevo. Acatando esto, en  nuestras lardosas manos está el verdadero cambio para al fin abandonar este averno.

Somos nuestro héroe, seamos valerosos y dejemos de refugiarnos en una personificación divina que lo más seguro, ya ha fallecido.

La idea de Dios esta sobrevalorada, aún más en un mundo hipócrita y doble moral en dónde destrozamos cualquier ofrenda que se nos ha sido brindada para posteriormente, proseguir con implorar ante "el altísimo" que se nos vea devuelta.

Espero no me malinterpretes; Dios no es el problema, jamás lo será. La verdadera limitación es la religión en tiempos modernos, donde el canon moral ya ha sido establecido.

La redención llegará de redentores como nosotros.

Anhelo que pueda ser así y que en verdad la conclusión esté en nuestro ser. De lo contrario...¡qué cruel eres!, señor mío.

Me DisculpoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora